Ago 08_08 Habéis tenido un gran tesoro sobre la Tierra, que es Mi Cuerpo y Mi Sangre Preciosas.

Mensaje.

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo, a J. V.

Sobre: Mi Alimento de Vida se os irá quitando, la cizaña, que ha entrado también en Mi Iglesia, irá eliminando todo lo que os da Vida
Hijitos Míos, Yo, Cristo Jesús, verdaderamente Me he dado por todos vosotros, por todas las almas en todos los siglos. Verdaderamente Me he dado para vuestra conversión y vuestra salvación eternas, pero el hombre, en el libre albedrío que se le concedió, él debió haberse mantenido en la Gracia y en el Amor, buscando la santificación de su alma, buscando el Bien fraterno entre todos vosotros. Se os ha dado mucho, Mis pequeños, los que estáis Conmigo lo sabéis. Vosotros, los que estáis Conmigo debéis ser los predicadores en aquellos que no quieren saber de Mí y de Mi Amor.

Habéis tenido un gran tesoro sobre la Tierra, que es Mi Cuerpo y Mi Sangre Preciosas, habéis tenido los Sacramentos, que os dan vida, que os levantan de la muerte del pecado, habéis tenido instrucción Divina de parte Mía y tenéis plasmada en los Evangelios Mi Vida, que se os ha dado desde hace más de dos mil años.

El hombre tuvo la oportunidad, con ésta vida que se os entregó, de crecer y santificarse, de prepararse para los grandes regalos Divinos, pero el hombre prefirió regresar a la maldad que el enemigo sembró, en lugar de haber arrancado la cizaña y haber tomado el trigo bueno, hicieron a un lado el trigo bueno y se llenaron de cizaña.

Habéis escogido mal, Mis pequeños, y así como la cizaña ahoga al trigo bueno, la cizaña os ahogará.

Ha ahogado todo lo que hay en el mundo que Yo os di con Amor, que se os dio para crecimiento y vida, ésta cizaña que dejasteis crecer, va eliminando la buena vida en los corazones de los hombres.

Mi Alimento de Vida se os irá quitando, la cizaña, que ha entrado también en Mi Iglesia, irá eliminando todo lo que os da Vida y llegará a un punto en el cual quedaréis solos, como sola quedó Mi Iglesia en el momento de Mi Pasión y Muerte. Sufriréis esos momentos de soledad, porque no cuidasteis el gran Tesoro que teníais, así como en aquél tiempo no Me cuidaron a Mí los que debieron haberMe cuidado, los de la Iglesia, los ministros de la Iglesia de ése tiempo.

Ciertamente sufriréis la soledad, lloraréis la soledad, pero eso os servirá, para que apreciéis grandemente cuando se os regrese Mi Alimento de Vida, cuando venga la resurrección de vuestras almas aquí en la Tierra, cuando se os regrese la Gracia, el Perdón y Mi Amor. Deberéis padecer como Yo padecí.

Os pido más, Mis pequeños, que os mantengáis en la paz de vuestro corazón, aún a pesar del castigo que tendréis, que lo deberéis aceptar con resignación, porque no cuidasteis lo que se os pidió cuidar, la Gracia Divina sobre la Tierra.

Cuando paséis la Purificación, cuando se os dé a conocer vuestro pecado pasado, vuestro arrepentimiento será de corazón y entonces sí, adoraréis y gozaréis el regreso de Mi Gracia y de Mi Alimento a vosotros.

Sed fuertes, mis pequeños, vosotros, los que Me amáis, sed fuertes en la prueba, como fueron aquellos hermanos vuestros, fieles al pié de la Cruz. Ciertamente, los otros apóstoles se llenaron de temor y Me abandonaron, pero luego regresaron, Mis pequeños, y cumplieron su misión hasta la muerte. Algunos estaréis como en aquél tiempo, pase lo que pase, al pié de la Cruz, otros correréis asustados por los acontecimientos que se darán, pero regresaréis a Mí, cuando Mi Santo Espíritu os ilumine.

De una u otra forma que seáis en esos momentos, Yo os amo, porque sé que vosotros Me amáis en vuestro corazón, pedid por aquellos que no querrán volver ó que no les interesará el que no tengáis el Alimento de Vida y los Sacramentos.

Orad por la vaciedad de su corazón, orad, para que acepten Mi Amor en su corazón, orad, por su conversión, porque para ellos también se dio la Salvación a través de la donación de Mi Cuerpo y Mi Sangre.

Yo os bendigo, Mis pequeños y pedidMe que la fuerza de Mi Santo Espíritu se derrame sobre vosotros, para que os mantengáis siempre firmes al pié de la Cruz, que no Me abandonéis, que Me acompañéis.

Os amo, Mis pequeños y os Bendigo con todo Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.