Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo
Hijitos Míos, Yo, vuestro Maestro, vuestro Dios, vuestro Salvador, vine al Mundo para enseñaros cómo debíais actuar, cómo debíais pensar, cómo debíais hablar, cómo debíais, vosotros, mostraros ante el Mundo.
Mis pequeños, si vosotros queréis enseñar a los demás lo que enseñáis, primeramente, lo debéis vivir, porque, entonces, no seréis congruentes con lo que queréis hacer. En las Escrituras, se habla de que Yo no decía más Palabras que las que debían ser. No Me puse al Tú por tú con satanás en el desierto. En los momentos difíciles, con el sanedrín, con Pilatos, con la gente que gritaba: “crucifícaLo”, no dije nada más de lo que se tenía que dar. Mis Palabras eran Mi forma de pensar, Me mostraban ante los demás, como Soy y lo que fui durante esos tres años de predicación, en donde Me mostré al pueblo como Soy y cómo debían ser.
Mis pequeños, os he dado esas lecciones que quedaron escritas en las Sagradas Escrituras, pero ¿cuántos de vosotros las vivís? Ciertamente, queréis seguirMe, ser como Yo, y que también, en las Sagradas Escrituras se habla de ello: el que quiera seguir en pos de Mí, que tome su cruz y Me siga. Pero el seguirMe, es ser como Yo, como os lo he pedido tantas veces, ser otro Cristo en estos tiempos.
Vosotros, los que Me habéis escogido para estos tiempos, es necesario que Me mostréis a vuestros hermanos, que Me dejéis a Mí, vuestro Dios y Salvador, entrar en vosotros, Vivir en vosotros, para Enseñar a los demás, como en aquellos tiempos. No hablar de más, no actuar de más, no hacer cosas indebidas, para que sea Yo, plenamente, el que se muestre a vuestros hermanos.
Espero entendáis esto perfectamente, y pedidLe a Mi Santo Espíritu que os transforme, que os transfigure, que os haga ser otro Cristo en estos tiempos, porque son tiempos en que Me llevaréis a lugares, en donde Me mostraréis a vuestros hermanos, para que ellos puedan verMe en vosotros.
Os he dicho que Yo no iba a bajar en estos tiempos, que vosotros seríais los que Me llevaríais a vuestros hermanos. Tengo sed de almas, os lo he dicho también, necesito la salvación de infinidad de almas que necesitan saber de Mí, necesitan conocerMe, amarMe, escuchar Mi Palabra, escuchar Mi Predicación, vivir Mi Amor y esto, es a través de vosotros, de cada uno de vosotros.
Esa es vuestra tarea actual, Mis pequeños, estáis viendo cómo el Mundo está convulso, ya cada quien hace lo que quiere, y muchas almas se están perdiendo por ello. Tenéis que testificar en Mi Nombre, al vivirMe, al ayudar a vuestros hermanos a que se puedan salvar. ¿Sabéis lo que quiere decir: morir y sufrir “eternamente”? Es algo que ni a la persona más mala que conozcáis, se lo deseéis, que le deseéis a alguien sufrir eternamente, eso no debe estar en el corazón de un seguidor Mío. Si Yo os enseñé a amar, debéis enseñar lo mismo a vuestros hermanos, y vosotros mismos debéis ser como Yo: no desear el mal en forma alguna.
Debéis salvar almas, debéis desear que se salven, que aunque tengan que sufrir un tiempo en el Purgatorio, pero que puedan llegar al Reino de los Cielos, después de purificarse, pero nunca desear un mal, Mis pequeños, porque ni Yo Mismo lo hice, y Yo, que pude haberlo hecho con aquellos soldados, con aquellos esbirros que Me destrozaron, que Me hicieron maldad y media, en Mi Cuerpo, en Mi Ser, en Mi Espíritu, que, ciertamente, no Me vencieron, nunca les deseé un mal, al contrario, Le pedí a Mi Padre: perdónalos, porque no saben lo que hacen. Esa debe ser vuestra manera de actuar.
PedidMe a Mí, lo mismo que Yo Le pedí a Mi Padre, cuando veáis que un hermano o hermana vuestra, se esté comportando de la peor forma, con la que se pueda portar un ser humano en la Tierra, pedidMe: perdónalos porque no saben lo que hacen. Eso es ser otro Cristo en estos tiempos.
Vosotros, al estar Conmigo, al ser Mis seguidores, al dejar que Yo os posea perfectamente, podréis hacer, y os lo he dicho, antes, los mismos milagros, acciones de salvación, que Me visteis hacer y que los haréis mayores. Todas esas acciones de salvación, de purificación, Mis Capacidades Divinas las tendréis para que las uséis en el bien de vuestros hermanos y de vuestro propio bien, para lograr la santificación de las almas.
Insisto, son tiempos convulsos, en donde no os debéis dejar mover hacia el mal, hacia donde os quiere llevar satanás. Esos pensamientos destructivos, o de castigo, que deseéis a los demás, no deben existir en vosotros, vosotros no sois jueces, os lo he dicho, vosotros sois hermanos de vuestros hermanos y quizá tan pecadores como ellos, en algún momento dado, así que no os sintáis mayores que ellos. Todos sois pecadores, todos necesitáis de Mi Gracia, todos necesitáis que Yo Viva en vosotros.
Y vuelvo a repetiros, si queréis ser como Yo, debéis primero vivir como Yo viví y desear a los demás, lo que Yo deseo para cada uno de vosotros: la salvación de vuestras almas; no juzguéis para que no seáis juzgados.
DadMe, dadMe vuestro amor, que, realmente, lo que Me daréis, será Mi Amor, que ya debe habitar en vosotros y dádselo a vuestros hermanos. Llenad a vuestros hermanos de Mi Amor, no habléis de más, actuad como Yo actué y quiero seguir actuando a través de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.