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8 de Julio del 2007

¿Quién es el Profeta “J. V.”?
El Dr. Javier Viesca nació el 21-III-1950 siendo el tercero de 10 hermanos. Su papá fue el Dr. Fernando Viesca y Viesca y su mamá la Sra. Ma. Esther Muriel de Viesca. En sus padres tuvo un gran apoyo espiritual, con su papá el ejemplo vívido de la caridad en sus semejantes y con su mamá la espiritualidad hacia la Sma. Virgen María.


Sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria, los hizo con los Hermanos Maristas, por lo que él mismo dice: “Mi amor a la Sma. Virgen María se fortaleció grandemente con ese ejemplo de amor de los Hnos. Maristas”.

Desde muy chico 6, 7 años, ya tenía contactos místicos sin saberlo y todos ellos en un principio, eran con la Sma. Virgen María. Para él, su infancia, antes de su Primera Comunión, su relación era prácticamente con la Sma. Virgen María, pero Ella lo fue llevando poco a poco a tener una relación “familiar” con la Sma. Trinidad y así, poco antes de su Primera Comunión, conoce a Nuestro Señor Jesucristo, posteriormente, en su adolescencia, lo lleva nuestra Madre Santísima a conocer al Espíritu Santo y ya cuando regresa de Medugorje, conoce a Dios Padre.

Su vida se desarrolla, desde pequeño, como él mismo dice, como un ermitaño, a pesar de ser el tercero de los 10 hijos, su vida era muy introvertida, poco sociable, vida profunda de oración, como plática familiar con el Cielo y con una gran inocencia.

Cuando sus papás le empiezan a insistir en ir a fiestas, accede por obediencia, pero él mismo cuenta que al observar los bailes y “lo que hacían al bailar”, al irlo a recoger sus papás de ésa primera fiesta, les pidió no volverle a insistir a ir a otra, aunque fuera de parientes.

Su mamá siempre estaba pendiente de llevar a sus hijos todos los Primeros Viernes de mes a comulgar, porque ella amaba muchísimo al Sagrado Corazón de Jesús y a San José, además de a nuestra Madre Santísima, como ya habíamos dicho.

Su respeto a los sacerdotes y a la Iglesia ha sido siempre altísimo, al grado de que él creía ver en cada sacerdote a Nuestro Señor Jesucristo. Nos relata cómo algunos sacerdotes, en su adolescencia se le acercaban a pedirle consejo y apoyo espiritual y él les respondía ¿por qué a mí, si yo soy adolescente? y fue aquí en la adolescencia que empieza a darse cuenta, por relato de los mismos sacerdotes, cómo muchos de ellos no se comportaban como debieran y eso rompió su corazón, porque él los consideraba a todos santísimos.

En su adolescencia deriva su apoyo social a la competencia y cría de las palomas mensajeras, llegando a ser parte de su vida de ahí en adelante y en éste pasatiempo se mantenía, en cierta forma, alejado del mundo y sus tentaciones y así mantenía su vida espiritual más llevadera y más fácil, al cuidar de éstas aves de Dios.

Alrededor de los 28 años entra en contacto con la Renovación Carismática del Espíritu Santo y, aunque ya llevaba una relación más íntima con el Espíritu Santo, con los cursos que tomó con los Misioneros del Espíritu Santo (obra de Concepción Cabrera de Armida), de ahí en adelante se refuerza ésa relación con Él.

Pasan los años y aunque desde pequeño tenía ataques del demonio, la fortaleza que le daba el vivir en ese hermetismo espiritual y la protección de la Sma. Virgen María, no lo hizo caer en los pecados comunes de la adolescencia.

Hasta aquí, recordemos, su relación fuerte era con la Sma. Virgen María, con Nuestro Señor Jesucristo y con el Espíritu Santo, Dios Padre todavía no entraba a su vida con la fuerza que entró después de su regreso de Medugorje a fines del año 1993.

Cuando regresa de Medugorje, después de pedir el Don del Espíritu Santo que: “no sabía para qué servía”, pero que lo pidió porque la Sma. Virgen, allá dice que lo pidamos, empieza con toda una serie de experiencias místicas.

Apenas llega, el Espíritu Santo le empieza a insistir fuertemente en “hacer un librito”, a lo que él le daba largas, hasta que un día le hace caso y le da, mediante el don de visión, lo que debía escribir.

A partir de ahí, empieza su relación con Dios Padre. Ese “librito” fue el pretexto para que conviviera por varios meses, al ir escribiendo y viéndolo con éste don de visión, con nuestro Padre Dios.

Durante éste tiempo, un teólogo, de los Misioneros del Espíritu Santo, le envía, como paciente, a la que fue su “compañera de preparación”. Ella sólo iba como paciente y tenía prohibido por el teólogo, su confesor espiritual, que le hablara de sus dones místicos, que de nada sirvió, ya que el Espíritu Santo se manifestó en la tercera consulta y ahí los une espiritualmente, de ahí en adelante las experiencias místicas se multiplicaron.

A las dos ó tres semanas después son invitados a un retiro en lo que era la Hacienda de Conchita Cabrera de Armida, en San Luis Potosí, México, con un grupo de Nuestra Señora de la Paz y ahí reciben, al segundo día, por parte de Nuestro Señor Jesucristo, su misión.

Nuestro Señor les pide permiso para ser preparados para “una misión” y les da algunos pormenores de ella y luego les pregunta: ¿quieren?, a lo que responden afirmativamente.

Cuando regresan a sus casas, después del retiro, Javier empieza a ir a la Iglesia a donde iba “su compañera” y desde el primer día, nuestra Madre Santísima, les pide rezar el Santo Rosario después de la Santa Misa y durante tres años son preparados con visiones, consejos, regalos espirituales, regaños, etc., “como en familia”, para lo que vendría después.

Durante esos tres años se les pidió no decir nada a nadie y a pesar de que se les había profetizado que iban a tener ataques fuertes, ya que los dos eran casados y con sus respectivas familias, tenían que soportar ataques de humillación y de falsos testimonios, pero para fortalecerlos en la prueba.

Al cabo de los tres años, se presenta Dios Padre, en visión, les dice: “Ahora son ustedes antorchas y tienen que dar Luz al Mundo”, en ése momento Javier tiene una visión en donde ve a toda la Tierra totalmente cubierta en tinieblas, “no se podían ver mares ni tierra, todo obscuro y sólo unas cuantas lucecitas, muy separadas una de la otra por toda la Tierra”, entonces le dice Javier a Dios Padre, “pero Padre, es mucho trabajo para tan poquitos”, a lo que Él responde: “Acuérdate Javier que una chispa puede producir un incendio y cuando se unan todas las lucecitas que estás viendo, ése día se va a dar la Luz en el Mundo”, Javier siente ya un compromiso fuerte y le dice a Dios Padre: “¿y ahora tenemos que decirle a la gente todo lo que nos enseñaste?, nos van a ver raros” y responde Dios Padre: “Todos ustedes son Mis hijos y la obligación de un hijo es hablar con su Padre y raro debiera ser aquel que no hablara Conmigo”.

Se quedan pensativos, pasan los días y a las dos semanas después, más ó menos, durante el rezo del Santo Rosario, viene a ellos la Sma. Virgen del Carmen (Javier se consagró a Ella, consagró su matrimonio, a sus hijos y a su misión, a nuestra Madre en ésta advocación) y les dice: “hasta aquí llegaron juntos, se tienen que separar, empiezan su misión por separado y más tarde los reuniré”, y así termina el año 1997.

La Nueva Evangelización en el Amor. Los Mensajes.

Al empezar el año 1998, el Espíritu Santo le da permiso de empezar a escribir algunas experiencias místicas y enseñanzas dadas en esos tres años y el 16 de mayo del año 1998 empieza a recibir lo que él llama los Mensajes, y dice que Dios Padre indicó que éstos iban a servir a la humanidad como una nueva evangelización en el Amor, en Su Amor. Javier dice que todos ellos (alrededor de 450-500) se podrían resumir en la Parábola del Hijo Pródigo, en donde se muestra el Amor Misericordioso de Dios Padre en Su máxima expresión.

Difusión y Edición de los Mensajes. Impresos e Internet.

Esta primera etapa de los Mensajes, van del 16 de mayo de 1998, al 21 de mayo del 2003. Fueron revisados cuando menos por dos teólogos (uno de ellos, después de leer los del principio dijo: “muchas de mis dudas teológicas se resolvieron después de leerlos”). Fueron enviados a Su Santidad Juan Pablo II y alguno ó algunos fueron publicados en L’ Osservatore Romano. Muchas almas sacerdotales y laicos se han enriquecido enormemente con su lectura, esperaban ansiosamente la publicación de los libritos, como iban siendo editados, para poder conocer lo que Dios Padre, principalmente, nos decía a través de Sus Mensajes.


Después de varios meses de no dictarle más, empieza la segunda fase, a fines del 2003, pero por no creer que habrían más no los escribe, los deja pasar como Mensajes personales, pero en la Cuaresma del 2004 empieza en forma la segunda etapa, la de los “Rosarios”, en donde, en lugar de darle un Mensaje por Rosario, le da un Mensaje por cada decena del Santo Rosario, llegando a escribir una gran cantidad hasta ahora (8 de julio del 2007), y sigue recibiendo éstos Mensajes del Rosario, llenos del Amor de Dios Padre, en su Sma. Trinidad y de Nuestra Madre Santísima, con una gran espiritualidad, mayor que en un principio, en los “Mensajes”, para prepararnos a la Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo a la Tierra, para convivir con el Hijo de Dios y, como le dice el Espíritu Santo, todos éstos Mensajes y los acontecimientos “que ya están sobre vosotros”, serán para purificarnos en cuerpo y alma para que así "podáis convivir en los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas con el Santo de los Santos”. Amén.