Ago 22_08(vesp) Yo envío los santos Ángeles para protegeros.

Rosario Vespertino.

 Habla Dios Padre,
Sobre: ¡Cuánta lástima y cuánto dolor Me dais tantos de vosotros desperdiciando el tiempo de la vida, poco, muy poco dais y afectáis tan gravemente a vuestra alma, que eso poco que disteis, no alcanza para la salvación de vuestra alma!
(Lenguas…) Hijitos Míos, vosotros os dais cuenta porque habéis aprendido, que satanás os rodea continuamente, os ataca, os impide el paso libre por el mundo. Vosotros estáis afectados continuamente por sus poderes, por sus insidias, por su mentira, por sus vicios y maldades. No os imagináis, Mis pequeños, tanto ataque que tenéis y, gracias a Mi Presencia en vosotros y alrededor de vosotros, Yo os voy protegiendo, Yo envío los santos Ángeles para protegeros. Mi  Gracia continuamente está sobre vosotros, pero vosotros, los que continuamente oráis, os dais cuenta de los ataques satánicos en vuestra vida, pero ¡pobres de aquellos de vuestros hermanos, que alejados están de Mí, porque así lo han querido!, porque han preferido tener una vida totalmente fuera de Mis Leyes, Mandamientos, Decretos, ellos pretenden que con sus pobres capacidades humanas se pueden proteger de las fuerzas satánicas y, ¡qué errados estáis, Mis pequeños, los que pensáis así!

Mi Hijo os ha dicho que el príncipe de éste mundo es satanás, junto con todos los ángeles malos que cayeron por su pecado de soberbia. Vosotros, Mis pequeños, los que entendéis lo que os estoy diciendo, os debéis proteger continuamente a través de la oración, de la vida en la Gracia, de las buenas obras, pero sobre todo, produciendo Amor, Mis pequeños.

El Amor es el arma más poderosa contra las fuerzas satánicas, ¡os lo he dicho tanto!, pero el mundo ahora está apartado del Amor y estoy hablando del Amor Verdadero, del Amor Santo, del Amor Puro, que debéis crear en vuestro corazón y seguir lo que Mi Santo Espíritu os indique en vuestro interior.

Ahora buscáis amoríos pecaminosos, como os lo he dicho otras veces, y estos amoríos pecaminosos, a los que vosotros os ufanáis de tener y presumís de tener, solamente os llevan a la vaciedad, a la separación más fuerte de Mí, más compleja, insana y, de ésta forma, vosotros mismos os estáis echando la soga al cuello. Queréis gozar con los amoríos mundanos y solamente os estáis ahogando más con vuestros pecados.

Debéis entender, Mis pequeños, que estáis luchando contra fuerzas muy poderosas para vuestra pequeña humanidad.

La gran mayoría de vosotros, como os dije, confiáis demasiado en vuestras pobres fuerzas y así satanás os va venciendo fácilmente, se aprovecha de vuestra soberbia y, ciertamente, vuestra soberbia os lleva a la debilidad espiritual. El soberbio ya no busca la perfección ni Mi protección y así, va menguando lo poco que tiene, hasta que satanás lo cubre y lo destroza espiritualmente. Muchos de vosotros, que ya habéis caído a niveles de pecado muy bajos, tontamente presumís ante vuestros hermanos los pecados que cometéis, se os hace bien a vosotros presumir de que ya tenéis dos, tres, cuatro parejas, que os divorciáis varias veces y os unís en amoríos pecaminosos y los presumís tontamente.

Presumís vuestra idolatría a vosotros mismos, un hedonismo tonto, os hacéis vosotros mismos ídolos de vuestro ser exterior. Vuestro cuerpo, tarde ó temprano envejecerá, se irá arrugando, se irá destruyendo y ¿qué quedará de vosotros?, vaciedad, vaciedad total, Mis pequeños, vaciedad en vuestro interior, porque pusisteis todo vuestro valer, vuestro tiempo, vuestras obras, en embellecer vuestro exterior que se iba a acabar tarde ó temprano.

Buscáis los placeres vanos del mundo, sus vicios. Decís que gozáis con los vicios a donde os lleva satanás y vais perdiendo fuerza física y espiritual, al consumir todo aquello que es nocivo para vuestro cuerpo y vuestra alma, pero vosotros, vosotros mismos presumís ante vuestros hermanos lo que estáis haciendo y así vais inventando tonterías que solamente os van destruyendo, porque le habéis hecho caso a satanás en vuestra vida. ¿Qué no os dais cuenta que vuestro cuerpo necesita ser cuidado?, pero para mantener su salud, para que sea vehículo que lleve a vuestra alma a sembrar Amor entre los hombres, a llevar Mi Palabra y Mi Obra hacia el necesitado, hacia el muerto en la Gracia. Sí, tenéis que cuidar vuestro cuerpo, pero cuidarlo para el Bien del alma, no para el bien de vuestra soberbia inútil. Vuestro cuerpo tiene que estar sano para servir al alma y vosotros lleváis a vuestro cuerpo a la destrucción y al encadenamiento de vuestra alma. Vuestro cuerpo se vuelve servidor de satanás, de su mentira y de su soberbia y, así vuestra alma no puede cumplir con su misión en la Tierra.

Ved qué ciegos estáis, Mis pequeños, cómo os vais por caminos muy contrarios a lo que Yo quiero, no producís fruto y en cambio, hasta destruís, con vuestro ejemplo y con vuestros consejos tontos, a vuestros hermanos.

¿Cómo pretendéis presentaros ante Mí, al final de vuestro tiempo?, y que, muchas veces, estaréis acelerando el final de vuestro tiempo por el mal cuidado que le estáis dando a vuestro cuerpo. ¡Cuanta maldad y necedad existe en vuestro corazón y en vuestra mente!, estáis vacíos de todo Bien, no buscáis trascender a la eternidad, sois de la idea de gozar al máximo vuestro tiempo de paso, donde debíais dar mucho fruto y se os recompensaría eternamente en el Reino de los Cielos.

Desperdiciais éste tiempo, tiempo que os va a llevar, si realmente lo utilizáis para Bien, a un goce eterno, muy bello, pero vosotros, desaprovecháis éste tiempo de crecimiento espiritual y de donación en el Amor por vuestros hermanos y os vais hacia la soberbia humana y hasta la perdición eterna, por vivir a espaldas de Mis Leyes y Decretos.

¿Qué pretendéis, pues, Mis pequeños?, ¿qué pretendéis para el futuro?, continuamente os voy dando luces para que entendáis vuestro error, la forma como estáis llevando vuestra vida, el desperdicio de vuestros días, horas, minutos y segundos, ¡no estáis haciendo nada para Mí, vuestro Dios y menos para el Bien de la salvación de vuestros hermanos. ¡Cuántas lágrimas lloraréis!, si aceptáis al final Mi Misericordia y alcanzáis la salvación, cuando menos, en ésos últimos momentos de vuestra vida, quisiera os dierais cuenta de vuestro error y os arrepintierais, aunque vuestro tiempo en el Purgatorio fuera largo, pero la distracción a donde os lleva satanás, afecta vuestra mente y vuestro corazón y no tenéis el tiempo para arrepentiros antes del último suspiro de vuestro ser.

La muerte, Mis pequeños, el final de vuestros días, es una realidad y después os presentaréis ante Mí, vuestro Dios, para que seáis juzgados por lo que debisteis haber hecho en la Tierra. ¡Cuánto dolor tienen ésas almas cuando regresan ante Mí!, vergüenza grande presentan cuando están frente a Mí, su Creador, se dan cuenta en ése momento de su error, pero ya es demasiado tarde. A todos os doy la oportunidad del arrepentimiento, pero no todos tomáis de ésta última oportunidad, porque tan alejados estáis de Mí y de Mis Enseñanzas, que no sabéis si quiera, cómo aprovechar Mi Gracia en los últimos momentos. Vivisteis para el mundo, vivisteis para satanás y vuestra eternidad se volverá obscura y habréis perdido la oportunidad de obtener un crecimiento mayor y de un regalo eterno inmenso.

¡Cuánta lástima y cuánto dolor Me dais tantos de vosotros desperdiciando el tiempo de la vida, poco, muy poco dais y afectáis tan gravemente a vuestra alma, que eso poco que disteis, no alcanza para la salvación de vuestra alma!

Sigo dando oportunidades de conversión y salvación a toda la humanidad, os sigo enviando señales, conocimiento, alrededor del mundo para que meditéis, pero vuestra negligencia no quiere tomar nada de esto que viene de Mí. Sumergidos estáis en el mundo y eso os lleva directamente a la perdición.

¡Cuánto dolor Me causáis, Mis pequeños por vuestra negligencia!, sigo insistiendo y seguiré insistiendo. Mi Misericordia Infinita se derrama constantemente sobre toda la humanidad, pero por más que insisto y os trato de dar la oportunidad de que, durante el camino de vuestra existencia podáis tomar alguna de las Luces que se presenten en ella, vosotros ni os inmutáis. No se os hacen indispensables para vuestra vida y despreciáis tantas oportunidades de salvación que os pongo para que toméis.

Vosotros, Mis hijos, los que estáis Conmigo, los que habéis abierto vuestro corazón y veis Mi Presencia a lo largo de vuestra vida, orad, orad por vuestros hermanos, los que están ciegos y sordos, necios, por su soberbia, orad por ellos, para que Yo los pueda salvar. Esa es vuestra principal misión, Mis pequeños, ver por vuestros hermanos que viven en la soledad espiritual, que no quieren tomar todas las bellezas que tengo para el alma. Desperdiciáis demasiado y luego os quejáis de Mi Bondad, Me echáis la culpa por causa de vuestra necedad, preferisteis las mentiras de satanás a las Bondades Celestiales.

Vosotros, Mis pequeños, el resto fiel, venid a Mí, dejadMe que Yo os instruya y os siga llevando a ésa perfección espiritual, para que podáis dar vuestro máximo en espiritualidad para la salvación de vuestros hermanos necios, ciegos y sordos. Os lo pido, Mis pequeños, necesito de vosotros para la salvación de vuestros hermanos. Sois Mis instrumentos fieles, sois Mi Vida sobre la Tierra, sois el resto de Amor, del Verdadero Amor que todavía queda entre los hombres, aumentad vuestra oración, aumentad vuestra intercesión, aumentad la Vida sobre la Tierra, la Vida del Amor, Mi Amor vencerá, Mis pequeños. El resto fiel, aunque pequeño, guiados por Mí, protegidos por Mí, alimentados por Mí, por vuestro Dios, vencerá. Tened Fe, Mis pequeños y confianza en Mis Palabras y veréis, veréis con vuestros propios ojos, cómo se van a ir desarrollando los acontecimientos y Mi Triunfo se dará, Mi Luz Divina bañará a todos los pueblos de la Tierra, todo será purificado en Mi Amor, todo volverá a ser bello y se vivirá la hermandad Celestial entre los hombres.

Gozad pues, Mis pequeños, los que sois fieles a Mí, gozad Conmigo ya desde ahora ésos momentos, porque Mi Triunfo se dará, os lo prometo.

Recibid Mis Bendiciones y el Amor de Mi Corazón os cubra, os proteja, os guíe y os alimente.
Gracias, Mis pequeños.