Abr 01_2020 Arrepentíos, ¡arrepentíos de corazón!, doblad vuestras rodillas, poned la frente en el suelo y pedidMe perdón, os escucharé, veré vuestro arrepentimiento de corazón y os levantaré, os abrazaré, lloraré con vosotros, porque sois Mis hijos y os amo.

Rosario matutino.

=========================================

Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a JV

=========================================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Vinisteis a la Tierra a 2 cosas: a amar y a salvar almas, nada más, Mis pequeños.

Os he dicho, Mis pequeños, que estos son tiempos de cambio. Yo permito a veces estas pruebas sobre vosotros que satanás envía, no Yo, Mis pequeños, que satanás, que quiere acabar con vosotros, con Mi Creación, os envía.

Él es la maldad absoluta, Yo Soy el bien supremo, de Mí no puede salir ningún mal como muchos creen y por eso hasta se apartan de Mí y Me blasfeman, porque sienten que Yo os he enviado un mal, y no es así, Mis pequeños. Satanás, desde un principio, desde que fue vencido y arrojado del Cielo, él prometió destruir la Creación y principalmente al hombre, que fue la perfección de toda la Creación.

El Pecado Original llevó abajo toda esa perfección y, desde ese entonces, satanás ha manipulado poco a poco al hombre y ha ido destruyendo también, poco a poco, a la Creación, hasta llegar a los momentos que estáis viviendo, en donde, por falta de oración y de donación a Mí, y de seguimiento a Mis leyes y preceptos, ha tomado un poder inconmensurable para vosotros, Mis pequeños. Yo, vuestro Dios, lo domino, pero vosotros no ayudáis en mucho porque os habéis apartado de vuestras obligaciones, Yo os lo repito fuertemente: ¡de vuestras obligaciones! Y ¿cuáles son vuestras obligaciones?

Vinisteis a la Tierra a 2 cosas: a amar y a salvar almas, nada más, Mis pequeños, pero os distraéis con las cosas del mundo porque satanás os pone esos distractores, os hace creer que necesitáis de las cosas del mundo, porque fue lo que le ofreció a Mi Hijo cuando fue probado, dijo: “Todo esto Te daré si me adoras” y eso es lo que hace el hombre por tener los bienes del mundo, ahora adora a satanás y ¡ved cómo paga! ¡Cómo estáis sufriendo! ¡Cómo está produciendo tanto dolor!

Y cómo, a lo largo de vuestra historia personal de cada uno de vosotros, tenéis momentos de mucho dolor, de muchas penas, de traiciones y de tantas cosas negativas que os hacen sufrir y derramar lágrimas, y eso no viene de Mí, Mis pequeños, eso viene porque vosotros decidisteis dejar vuestra misión de estar conMigo, de llenaros de amor y de salvar almas, todo lo que hagáis fuera de esto se lo estáis dando a satanás. Y luego el dolor que traéis encima me lo achacáis a Mí, vuestro Dios, cuando Yo Soy todo Amor.

Ciertamente en estos momentos de prueba que permito que satanás produzca para vosotros, con los que os ataca, con que os lleva a la desesperación y que os pone en contra Mía, Yo los tomo para que regreséis a Mí. Muchos que estabais apartados de Mí, de Mi Gracia, porque no Me tomabais en cuenta, cuando empezáis a perder vuestros bienes materiales, cuando empezáis a perder familiares queridos, cuando empezáis a perder la salud y se os va la vida, es cuando volteáis a Mí nuevamente y es cuando os dais cuenta de que de un mal que estabais viviendo surge un bien que os va a dar la salvación.

Quiero que entendáis esta lección, Mis pequeños. Si vosotros vivierais en el bien que Yo os pedí, no estaría sucediendo esto ni lo que va a venir, pero vosotros mismos os habéis causado este mal y, aun así, con estas pruebas que estáis padeciendo, otros hermanos vuestros se apartarán todavía más de Mí, creyendo que de Mí viene este mal.

¿De dónde, entonces, puede venir el bien que buscáis si no Me tomáis en cuenta? Pedidle a satanás que os dé un bien y veréis cómo os responde, de él no puede salir ningún bien, puede aparentar daros un bien y luego se cobrará con un mal mayor, y siempre ha sucedido esto, Mis pequeños, pero estáis ciegos, no habéis pedido el discernimiento santo que os haga ver todos estos engaños a los que os lleva satanás; queréis vivir libremente, sin compromisos, pisoteando Mis leyes, Mis mandamientos, haciendo a un lado Mi Amor y llenándoos de amoríos pecaminosos y ¿vosotros creéis que os vais a liberar fácilmente de Mí, vuestro Dios, que os he de juzgar al final de vuestra existencia? No seáis ingenuos, Mis pequeños. Si habéis obrado mal a lo largo de vuestra existencia, no creáis que vuestro juicio va a ser en favor vuestro.

Entended, Mis pequeños, de una vez por todas, porque se vienen cosas terribles, ya que la humanidad no está preparada para soportar tanta maldad que satanás va a propiciar sobre vosotros. No estáis preparados y muchísimos, muchísimos de vosotros vais a caer en sus trampas, en sus engaños, y moriréis eternamente.

Acercaos a Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador, El que os ha cuidado por siempre, y veréis el cambio de vida que tendréis si os apartáis del mal que aceptasteis en vuestra vida y le seguisteis por mucho tiempo. Arrepentíos, ¡arrepentíos de corazón!, doblad vuestras rodillas, poned la frente en el suelo y pedidMe perdón, os escucharé, veré vuestro arrepentimiento de corazón y os levantaré, os abrazaré, lloraré con vosotros, porque sois Mis hijos y os amo.

Mi Amor es infinito, Mi Amor es de un Padre amorosísimo que perdona todo, si es que vosotros arrepentidos así me lo pedís. Aprovechad Mi Misericordia que aun está en Mí para estos tiempos, porque Mi justicia ya está sobre vosotros. Siempre Mi Amor prevalecerá sobre Mi justicia, pero debéis entender que, vuestro mal actuar, merece también un castigo. Aprovechad el poco o mucho tiempo que os quede de vida para hacer un cambio drástico de vuestro mal vivir y venid arrepentidos, os escucharé y os perdonaré, lo prometo, Mis pequeños. Sois Mis hijos y os amo con todo Mi Corazón.

Gracias, Mis pequeños.

========================

Tercer Misterio. Habla la Santísima Virgen.

Sobre: Estos son tiempos, Mis tiempos, en que haré todo lo posible para quitarle almas a satanás.

Hijitos Míos, soy vuestra Madre, la siempre Virgen María. Me duele tanto Mi Corazón por los pecados de los hombres porque veo a Mi Hijo sufrir cuando vosotros le traicionáis. Sí, Mis pequeños, cuando le traicionáis. Habláis de Judas, el traidor, el que estuvo acompañando a Mi Hijo durante el tiempo de Su preparación, cuando enseñaba a los discípulos sobre el amor del Cielo y les daba consejos, les daba poderes sobre el mal, les daba bendiciones, los consentía y el mismo Judas recibió también todas estas bendiciones de parte de Mi Hijo pero, al final, le traicionó y ¿qué es la traición, Mis pequeños? Es oponerse al amigo, a aquel que os ha dado toda su confianza, a aquel que os ama, a aquel que os busca para compartir los bienes que tiene y Me duele deciros esto también a vosotros, que también vosotros habéis sido traicioneros al Amor de Dios, al Amor de Mi Hijo, porque cuando cometéis un pecado grave o leve, como vosotros los llamáis, estáis traicionando al Amor de Mi Hijo; cuando cometéis un pecado quiere decir que estáis aceptando actuar en el mal, que le estáis dando cabida en vuestro corazón a satanás y estáis sacando a Mi Hijo y a Su Amor de vuestro corazón, ¡eso es una traición! ¡Cuántas veces habéis traicionado a Mi Hijo a lo largo de vuestra existencia!

Claro, el Amor de Mi Hijo es grande, Su Redención os trajo el perdón de vuestros pecados y ese perdón lo recibís en el Sacramento de la Penitencia que los ministros de la Iglesia os conceden, pero es Mi Hijo el que os perdona de vuestra traición y os abre nuevamente Sus brazos para aceptaros como el amigo fiel, como el amigo que ya olvidó vuestra traición, y que quiere volver a tener esa relación de amor, de amistad con vosotros.

Ciertamente no todos pecáis de la misma forma, no todos le traicionáis de la misma forma, pero recordad las palabras del Evangelio que a aquel que se le perdona mucho, también amará mucho y ¡cuántos hermanos vuestros alrededor del mundo y del Universo entero están pecando gravemente!, y no les interesa regresar con el Amigo, con su Dios, con su Redentor. Yo intercedo por todos vosotros para que la gracia de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor os toque y os haga reflexionar de vuestro mal proceder espiritual. Continuamente intercedo por toda la humanidad porque fue una tarea que Mi Hijo Me pidió en la Cruz cuando me dijo: “He ahí a tu hijo”, señalando a Juan y, con él, a toda la humanidad de todos los tiempos.

Soy vuestra Madre, soy vuestra intercesora, os llevo nuevamente hacia Mi Hijo, os conduzco arrepentidos hacia Él. Mi Hijo es todo Amor y, así como le pedí en las bodas de Canaán Su primer milagro, en cierta forma también intercedo por cada uno de vosotros para que les perdone vuestros pecados y, muchas veces, gravísimos.

Sabéis que Él nunca va a desoír Mis peticiones, pero debe haber arrepentimiento de corazón de parte vuestra. Estos son tiempos, Mis tiempos, en que haré todo lo posible para quitarle almas a satanás. Todos vosotros sois Mis hijos, porque así Me lo pidió, Mi Hijo, Mi Señor y Mi Dios, y busco el momento en que os arrepintáis e intercedo por vosotros. No desaprovechéis estos tiempos, ciertamente de gran dolor, pero también de gran Amor de parte de Mi Hijo. Su Redención, la Redención para todos vosotros, abarca todos los pueblos, a todas las naciones, a todo el mundo, a todas las almas, al Universo entero.

Su perdón es absoluto, no guarda rencores, olvida cuando realmente vosotros arrepentidos llegáis a Él. Aprovechad esta gracia inmensa de estos tiempos de redención universal. Aprovechad que, aunque estéis en tiempos de purificación, de justicia divina, todavía hay misericordia de parte de Él y evitad seguir traicionando al Amor de vuestro Dios, de Mi hijo, vuestro Redentor, ese es el mayor amor que le podéis dar a Mi Hijo, Él os lo agradecerá y dadLe todos los actos de amor que podáis en agradecimiento de tanto amor que derrama sobre vosotros y que muchos ni cuenta os dais de ello.

Os bendigo, Mis pequeños, Mis hijitos, acercaos a Mí, vuestra Madre, especialmente si vuestra traición hacia Él ha sido inmensa.

Gracias, Mis pequeños.