Feb 25_08 Os he pedido grandes cosas, pero también os he dado grandes dones.

Rosario

Mensaje de Dios Padre, La Santísima Virgen María a J. V.

Temas:

  • El estar Conmigo, es el ofrecimiento continuo de vuestras obras y con eso también estáis llegando a vuestra perfección.
  • Confío en vosotros, Mis pequeños, para que salvéis muchas almas con vuestra sola presencia ante ellos.
  • ¿En quién puedo confiar en estos tiempos, más que en vosotros que os habéis dado a Mí, vuestro Dios?
  • Seréis juzgados por cada segundo de vuestra vida, no desperdiciéis, Mis pequeños, más el tiempo de Dios.
  • Mis pequeños, os he pedido grandes cosas, pero también os he dado grandes dones para que logréis el triunfo.
  • Primer Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: El estar Conmigo, es el ofrecimiento continuo de vuestras obras y con eso también estáis llegando a vuestra perfección.
    Hijitos Míos, todos vosotros necesitáis crecimiento espiritual, os distraéis tanto con las cosas del mundo que hacéis a un lado vuestras obligaciones espirituales. Os he dicho que, la espiritualidad de vuestro interior, se va a manifestar en vuestras obras.

    Si vuestras obras están fallando, quiere decir que vuestra espiritualidad es débil, le falta crecer, le falta estar Conmigo. Mis pequeños, esto lo digo por todos vosotros, por toda la humanidad.

    Mi Hijo os dijo “sed perfectos, como Mi Padre es Perfecto”. Pocos, muy pocos son los que se aplican en tratar de llegar a ésa perfección que se os ha pedido y por eso os vuelvo a repetir, os digo que, estáis muy distraídos con las cosas del mundo, con vuestras cosas particulares que, ciertamente tenéis obligaciones, obligaciones de estado que tenéis que cumplir, pero no por estar en vuestras obligaciones de estado Me debéis hacer a un lado.

    El estar Conmigo, es el ofrecimiento continuo de vuestras obras y con eso también estáis llegando a vuestra perfección, porque vuestra perfección es hacer Mi Voluntad y en Mi Voluntad está que vosotros deis ejemplo de una vida espiritual intensa, bella y agradable, no solamente en vosotros, sino a los que os rodean. Por eso, si vosotros Me tomáis continuamente en vuestra vida, estaréis haciendo Mi Voluntad, porque estaréis compartiendo vuestro tiempo Conmigo, Me estaréis dando Mi lugar a Mí, vuestro Dios, los demás lo verán y así, vuestros hermanos estarán también haciendo lo que vosotros hagáis, Yo protegeré vuestra vida, la guiaré, os daré tantas cosas bellas, que vuestros hermanos las verán y así unidos, Yo con vosotros, haremos que éste mundo vaya cambiando hacia ésa belleza en el Amor, Mi Amor en vosotros, Mi Amor en toda la humanidad a través de vosotros. Gracias, Mis pequeños.

    Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Confío en vosotros, Mis pequeños, para que salvéis muchas almas con vuestra sola presencia ante ellos.
    Hijitos Míos, pedidMe que purifique vuestro corazón, que purifique todo vuestro interior, que purifique vuestra mente, que os renueve perfectamente en vuestro interior, para que Mi Santo Espíritu se pueda mover libremente y pueda, de esta forma, guiaros en éstos tiempos de obscuridad.

    El hombre, cuando nace y que va creciendo, va tomando tantas cosas de su alrededor, cosas buenas y cosas malas. Cosas buenas que le servirán para su futuro, pero cosas malas que le irán deteniendo y echando a perder su personalidad y su espiritualidad. De esta forma va creciendo el hombre y su historia se va basando en su interior, en sus obras, si su interior no es muy bueno, sus obras no serán buenas, y así se irá marcando su historia; si su interior es bueno, sus obras serán buenas y así marcará su historia.

    Mis pequeños, todos vosotros debéis hacer una historia, no humana, sino también espiritual, ¿qué habéis hecho para que Mi Amor se difunda sobre la Tierra?, ¿qué habéis hecho para que la Tierra se vaya renovando con todas las Enseñanzas que Mi Hijo os dio?, ¿qué habéis hecho, Mis pequeños, para que vuestros hermanos volteen a verMe, cuando durante toda su vida no lo han hecho?, ¿qué habéis hecho, para que con vuestro ejemplo, muchas almas se conviertan?, ¿qué habéis hecho para que todos aquellos que están causando escándalo en el mundo, maldad en el mundo, eviten hacerlo ya, que tengan la fuerza espiritual para que Yo pueda actuar en su interior y de ésta forma no maltraten a otras almas espiritualmente y las destrocen, de tal forma que se vaya diseminando el mal en el mundo?

    Vuestra obligación, en el Amor, Mis pequeños, es eso, ir purificando a las almas a través de vuestro ejemplo, de vuestra oración, de vuestra vida real en los Mandamientos, en las Enseñanzas que se os han dado, que vuestros hermanos vean que sí se puede vivir de acuerdo a lo que Yo os he pedido y a lo que se os ha enseñado, que vosotros seáis esos ejemplos vivos, esas almas que se han aplicado en la virtud y en el Amor. Que no se vea como una imposición, sino que realmente se os vea un gusto por vivir en la virtud y en el Amor, que vean que sois almas exitosas, porque Me tenéis a Mí, vuestro Dios, en vuestro corazón, en vuestra vida, en vuestros pensamientos, en todos vuestros actos.

    Esa es la forma en que quiero que viváis, Mis pequeños, mostrándoMe con agradecimiento, con alegría, con devoción, con respeto, a todos vuestros hermanos. Por eso, vuestra persona, vuestra forma de ser, es tan importante. Así como los malos, los que se han dejado guiar por satanás, causan escándalo, dan mal ejemplo, tratan de destruir la espiritualidad de vuestros hermanos, que al veros a vosotros, vean vuestros hermanos, que todavía hay almas que viven Conmigo, que viven en el Amor, en la Virtud, buscando su santidad y su perfección. Confío en vosotros, Mis pequeños, para que salvéis muchas almas con vuestra sola presencia ante ellos. Gracias, Mis pequeños.
    Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: ¿En quién puedo confiar en estos tiempos, más que en vosotros que os habéis dado a Mí, vuestro Dios?
    (Lenguas…) Hijitos Míos, hoy os voy a explicar lo que quiero y necesito de cada uno de vosotros.

    Mis pequeños, un recipiente lo podéis llenar de perfumes finísimos ó también lo podéis llenar de agua sucia y lodosa, lo podéis llenar de cosas que os sirvan como alimento ó lo podéis llenar de basura. Vuestra alma, cuando Yo os la he dado, viene pura, viene vacía, tiene capacidades intrínsecas, pero vosotros la vais llenando de acuerdo a vuestras experiencias de vida, la vais llenando también con lo que está a vuestro alrededor, la vais llenando con los consejos que se os dan, con las lecturas que veis, con lo que sufrís, con lo que gozáis, con todo eso se va llenando vuestra alma. Se va llenando también con vuestros pensamientos, puros ó impuros, y así, vuestra alma, que Yo os la he dado vacía y con capacidades, la podéis echar a perder ó la podéis llenar de cosas bellísimas que puedan ser un ejemplo para vuestros hermanos.

    Cuando Yo os he pedido que os vaciéis, es que Me dejéis a Mí purificar vuestra alma, que Me dejéis a Mi, vuestro Dios, limpiarla y llenarla con lo que Yo necesito que estéis llenos, quiero sacar toda ésa impureza, todo ese pecado, toda esa maldad con que la habéis llenado. Tenéis una parte de Mí, que es el alma y ésta no debe estar impura, no puede estar contaminada, no puede ser mala. Por eso las almas, antes de entrar al Cielo, necesitan una purificación y Yo quiero, desde antes, que entréis a ésa purificación, para que vuestra vida sea un ejemplo santo para vuestros hermanos.

    Mis pequeños, os estoy pidiendo todo esto porque, con la llegada de Mi Hijo a la Tierra, las almas deben estar ya preparadas para convivir con el Santo de los Santos, vuestra alma no puede estar en el estado en la que ahora se encuentra, llena de imperfecciones, de maldad, de impurezas. Quiero que os entreguéis a Mí, aún dentro de vuestras actividades cotidianas, que os entreguéis plenamente a Mí, para que Yo pueda hacer Mi Obra sobre la Tierra, como lo hice a través de Mi Hijo, Él, el Puro, el Santo, el Dios entre vosotros. Ved pues lo que necesito, Mis pequeños, vuestra donación, vuestra purificación, que estéis totalmente sueltos a Mi Voluntad. Necesito vuestra docilidad, dejadMe a Mí obrar dentro de vosotros, dejadMe perfeccionaros y vosotros, sed obedientes a lo que Yo os pido. ¿En quién puedo confiar en estos tiempos, más que en vosotros que os habéis dado a Mí, vuestro Dios? Mi Hijo ya bajó a la Tierra, como Maestro, como Guía, como Hermano vuestro para enseñaros, ahora, vosotros, que sois sus hermanos, debéis hacer lo que Él empezó. Si Él actuaba en docilidad a Mi Voluntad, vosotros debéis hacer lo mismo, Yo os pediré, vosotros haréis, verán todos Mi Obra a través de vosotros, porque sabrán de vuestra pequeñez, de vuestras capacidades para hacer las grandiosidades que Yo quiero hacer a través de todas aquellas almas que se suelten a Mí, a Mi Voluntad, al poder Divino. DejadMe pues, que Yo actúe perfectamente en vosotros y primeramente, limpiándoos internamente en cuerpo y en alma, en vuestra mente, en vuestro corazón, que todo esté dispuesto a ser cambiado para servirMe a Mí, vuestro Dios. Gracias, Mis pequeños.
    Cuarto Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
    Sobre: Seréis juzgados por cada segundo de vuestra vida, no desperdiciéis, Mis pequeños, más el tiempo de Dios.
    Hijitos Míos, en Mi Aparición en Fátima, Yo les ilustré a los pastorcillos en qué cantidad se condenaban las almas al ver a las hojas de los árboles caer. Cientos, miles de almas cayendo al infierno directamente y esto porque no hay Fe, no hay amor a Nuestro Dios en sus corazones.

    Mis pequeños, las almas, todos vosotros, dependéis de ésas almas que se han dado en oración, en donación a Nuestro Dios. Tantas almas se pueden salvar, pero debe de haber Caridad en los corazones, debéis estar conscientes, Mis pequeños, que las almas se condenan porque vosotros no estáis luchando por ellas, no estáis orando, no hacéis actos de reparación por ellas, Mis pequeños. A veces el deseo de vuestro corazón, el deseo que pone Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor por la salvación de un alma y una oración que le acompañe, puede ser suficiente para que ésa alma se arrepienta a tiempo y se salve, pero como se os ha dicho, estáis tan distraídos en las cosas del mundo, en vuestras cosas, cosas que no servirán, ni para vuestra salvación ni para la de vuestros hermanos, que desperdiciáis ese tiempo que tenéis para salvar almas.

    Os pido, Mis pequeños, que no desperdiciéis más el tiempo de Dios, que es el tiempo de vuestra vida.

    Amad, amad a vuestros hermanos como Dios os ama a cada uno de vosotros. Lo que tenéis en lo físico, en lo material, en lo espiritual, no es coincidencia, es un regalo de Dios, lo tenéis porque Nuestro Dios os ama. Si vosotros hacéis lo que Él os pide, el que améis a vuestros hermanos, como vosotros mismos os amáis, estaréis continuamente pendientes de las necesidades de salvación de vuestros hermanos. Sed conscientes, Mis pequeños, en todo esto, para que el alma de vuestros hermanos no se condene eternamente.

    Los que estáis con Mi Dios y vuestro Dios y que conocéis lo que el infierno significa, no quisierais estar en su lugar, en el lugar de éstas almas que están por condenarse, si vosotros no quisierais estar ahí, en esa situación, entonces, vuestro corazón se tiene que mover en compasión por vuestros hermanos que están prácticamente condenados, por su mal vivir, por su olvido a las Leyes de Nuestro Dios, por sus malas acciones. Es la Caridad, es el Amor el que siempre va a mover a las almas, para que ellas puedan vivir, para que se puedan salvar, para que puedan crecer.

    Sed pues, verdaderos hermanos, Mis pequeños y no desperdiciéis más el tiempo, que de éste tiempo se os va a juzgar, cómo lo utilizasteis, si para Bien de los demás o lo desperdiciasteis en cosas vanas o solamente en forma egoísta lo utilizasteis para vuestro bien. Seréis juzgados por cada segundo de vuestra vida, no desperdiciéis, Mis pequeños, más el tiempo de Dios, que es el tiempo de vuestra vida. Gracias, Mis pequeños.

    Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Mis pequeños, os he pedido grandes cosas, pero también os he dado grandes dones para que logréis el triunfo.
    Hijitos Míos, cuando vais a competir en una carrera, os preparáis por mucho tiempo, no solamente física, sino mentalmente, para poder lograr el triunfo. Ciertamente, muchos sacrificios tenéis que hacer para prepararos para la carrera. Necesitaréis tener un tiempo para vuestro trabajo ó para vuestros estudios, un tiempo de entrenamiento, vuestra alimentación no va a ser la misma que las demás personas, tendréis que quitar cosas sabrosas para tomar lo que es necesario para vuestro cuerpo, para que tenga energía, para que pueda soportar la prueba. Tendréis un tiempo para descansar, quizá diferente al que tengan vuestros hermanos, quizá tendréis que sacrificar fiestas o reuniones con vuestras amistades. Todo cambia, ciertamente, para aquél que quiere hacer algo en su vida, os volvéis diferentes a los demás porque tenéis en vuestra mente, en vuestro corazón un deseo grande, que es el triunfo de la competencia a la que vais a entrar.

    Llega el día de la competencia, días antes os estaréis preparando con cierta alimentación, descanso, os preparáis mentalmente y en la carrera, a pesar de los dolores que se os vienen en vuestros músculos, a ratos pensaréis que vais a desfallecer, que caeréis, pero la fuerza que habéis adquirido, física y mentalmente, durante vuestros ejercicios anteriores y con vuestros entrenamientos, os van levantando, vais soportando dolores fuertes, los vencéis y así seguís adelante, hasta lograr el triunfo. A veces, será el primer lugar ó serán de los primeros lugares, pero hay un triunfo en vuestro interior, haber logrado llegar al final y no todos llegan al final, vencisteis, vencisteis a vuestro cuerpo, a vuestras inclinaciones, a vuestras tentaciones, que no eran buenas, para que os dieran el triunfo. Realmente estáis venciendo en varios campos.

    En lo espiritual sucede lo mismo, Mis pequeños, habéis sido llamados a la gran carrera, la carrera de la vida, en la que os tenéis que preparar durante toda vuestra vida. El triunfo, en lo espiritual ó sea el Reino de los Cielos, no se logra nada más con llegar al final, debéis dejar a lo largo de vuestra vida triunfos, triunfos en vuestros hermanos, ayudándoles también a ellos a convencerse de que ellos también deben triunfar, que deben correr en esta carrera, que deben ayudarMe a que todos vosotros estéis al final, en el gran triunfo, en la coronación de las almas.

    Ciertamente, como os he dicho, no es fácil el triunfo, tenéis que venceros a vosotros mismos, tomar solamente lo mejor para llenar vuestra alma, vuestro ser con las cosas mejores que la vida os da. Ir desechando todo aquello que os pueda llevar a los vicios, a la muerte física, a la muerte espiritual y, así, vais logrando a lo largo de vuestra vida perfeccionaros, perfeccionar vuestro ser, perfeccionar vuestra alma, perfeccionar todos vuestros actos y al final, os esperaré Yo, vuestro Dios, con la corona del triunfo.

    Mis pequeños, os he pedido grandes cosas, pero también os he dado grandes dones para que logréis el triunfo, lo único que necesito es que maduréis espiritualmente, que os deis cuenta de vuestras obligaciones, de la necesidad que tengo Yo de vosotros, de la necesidad que tienen vuestros hermanos de vosotros, de ser instrumentos Míos y al ser instrumentos Míos, tenéis un compromiso grande y bello que, si estáis Conmigo, lo lograréis.

    Venid pues a Mí, Mis pequeños, Yo Soy vuestro Dios, Yo os guío, Yo os aconsejo, Yo os entreno, para que vosotros ganéis la gran carrera, la carrera de la vida en la Tierra y podáis después pasar al Reino de los Cielos a gozar eternamente. Gracias, Mis pequeños.