Feb 29_2024 DadMe un alma que dude, que Me ataca, que no está Conmigo, que destruye a otras almas por sus errores, por su mal ejemplo, por su mal pensar.

Rosario – Mensaje ÚNICO

.

====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

====================

.

Habla Dios Padre.

Visión: Veo a Dios Padre, está como dentro de un triángulo, con mucha luz, dice:

Hijitos Míos, Soy vuestro Dios, vuestro Creador, el Padre y en Mi Santísima Trinidad, a todos vosotros, os heMos creado. Todo lo que veis y no veis a vuestro alrededor, ha sido creado por Mí, vuestro Dios.

Hijitos Míos, no acabáis de creer quién Soy Yo, porque Me ninguneáis y Me ofendéis grandemente, al no tomarMe en cuenta en vuestra existencia. Gracias a Mí, vuestro Dios, tenéis lo que tenéis, sois lo que sois y tendréis lo que tendréis.

Ciertamente, os he dado, también, el libre albedrío, Yo os he dado la vida, he puesto a vuestro alrededor todo aquello bueno, para que vosotros crecierais, tanto en lo físico como en lo espiritual, para que escogierais entre el Bien y el mal, para que vivierais el Ejemplo que Mi Hijo os dio o pudierais escoger a donde os ha llevado satanás. Vosotros sois los partícipes de vuestra propia existencia, sois los actores de la vida que os he concedido, no le podéis echar a nadie la culpa de vuestras acciones, porque así sois vosotros: todos los demás tienen la culpa de lo que os pasa, pero vosotros os sentís inocentes. Esa es una situación humana, común entre vosotros: que os creéis estar en el bien con lo que hacéis, cuando, realmente, estáis haciendo un mal, que conllevará un castigo.

No queréis responder a esa responsabilidad, se os dio el Don de la vida para hacer el Bien, he puesto Mi Santo Espíritu en vuestro interior, para que os guiara a hacer el Bien, pero, la gran mayoría de vosotros y de todos los tiempos, no habéis querido entrar en vuestro corazón y dejaros mover, contagiar, obedecer a vuestro Dios, que en vuestro corazón está.

Os falta mucha Fe, pero esa se gana con el trabajo propio en la oración, en las buenas obras, en la donación de vuestro propio ser hacia los demás. Habéis preferido, siempre, vivir para vosotros mismos y se os hace tan difícil poder ayudar a los vuestros. Os dejáis engañar fácilmente por satanás, y así ha sido a través de los siglos. Os habéis dejado engañar y de ahí se vienen todas las guerras, desastres, destrucciones, y no solamente físicas sino espirituales, porque satanás no quiere, como os he dicho tantas veces, que vosotros regreséis al Reino de los Cielos, porque él ya perdió esa oportunidad. No queréis escudriñar en esos secretos Divinos, que, realmente, no son secretos ni misterios, es la realidad vuestra: que si estáis Conmigo, viviréis eternamente en el Bien, en el Amor, en Mis Cuidados en el Reino de los Cielos, guiados por Mi Santo Espíritu, creciendo en tantas Virtudes, en Amor, pero, no, preferís todo aquello que destruye vuestro ser, todo aquello que destruye vuestras Virtudes, el Amor, que es el gran Tesoro que todas las almas tenéis, porque Me pertenecéis y Yo os he regalado ese Amor desde vuestra concepción, pero no dejasteis que Mi Santo Espíritu os guiara a ir renovando ese Amor día a día, para que cuando llegarais a Mí, pudierais entrar fácilmente al Reino de los Cielos y prácticamente, no tuvierais que purificaros, pasar un tiempo de purificación, antes de entrar al Reino de los Cielos.

Amo infinitamente, a todos los que saben amar, pero castigo, también, a todos aquellos que han despreciado Mi Amor y Mis Cuidados, Mi Guía Amorosa y Misericordiosa, Mi Amor, que se ha derramado de múltiples formas a todos vosotros y más. Mi máximo Amor sobre vosotros, fue la Vida de Mi Hijo Jesucristo, que os Lo di para que viviera entre vosotros y os enseñara que sí se puede vivir en el Amor y aquél que muere en el Amor, renace, y llega ante Mí y Me da un gusto tremendo de saber que hay almas que Me aman, que han respondido a lo que os he pedido.

Vosotros no os imagináis, Mis pequeños, la fuerza real de satanás contra vosotros. Ya os ha dicho Mi Hijo, que en este momento, ya está actuando con toda su potencia malévola sobre vosotros y en todo lo creado, ya nadie lo detendrá y destruirá una gran parte de la humanidad y de todo lo creado. Pero subsistirá el resto fiel, que ya os he explicado quiénes son y que ya están marcados, son aquellos que se quisieron llenar de Mi Amor, lo buscaron a toda costa, a pesar de las burlas, ataques, traiciones, maldades, de todos aquellos que os rodean, porque, cuando os llenáis de Mi Amor, cuando os llenáis de Mi Vida y que os ven diferente a lo que son ellos, os atacan, porque no sois almas que prefieran el mal y no queréis ensuciaros con ese mal, no queréis que vuestra alma sea destruida por el pecado y la maldad de satanás y, por eso, así como, a Mí, Me mataron por Ser el Amor de los Amores, también vosotros seréis atacados, no necesariamente, como se Me atacó a Mí, y como se Me destruyó con ese odio satánico, pero seréis despreciados, porque os parecéis a Mí. Y eso, os debe dar mucho gusto, Mis pequeños, os debe llenar de alegría, ser despreciados por los demás, porque os parecéis a Mí y porque el Cielo os espera. Las Puertas de Mi Reino se abrirán de par en par para vosotros, los que Me pertenecéis.

El mundo está hecho un caos, el mundo ya está lleno de violencia y de maldad, y especialmente, porque os digo que ya se le dio total libertad a satanás para atacaros. Ya se os había dicho que al final de los tiempos, que son los que estáis viviendo, las cloacas se abrirían y sabríais cómo satanás os ha ido destruyendo espiritualmente, moralmente, socialmente, físicamente durante los siglos que el mundo tiene.

Hay tanta maldad y no respondéis, os quejáis, Me echáis la culpa de lo que sucede a vuestro alrededor, y lo que sucede en vuestro interior, cuando vosotros sois los dueños de vuestros actos.

Así como no os presiono y quisiera presionaros para salvaros, tampoco os presiono ni para hacer el Bien ni para hacer el mal; os aconsejo, siempre para el Bien. Me acerco a vosotros, cuando os veo desviados en el camino del mal. Os amo, Mis pequeños, como no os lo imagináis, porque Yo os creé, os amo infinitamente, y os seguiré amando, mientras estéis en la Tierra, porque, cuando la muerte os alcance, ya no podré hacer nada, más que tendréis vuestro Juicio de las obras que vosotros realizasteis, se pondrá en la balanza de la vida vuestras obras, buenas y malas, y ahí, ahí veréis vuestro futuro eterno.

Me duele tanto que vosotros actuéis en el mal, que hayáis escogido seguir la maldad de satanás, cuando no fuisteis creados para ello.

Sabéis, y los que estáis Conmigo, que podéis salvar almas y que tanto os agradeceré, porque Mi Hijo os lo pidió: “DadMe almas”, estando en la Cruz, por vuestra salvación. Os he dado las armas poderosísimas en el Amor, para que podáis salvar almas todos los días.

A eso vinisteis, Mis pequeños, a producir amor y a salvar almas, como tantas veces os he dicho. Pero seguís buscando lo del mundo, seguís buscando todo aquello que halague vuestro cuerpo, vuestras pasiones desordenadas, vuestros errores particulares, sociales, no entendéis, y cuando los acontecimientos graves que se darán y que eliminarán a tantas, tantas almas de la Tierra, ya no tendréis tiempo para arrepentiros.

Os repito lo mismo que os pidió Mi Hijo Jesucristo: “DadMe almas, Mis pequeños”, es una oportunidad más que os doy, con que Me salvéis un alma, vosotros estaréis salvados, es Mi Promesa.

DadMe un alma que dude, que Me ataca, que no está Conmigo, que destruye a otras almas por sus errores, por su mal ejemplo, por su mal pensar: orad, comulgad, sacrificaos por esa alma que escojáis, salvádMela y salvos seréis vosotros. Mi Hijo se dio por todos vosotros y por Su Divinidad, os abarcaba a todos vosotros, pero, os vuelvo a repetir, vosotros sois dueños de vuestro libre albedrío, y que a pesar de que Mi Amor, Mi Misericordia Infinita se derrama sobre vosotros, para que encontréis el camino de la salvación, no queréis tomarlo, ya es necedad del hombre no quererse salvar.

No creéis en Mis Palabras, en Mis Promesas, en Mi Amor, y a pesar de que entro a vuestra alma, a vuestra mente y os aconsejo, y nunca presiono, os aconsejo, a que regreséis al buen camino, a que dejéis vuestra vida de error y de pecado, algunos responden, pero muy pocas almas desean regresar a Mí.

Me duele tanto ver cómo caen tantas almas al Infierno. No fuisteis creados para eso, Mis pequeños.

Es como cuando veis que vuestros hijos, a los que tanto amasteis desde pequeñitos, que los visteis crecer, que los cuidasteis de todo lo malo que había a su alrededor y, llegando a su adolescencia o juventud, escogiera un mal camino y que vosotros no pudierais hacer nada. ¿Qué sentís? ¿Qué sentís en esos momentos? Dolor y dolor fortísimo en vuestro corazón, porque vosotros no criasteis a esos hijos para ser malos o para destruir vidas o para robar, y tantos y tantos más errores que los hijos pueden escoger en su vida, y que van totalmente en camino contrario a lo que vosotros deseabais. Eso os produce dolores fortísimos, y ver a un hijo encarcelado o ejecutado, vosotros no criasteis a ese hijo para que terminara así. En cambio, cuando veis que vuestros hijos triunfan, son buenos, son ejemplo ante la sociedad, ante el mundo, y sobre todo, ante Mí, vosotros gozáis, Me los ofrecéis y Yo gozo con vosotros.

Así pasa, también, en lo espiritual con vosotros. Gozo cuando Me entregáis hijos buenos, hijos llenos de Mi Amor.

Seguid orando, Mis pequeños, escoged un alma, os vuelvo a repetir, escoged un alma que vosotros veáis que necesita de salvación y pídanMe, en qué forma puedo mover su corazón y dadles a esas almas, tan necesitadas de Mí, lo necesario para su salvación y automáticamente, vuestra salvación estará asegurada.

Os amo, Mis pequeños, no dudéis de Mis Palabras, de Mi Amor hacia vosotros. Los tiempos cada vez serán peores, pero manteneos Conmigo. Y ya os he dicho que ya estáis marcados los que estáis Conmigo. Os he dado ya ese regalo, de estar ya marcados, ahora, dadMe a Mí alegría a Mi Corazón, para que toméis vosotros la responsabilidad que os pido de darMe almas. Ya Mi Hijo se dio por vosotros, Lo envié para vuestro bien, ahora, dadMe almas a Mí, Mis pequeños.

Gracias, os bendigo en Mi Santísima Trinidad y que Mi Amor Infinito os siga dando la vida, la vida espiritual que necesitaréis para estos tiempos de gran tribulación. No dudéis de que, a pesar de lo que vaya a suceder Yo aparte Mi vista de vosotros, os protegeré de todo mal, os lo que he prometido y así será.

Gracias, Mis pequeños.