Jul 31_08 Quiero vencer a satanás con la pequeñez de vosotros, seréis otros Davides.

Rosario vespertino—-SOLO PARA GRUPOS DE ORACION

Temas:

  • Sí, suena increíble esto, Mis pequeños, pero necesito vuestra pequeñez para que se manifieste Mi Grandiosidad.
  • Agradeced de corazón, agradeced que Mi Amor os haya tocado profundamente y agradeced a vuestro corazón, la respuesta afirmativa que disteis a Mi llamado.
  • El Buen Pastor, que es Mi Hijo, os llama a todos, pero algunos os hacéis sordos, aún a pesar de que reconocéis el llamado.
  • Estáis invitados a la sublimidad del Amor, dejarMe a Mí, vuestro Dios, habitar perfectamente en el corazón del hombre.

Primer Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Sí, suena increíble esto, Mis pequeños, pero necesito vuestra pequeñez para que se manifieste Mi Grandiosidad.
Hijitos Míos, ¿qué no acaso el hijo se siente seguro y protegido cuando está con el padre ó con la madre?, ¿qué no lo estáis ahora y no os lo he prometido así, que Yo, vuestro Padre ó Mi Hija, la Siempre Virgen María, os protegeremos para que vosotros os sintáis perfectamente seguros ante todos los acontecimientos que vendrán?

Mis pequeños, si en algo os he ayudado, con todo lo que se os ha dado en ésta Evangelización, es el hecho de que vosotros estéis seguros de Mí, vuestro Dios, en que os protegeré, os guiaré, os llevaré Conmigo, para que no seáis afectados por las garras de satanás.

Yo voy escogiendo a Mi pueblo, voy escogiendo al rebaño, voy escogiendo Mis instrumentos. Vosotros, en lo humano os preparáis yendo a la escuela, tomando cursos especiales para cumplir con ciertas metas que tenéis y así os vais preparando bien y al final os sentiréis seguros porque aprendisteis la lección que se os dio para poder trabajar con gran capacidad. Yo os he ido preparando a vosotros, Mis pequeños, para que en el momento que se os indicará, a través de Mi Santo Espíritu, podáis ayudar a vuestros hermanos en lo que Yo quiero que se vaya dando en la Tierra, para preparar la Venida de Mi Hijo.

Es Mi Amor el que se tiene que manifestar en pleno, Yo os he dicho que vosotros debéis mantener ésa calma, ésa seguridad en Mi Amor, ésa seguridad al saber que sois Mis hijos y habéis sido preparados para servirMe, y que Yo os cuidaré, porque ya habéis sido tomados para los momentos culmen que vendrán. Mis pequeños, os vuelvo a repetir, confiad, confiad en Mí, vuestro Dios, ciertamente los acontecimientos serán tremendos (Lenguas…)

Os podría decir, Mis pequeños, que no seréis vosotros, vosotros mismos cuando lleguen esos momentos, Mi Santo Espíritu estará en vosotros y adquiriréis otra personalidad. Ciertamente vuestra personalidad será respetada, pero la transformación que Mi Santo Espíritu obre en vosotros, os hará cumplir satisfactoriamente lo que Yo os pediré en ésos momentos, será Mi Sabiduría, Mi Fortaleza, Mis Capacidades Divinas en vosotros. Ahora estáis pensando a lo humano, en esos momentos estaré Yo en vosotros, actuando a lo Divino Por eso os repito, confiad en Mí, Mis pequeños, os necesito como instrumentos, pero seréis tomados por Mí, vuestro Dios. Yo necesito de vosotros, de vuestra docilidad, de vuestra donación, de vuestra confianza en Mí, vuestro Dios.

Sí, suena increíble esto, Mis pequeños, pero necesito vuestra pequeñez para que se manifieste Mi Grandiosidad. Quiero vencer a satanás con la pequeñez de vosotros, seréis otros Davides, así como el pequeño David venció al gigante Goliat, se repetirá la historia, Mis pequeños, seréis ésos pequeñitos Davides que venceréis las potencias soberbias de satanás. Por eso os quiero, Mis pequeños, quiero que el mismo satanás se dé cuenta que por su soberbia, no tiene las capacidades que él cree tener y que la pequeñez de Mis instrumentos, que sois vosotros, lo vencerán con la humildad, con la obediencia, con la docilidad, con Mi Amor.

Daos, Mis pequeños, daos en totalidad a Mí, vuestro Dios, para que Yo Me manifieste perfectamente a través de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Agradeced de corazón, agradeced que Mi Amor os haya tocado profundamente y agradeced a vuestro corazón, la respuesta afirmativa que disteis a Mi llamado.
Hijitos Míos, prácticamente todos vosotros habréis tenido alguna vez la experiencia de una mudanza de casa, habréis buscado otra casa más grande ó mejor. Mejor ubicada, de mejor construcción, etc. y vosotros, cuando ya habéis encontrado la casa ideal, ponéis toda vuestra atención y todo vuestro esfuerzo en la mudanza y en la ilusión del cambio.

Así os quiero, Mis pequeños, os estoy preparando para una mudanza, os estoy preparando para un nuevo hogar, os estoy preparando para una nueva vida. Así como se olvida la casa antigua, la casa vieja, vosotros también olvidaréis ésta Tierra, que se ha llenado de pecado, de maldad, de satanismo, de error, de mentira, de muerte.

Vosotros ahora debéis buscar y tener fuertemente en vuestro corazón, la idea que Yo tanto os he inculcado, el Nuevo Mundo, los Nuevos Cielos y las Nuevas Tierras, que serán para aquellos escogidos, que serán para aquellos que aún a pesar de que hayan caído se han levantado, porque todos habéis caído y os habéis levantado una gran mayoría, otros se han quedado en la podredumbre. Yo estoy aquí para levantaros, ¡cómo quisiera que fueran todos!, porque a todos os amo. Todos vosotros sois Mis hijos, pero muchos prefieren quedarse vencidos, prefieren quedarse en el mal porque les ha gustado así, prefieren quedarse en la traición, en la maldad, prefieren quedarse como instrumentos de satanás, el enemigo.

Otros, como os dije, sí, os levantáis una gran mayoría, pero entre esa mayoría, muchos no Me amáis, ciertamente, aquí es donde entra la Parábola del Sembrador. Mi Palabra toca corazones, una mayoría os levantáis, porque sentís el llamado, pero en muchos, ese llamado se va disipando poco a poco, porque no hay tierra fértil, porque no hay deseo de cambio. Sí, sentís el arrepentimiento de momento, queréis algo, sabéis que Me dañasteis, pero el pecado está fuertemente arraigado en vuestro ser y al poco tiempo preferís seguir en el mal. Sucede la catástrofe y os atemorizáis, acudís muchos a Mí, por eso os hablo de mayoría, es más el miedo el que os hace venir a Mí y no el amor. Cuando se tiene verdadero Amor, es cuando os quedáis Conmigo y es cuando producís fruto, en cambio, el timorato nada más quiere sentir apoyo en ese momento, pero tan pronto él se siente  fuerte y ve que ya no hay por qué temer, se desapega de Mí, no quiere fincar su vida en el Amor, quiere el gozo simplemente, quiere lo superficial, no quiere sentir ningún tipo de obligación, y así es como van quedando pocos. Aunque en un principio se levanten muchos, al final son pocos los que quedan, porque pocos son los que valoran realmente el Amor, Mi Amor Divino.

Os vuelvo a pedir, Mis pequeños, los pocos que quedaréis, los fieles, Mis hijos fieles, que mantengáis vuestro corazón, vuestro interés, vuestra mirada, en lo que vendrá, como os lo he pedido. Dejad el hogar pasado, el hogar viejo, que ciertamente os traerá bonitos recuerdos y mantenedlos en vuestro corazón, pero lo que Yo os daré, os dará una nueva vida que hará que se olvide el pasado, no completamente, porque os servirá de apoyo, para que os mantengáis más cerca de Mí y más fieles a Mí, pero poned todo vuestro esfuerzo y vuestro corazón en llegar a ése momento tan deseado de Mi Corazón, ver a Mis escogidos, a Mi pueblo fiel en esos Cielos Nuevos y en esas Tierras Nuevas, en donde vuestro corazón Me agradecerá grandemente el que hayáis sido escogidos para esos momentos tan importantes en la historia de la humanidad.

Serán momentos Divinos, serán momentos humanos pero con una grandiosidad que recordarán las generaciones futuras estos momentos de cambio. AgradecedMe desde ahora, Mis pequeños (Lenguas…), agradeced de corazón, agradeced que Mi Amor os haya tocado profundamente y agradeced a vuestro corazón la respuesta afirmativa que disteis a Mi llamado.
Gracias, Mis pequeños.

 

Tercer Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: El Buen Pastor, que es Mi Hijo, os llama a todos, pero algunos os hacéis sordos, aún a pesar de que reconocéis el llamado.
Hijitos Míos, el pastor platica siempre con su rebaño, desde que él recibe a la nueva oveja, él platicará con ella. La cargará, la consentirá y así, el rebaño entero, se va acostumbrando a escuchar la voz del pastor desde que son pequeñitos.

Mi Hijo os dijo que Él es el Buen Pastor y aquellos que son del rebaño, escuchan Su Voz y Le siguen. Están acostumbrados a escuchar la Voz del Pastor y saben que ése Pastor es el que les cuida, es el que les consiente, es el que les lleva a los pastos verdes y al río de aguas limpias. Y así el Pastor les va guiando, les va ayudando a crecer, les ayuda, también, cuando se hieren o las protege cuando el lobo se acerca.

El Buen Pastor, que es Mi Hijo, os llama a todos, pero algunos os hacéis sordos, aún a pesar de que reconocéis el llamado. ¡Eh ahí la terquedad del hombre!, a pesar de la maldad que habéis dejado crecer en vuestro corazón, de alguna u otra forma se manifiesta la Voz del Pastor en el hombre. Todos tenéis la oportunidad, en algún momento de vuestra vida, de escuchar la Voz del Buen Pastor. Ciertamente, algunos no tendréis la oportunidad cuando sois pequeños, de tener una Evangelización debida, de parte de vuestros padres, pero Mi Misericordia Infinita os va a dar la oportunidad, en algún momento de vuestra vida, para que os deis cuenta qué estáis haciendo aquí en la Tierra, Quién Soy Yo, qué es el Amor, cuál es vuestro futuro. Ya queda en vosotros y en vuestro libre albedrío escoger o no, el seguir al Buen Pastor.

¿Por qué os separáis, Mis pequeños?, ¿por qué os vais por otros caminos si os he prometido que al estar Conmigo y al estar con el rebaño, tendréis la protección del Buen Pastor, que es Mi Hijo, que Soy Yo, que es Mi Trinidad Sacrosanta?, ¿por qué sois necios?, ¿por qué no entendéis la lección?, ya no sois unos niños, tenéis la historia, tenéis el aprendizaje pasado y sabéis lo que pasa cuando os alejáis de Mí, vuestro Dios.

¿Queréis acaso sufrir?, ¿os gusta sufrir?, ¿por qué lo hacéis, Mis pequeños?, ¿por qué?, si estando Conmigo tenéis todo. Os apartáis de Mí para sufrir y el mal os llena de sufrimiento, ¿por qué preferís a satanás, cuando él solamente quiere vuestra destrucción, si Yo, vuestro Dios, os voy a llevar por caminos de Bien y de seguridad eterna?

No seáis necios, Mis pequeños, leed nuevamente las Escrituras, ved el sufrimiento del pueblo  judío, del pueblo escogido, que ahora sois vosotros, toda la humanidad. ¿Queréis que se repita la historia en vuestra vida?, ¿por qué, Mis pequeños, no entendéis las lecciones pasadas?, ¿cómo queréis que se manifieste Mi Amor, si vosotros mismos no Me lo estáis pidiendo?, no confiáis en Mi Amor, no confiáis en Mi Presencia en vuestra vida.

Os quiero llenar de bienes y vosotros mismos Me cerráis las puertas de vuestro corazón, vosotros mismos no sabéis lo que queréis, buscáis el Bien y Me azotáis las puertas frente a Mí y con grosería Me apartáis de vuestra vida.

Meditad esto, Mis pequeños, el cómo os comportáis Conmigo, que Soy vuestro Dios, que Soy la Bondad Infinita y no queréis Mi Vida en vosotros. Queréis seguir coqueteando con el mal, que os lleva al desastre y al dolor y a pesar de eso, Me seguís llamando a vuestra vida. Veis que ya el desastre os rodea, y que os lo habéis ganado por haberle invitado a vuestra vida y Me hacéis a un lado a Mí, vuestro Dios.

No os comprendo, Mis pequeños, buscáis el Bien, queréis el Bien y abrís las puertas de vuestra alma al mal. El “bien” que os promete satanás, es un “bien” pecaminoso, superfluo, efímero, un bien aparente, que os va a dejar después un arrepentimiento en vuestro corazón, cuando realmente queda algo de bondad en vuestro corazón, y ni aún así, regresáis a Mí.

¡Qué incongruencia de vuestra vida! Meditad, Mis pequeños, vuestra existencia, lo que habéis hecho, lo que habéis buscado y cómo os ha ido. Criticáis a aquellos que Me buscan, que están Conmigo, aquellos, que Me han encontrado y que viven Mi Amor. Os burláis de ellos, porque no los veis que gocen del mundo y vosotros creéis que el mundo es lo mejor que puede tener el alma.

¡Qué equivocados estáis!, os dais cuenta de ello, cuando vuestra alma, en muchos casos ya se ha perdido, cuando alcanzasteis la condenación eterna por vuestros actos pasados. Os burláis del bueno, porque satanás os ha destruido moral y espiritualmente. La soberbia que habéis hecho crecer en vuestro corazón, os hace creer superiores, porque os respalda el mundo, porque tenéis las riquezas y los placeres del mundo, cuando realmente, el rico es aquél que Me encontró.

Mis pequeños, pedid Mi Santo Espíritu, para que os dé Mi Discernimiento Santo, para que veáis con ojos de Fe lo que realmente quiero de vosotros y para que entendáis el por qué de vuestra vida y para que el engaño de satanás, no destruya vuestro futuro eterno. Pedid a Mi Santo Espíritu que os dé Sabiduría Santa, para que podáis vencer los ataques de satanás, para que podáis responder con palabras santas a los ataques del enemigo. Pedid fortaleza, para que os podáis defender de los ataques crueles de satanás. Entended que él no quiere realmente vuestro bien, os atrae prometiéndoos un bien, pero es un bien material o un bien pecaminoso, que ciertamente, vuestros sentidos gozan, pero que con ello destruirá el valor de vuestra alma. Que Mi Fortaleza en vosotros pueda destruir el ataque de satanás, lo necesitaréis, Mis pequeños, porque cada vez se irá dando más fuerte su ataque contra vosotros, porque no os estáis cubriendo de Gracia a través de la oración y los Sacramentos, os ha vaciado de espiritualidad, no entendéis ya lo que es la espiritualidad en vuestra vida, os ha engañado satanás, os ha vendido el mundo y vosotros lo comprasteis y con ello, os encadenasteis al pecado.

Entended que solamente volviendo a Mí, obtendréis vuestra libertad total, daos cuenta en la esclavitud que ahora vivís. Habéis escogido un círculo de vida del cual ya no os podéis salir con vuestras propias fuerzas. Pedid Mi ayuda, Mis pequeños y Yo romperé ése círculo de maldad en el que ahora estáis.

Venid, os lo pido, sois Mis hijos y os amo, habéis pecado, pero Yo os perdono, habéis caído, pero Yo os levanto, creéis haber perdido vuestra dignidad de hijos de Dios, pero Yo os estoy esperando para colocar en vosotros nuevos vestidos y el anillo en vuestro dedo, como el hijo pródigo. Confiad en Mí, que Mi Bondad Infinita os puede levantar y os puede regresar a donde pertenecéis. Yo puedo hacer esto, Mis pequeños, porque Soy vuestro Padre y vuestro Dios, vosotros sois pequeñitos, Mi Inmensidad y Mi Omnipotencia todo lo  puede. No os dejéis vencer por la maldad de satanás, que siendo pequeña ante Mi Omnipotencia, vosotros le estáis permitiendo que os destruya.

Sí, sus capacidades, siendo limitadas e infinitamente inferiores a Mi Omnipotencia os están destruyendo, porque vosotros mismos le estáis dando fuerza, no os estáis tomando de Mí, no estáis acudiendo a Mí.

Venid pues, tomaos de Mi Mano, venid con humildad, pero con confianza y así satanás os tendrá que soltar, las cadenas caerán y la Gracia volverá a vosotros. Confiad, Mis pequeños y confiad en Mi Amor que todo lo puede.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Estáis invitados a la sublimidad del Amor, dejarMe a Mí, vuestro Dios, habitar perfectamente en el corazón del hombre.
(Lenguas…) Hijito Mío, no te he inspirado Mensaje para este momento, lo he hecho así para que quedaras vacío, para que no tuvieras pensamiento propio, para que te mostraras ante Mí en tu nada.

Mis pequeños, habrá momentos en que no tendréis pensamiento, no sabréis qué hacer ante Mí, estaré Yo ante vosotros y vosotros, al reconocer vuestra nada, lo único que Me daréis estará en vuestro corazón y esto es el amor, vuestro pequeño amor, el amor que tienen Mis hijos, que tienen los pequeños ante sus padres.

Cuántas veces el hijo pequeñito simplemente se acerca al padre o a la madre para sentir su calor, para sentir su afecto, para sentir su compañía y sus palabras bonitas, para sentirse acompañado y protegido. El pequeño responderá con una sonrisa, un abrazo o quizá una palabrita bonita, amorosa, si ya sabe hablar. Lo que los une en ese momento, son los lazos de amor, que existen entre los padres con los hijos.

El amor siempre unirá, Mis pequeños, el amor siempre os dará una fuerza tremenda ante los acontecimientos. Podréis perder todo, pero pedidMe, Mis pequeños, nunca perder el amor, porque si tenéis amor en vuestro corazón, siempre Me tendréis a Mí, que Soy vuestro Dios, el Dios del Amor, vuestro Padre, que Soy el Amor y siempre Mi Amor os atraerá a Mí y vuestro amor siempre llegará a Mí.

Así, manteneos simplemente cerca de Mí, confiados en Mí, seguros en Mí, vuestro Dios. No contéis con vuestras fuerzas ni con vuestras capacidades, es más, pedidMe que os las quite, que quedéis perfectamente vacíos de vuestro Yo, de vuestras capacidades humanas ó de las capacidades que hayáis ejercitado, con las cuales os sentís grandes y seguros de vosotros mismos. Todo eso no vale nada ante Mí si no hay amor, si no hay seguridad en Mí, vuestro Dios.

PedidMe la vaciedad, que en éste momento te dí, Mi pequeño, pedidMe todos vosotros ésa vaciedad en vosotros, para que Yo, pueda llenaros perfectamente, que Yo pueda estar perfectamente en vosotros, habitar en todo vuestro ser, habitar en vuestros deseos, habitar para vuestra vida futura.

Al tenerMe a Mí, enteramente en vosotros, es como habréis ganado perfectamente Mi Reino en vuestro corazón y gozaréis éste Reino en vosotros, como primeramente Me gozaron vuestros Primeros Padres, Yo habitaba perfectamente en ellos antes del Pecado Original y os quiero llevar nuevamente ahí, Mis pequeños.

El pecado coarta toda Mi Omnipotencia en el hombre, estáis capacitados para tenerMe por completo, ser nuevamente Mi Paraíso en vuestro corazón. El Paraíso Terrenal era el corazón de Adán y Eva, un lugar Santo, un lugar Puro, Mi Trono en Mi hechura Terrena, que eran Adán y Eva, Mi Trono en su corazón. Yo Me deleitaba en su interior, Mis Potencias se movían libremente en ellos. Me gozaban en su interior, por la santidad en la que fueron creados, en la perfección en la que fueron creados, y ellos coartaron éste Gozo, Mi Gozo en su corazón. Cuando cometieron esa falta tan grave Me sacaron de su corazón y ahora Yo quiero que todos vosotros regreséis a ése estado, que vuestro corazón vuelva a ser, nuevamente, Mi Paraíso Terrenal y al Yo gozar en vosotros, vosotros gozaréis Conmigo y tendréis ese gozo infinito que tenían vuestros Primeros Padres.

Es una invitación que os hago, Mis pequeños, que espero comprendáis y Me pidáis, porque estáis siendo invitados nuevamente a algo que el hombre no ha vuelto a tener desde que vuestros Primeros Padres perdieron. Estáis invitados a la sublimidad del Amor, dejarMe a Mí, vuestro Dios, habitar perfectamente en el corazón del hombre. Sois Míos, os creé para ello, dejadMe pues, a Mí, vuestro Dios y Creador habitar en Mi creatura, dejadMe consentir a Mi creatura, dejadMe enseñarle nuevamente los misterios de la Creación, misterios Divinos y así gozaréis realmente la Creación como la gozaron vuestros Primeros Padres.

Os quiero tanto, Mis pequeños, os quiero tanto y por eso os quiero consentir nuevamente, dejadMe pues, que Yo haga Mi Obra en vosotros, que volváis a ser la perfección de la Creación, vaciaos de vuestro ser y dejadMe a Mí, que os llene con Mi Divinidad.
Gracias, Mis pequeños.