Feb 02_2024 Vuestra preocupación, como Cristos en este tiempo, será el deseo grande, inmenso, de querer salvar a vuestros hermanos a como dé lugar.

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, en algún momento, en Mi Evangelización a los Apóstoles, futuros sacerdotes, futuros guías del pueblo, Me decían: Enséñanos al Padre, porque Yo les hablaba del Padre.

La Luz del Padre estaba sobre Mí, estaba en Mí y Yo les decía: El que Me ve a Mí, ve al Padre. No entendían en ese momento, lo que era la Presencia de Mi Padre en Mí, vuestro Dios.

Vosotros, tenéis esa obligación, cuando se os da el Don de la vida, vosotros Me representáis a Mí en la Tierra, no podéis decir: “enséñanos al Padre”, porque no apreciáis Mi Presencia en vosotros, si así lo permitís. Yo Soy Luz y vosotros estáis obligados, obligados en el Amor, en Mi Amor, de Mi Santísima Trinidad, de transmitir esa Luz. Pero ¿qué es esa Luz? Esa Luz Soy Yo, Yo, vuestro Dios, el Mesías, el que ha venido al Mundo a traeros el Bien del Cielo, a traeros el Conocimiento del Cielo, a traeros las Verdades y la Vida que se vive en el Cielo.

Os he dicho que estáis rodeados de pura mentira y esa es la obscuridad con la que satanás quiere cubrir Mi Luz, Mi Verdad, Mi Presencia entre vosotros. La Luz es purificadora, es sanadora, es vida, y aquél que acepta seguir Mi Luz, en ese momento, se vuelve otro Cristo, pero el ser otro Cristo, también implica obligaciones de Amor.

Os tenéis que olvidar de vosotros mismos, ya no seréis vosotros, seré Yo en vosotros, y al ser Yo en vosotros, proclamaréis Mi Palabra. Ciertamente, haréis milagros, seréis perseguidos, seréis negados, daréis vida a los muertos, haréis todo lo que Yo hice y más, porque estaréis, también, con Mi Padre, que Él es Todo. Y es Mi Promesa, cuando os he dicho que aquellos que estén Conmigo, harán Mis Obras y las harán aún mayores, Mis pequeños, pero ya, en ese momento, como os he dicho, ya no seréis vosotros, seré Yo en vosotros, ya no habrá soberbia, habrá servicio, ya no habrá ese deseo de tener las cosas del Mundo, porque ya no las necesitaréis, porque si Me tenéis a Mí, vuestro Dios, tenéis todo, ya no buscaréis nada más, porque Me tendréis a Mí, vuestro Dios y el que Me tiene a Mí, Me transmite a los demás, porque Yo Soy el Gran Tesoro. ¡Es tanto lo que Yo Soy, que vosotros no podéis retenerMe!, y por eso aquél que Me tiene, Me transmite, porque quiere, también, regalarMe a todos sus hermanos.

Os he dicho que el Amor, la Fuerza del Amor no la podéis detener, y además, es un gozo transmitirMe a vuestros hermanos, porque al momento en que Me tenéis vosotros, en vuestro interior, en ese momento, se os abren horizontes inmensos, que ni siquiera imaginabais que existieran, y que, además, veis que vuestros hermanos son pobres en espiritualidad, son pobres en la búsqueda de Mis Verdades, de Mi Conocimiento, de Mi Amor, y por eso nace en vosotros, almas escogidas, almas que Me habéis buscado y Me habéis encontrado, queréis llevarMe a vuestros hermanos, para que ellos también, Me gocen y Me sigan transmitiendo, y, así van a ser estos tiempos que se han de venir.

Os he dicho que estáis viviendo ahorita, en las sombra y que en un momento dado, se dará la obscuridad, pero, a los que estáis Conmigo, también os he dicho, que habrá Luz, Luz en vosotros, Luz que transmitiréis, porque habréis estado purificados, sanados de todo mal, y vuestra preocupación, como Cristos en este tiempo, será el deseo grande, inmenso, de querer salvar a vuestros hermanos a como dé lugar.

Sabéis perfectamente, que eso era lo primero de Mi Misión en la Tierra: primero, convertir a las almas y luego, atraerlas a Mí. Desgraciadamente, el mal, también hace su parte y no todas las almas buscan esa perfección espiritual a la que estáis llamados.

Debéis vosotros, buscarMe con ahínco, con gusto, con un deseo grande de poseerMe, pero, os repito, en el momento en que vosotros Me miráis a Mí, vuestro Dios y deseáis, de corazón, el que Yo habite en vosotros, en ese momento seréis transfigurados. Sobre todo, este es el tiempo en que grandes milagros veréis, y uno de ellos, será la posesión de las almas de parte Mía. Los que Me habéis buscado, los que habéis dejado el Mundo, y no quiero decir con eso, que dejéis los bienes del Mundo, porque éstos se os dieron temporalmente, para poder subsistir en vuestra misión, sino, Me refiero, a quitaros ese deseo enfermizo, podría decir, de querer tener más y más, de las cosas del Mundo, olvidando que el Gran Tesoro, Soy Yo. Esas almas, son las que Me tendrán a Mí y gozarán grandemente el tenerMe, y también, gozarán, grandemente el transmitirMe, sois almas elegidas y lo sabéis, Mis pequeños, los que Me habéis seguido y creéis en que Yo estoy con vosotros y que voy guiando todos estos acontecimientos de Purificación del Universo entero.

Sois Míos, Mis pequeños, sois Míos, pero para servirMe, para salvar almas, para dejarMe existir nuevamente, entre vuestros hermanos. Vosotros gozáis plenamente el tenerMe y Yo gozo grandemente, el que Me améis de corazón.

Os bendigo, Mis pequeños, bendigo a los vuestros, bendigo a todos aquellos que Me buscan, Yo los tomaré de la mano y os llevaré por caminos seguros. TeniéndoMe a Mí, Mis pequeños, tendréis seguridad en vuestro caminar y en vuestra estancia aquí en la Tierra, que es vuestra tarea, que habéis aceptado tener, para cumplir con lo que Yo os pedí en la Cruz: DadMe almas. Os bendigo, Mis pequeños.

Gracias, gracias por estar Conmigo.

Amén.