Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Visión: Veo al Señor San José cargando al Niñito Jesús.
Hijitos Míos, Mis pequeños, estáis sufriendo en múltiples formas, estáis viviendo un caos, no solamente humano, sino espiritual, económico, social. Mucho mal hay a vuestro alrededor, pero todo esto, ya se os había explicado, pero no todos lo aceptaban.
Hay tantos, tantos hermanos vuestros, que no entienden lo que está pasando a su alrededor y en el mundo entero. No saben cuál es la razón a todo esto, unos hablarán que es cíclico, otros dirán que ya se salió todo de la normalidad, como los científicos lo hablan. Pero todo esto tiene una raíz espiritual, Mis pequeños, y la sabéis, es el pecado.
El pecado causa (Lenguas…), el pecado causa mucho mal, tanto en lo personal, como alrededor de vosotros. Ya se os había dicho que satanás está atacando a todo lo creado por Mi Padre, por vuestro Dios.
Vuestra función, Mis pequeños, porque sois del grupo escogido, del grupo espiritual, que en este tiempo, aplacará la ira y la maldad que hay a vuestro alrededor, satanás, ya está en sus últimos momentos de ataque contra vosotros, pero quiere llevarse a la mayor cantidad de almas que pueda y sobre todo, a la destrucción, principalmente, espiritual en vosotros.
Daos cuenta, Mis pequeños, y se os ha dicho varias veces, del valor de vuestra alma, muchos de vosotros no os percatáis de ello. Es inmensamente valiosa un alma con Fe y con Amor, un alma, así, protegida con Fe y con Amor, nunca será vencida, porque pone toda su Esperanza en Nuestra Santísima Trinidad, porque sabe que satanás no puede contra su Dios, y al Amor. Al Amor no lo puede vencer satanás, el Amor lo es todo, y estáis viviendo a vuestro alrededor un desamor muy grave entre vosotros.
Todo esto os va a llevar a una desesperación mundial, algunos, porque estarán siendo atormentados por la Fe; otros, porque estarán perdiendo sus bienes materiales; otros, por los desastres naturales tan fuertes que estáis teniendo y los que todavía vendrán. Todo esto, como os decía, va a ser un caos que ya empezó y que se irá aumentando. Pero hay una, una palabra, que debéis tener muy, muy adentro en vuestro ser, y es la Esperanza.
¿Qué es lo que pasó cuando Me crucificaron? Mis Apóstoles se dispersaron, no sabían qué hacer. Mi Madre, la Siempre Virgen María los protegía, los guiaba, los aconsejaba y era la Esperanza de Mi Resurrección lo que los mantenían unidos, y se dio, se dio Mi Resurrección.
Ahora estáis viviendo también, vuestros últimos momentos. Momentos de persecución, momentos de destrucción, material y espiritual y sabéis que se os ha anunciado, que esto tiene que pasar para el Bien del resto fiel. ¡Tanto os prediqué acerca del Bien, acerca de vivir unidos a Mi Amor, que es el arma más poderosa para un alma estando Conmigo!, estando Yo en vosotros, Mi Amor es una Potencia inmensa, en la cual, satanás, no puede hacer nada.
Tenéis esa capacidad de vida espiritual, pero debéis, también, tener la Esperanza, que esa se da con la Fe, una Fe firme, una Fe inviolable, una Fe Santa. La Esperanza es una de Mis Promesas, de las Promesas del Evangelio, de las Promesas dadas por Mi Padre, vuestro Dios, para el resto fiel. Se darán, y de eso, debéis estar muy seguros, porque en Nosotros no hay mentira, no hay desvío, no hay maldad, no hay error, lo dicho, será.
Mantened pues, la Esperanza de lo que ya está profetizado, manteneos en oración, recordad que se os ha dicho que todo, todo lo que sucede, y sucederá, está guiado por Nuestro Amor y para vuestro Bien.
Muchas cosas que sucederán en vuestra existencia, y a vuestro alrededor, no las comprenderéis en estos momentos, pero serán para vuestro Bien, si habéis buscado Nuestro Bien, si habéis seguido los Mandamientos, si habéis seguido lo que las Escrituras dicen.
No sois Santos, Mis pequeños, y tendréis que ser purificados para obtener el Bien que se os ha profetizado que son, los Cielos Nuevos, Tierras Nuevas, una nueva espiritualidad y el Amor en pleno de Nuestra Santísima Trinidad. Cosas bellísimas, grandísimas, han de venir, y esa es la Esperanza que debéis mantener en vosotros, que no importe lo que pase a vuestro alrededor, que se dará, para que todo aquello que vosotros hicisteis de malo, a lo largo de vuestra existencia, y que dañó Nuestro Sacratísimo Corazón, os aliviarán. Todos los errores serán purificados con la aceptación de lo que tendréis y nunca será más allá de lo que podáis soportar.
Manteneos, pues, firmes, con una Fe grande, una Fe inquebrantable, y el resultado será un resultado de Amor. Ciertamente, como ya se os ha dicho, muchos, muchos hermanos vuestros serán eliminados, pero, si vosotros, como os he dicho, mantenéis Nuestro Amor en vuestro corazón, abogaréis por su salvación. Ya no sois del Mundo, Mis pequeños, ya habéis sido educados con la educación Celestial, vuestro trato con vuestros hermanos, vuestro trato con Nuestra Santísima Trinidad, vuestros deseos, y vuestras metas, ya no son las del Mundo, y de eso os debéis dar cuenta, como habéis sido educados para vivir la espiritualidad que vendrá.
Manteneos pues, Mis pequeños, en esa tarea de Amor y no os preocupéis de lo que pase a vuestro alrededor y lo que pase en vosotros mismos, porque todo lo que suceda en vosotros y a vuestro alrededor, será para purificaros y prepararos, como os dije, para el regalo más grande que un alma pueda tener: que es estar ante la Presencia de Nuestra Santísima Trinidad, y que tendréis en vida.
Como dicen las Escrituras, muchos, muchos en la antigüedad, Profetas, Santos, hubieran querido vivir estos momentos y los estáis viviendo vosotros. Se os escogió para esto, agradeced, pues, que tenéis lo que muchos desearon y no tienen.
Gracias, Mis pequeños.