Jul 17_2023 ¡Cómo quisiera que ya ardiera, en este mundo, Mi Fuego de Amor en todos vosotros!

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo

Visión: Veo la Cruz de Nuestro Señor, flotando en el aire, y el Corazón de Nuestro Señor, ardiendo en medio de ésta.

Hijitos Míos, Mi Corazón arde de Amor por vosotros. Muchos de vosotros no os habéis dado cuenta de Mi Amor hacia vosotros. Me he dado en Muerte, en Sufrimiento, en Evangelización por todos vosotros, buenos y malos. Pero pocos, muy pocos han respondido a Mi Llamado.

Mi Corazón sigue ardiendo de Amor, porque no quisiera Yo perder a ninguno de vosotros, porque así Me lo pidió Mi Padre, que Me diera por cada uno de vosotros para vuestra salvación eterna.

El hombre es muy perezoso, tanto, para su crecimiento espiritual, como para su crecimiento humano, y Me refiero al trato que debéis tener entre vosotros, pero ese trato que debéis tener entre vosotros, tiene que estar reflejado por el Amor que Yo he puesto en vuestros corazones. Si vosotros os estáis tratando mal unos a otros, es porque no estáis haciéndole caso al Amor que Yo he puesto en vuestros corazones, y cuando estáis atacando a vuestros hermanos, Me estáis atacando a Mí, vuestro Dios, porque Mi Corazón está en ellos.

Muchos de vosotros no dejáis que esa Llama de Mi Corazón arda de Amor en vosotros, y quisierais apagar ese ardor de Amor, porque no queréis saber de Mí, sino de las cosas del mundo.

Muchos, a lo largo de la historia, de estos dos mil años, han sentido ese ardor de Mi Corazón, Ardor de Amor, que les quema las entrañas, pero, ese dolor, que es un sufrimiento amoroso, no quema y destruye, sino quema lo pecaminoso y os hace crecer. Estas almas tocadas por Mi Corazón, se vuelven más comprensivas, más amorosas con todos los que están a su alrededor, y el amor que Yo recibo de estas almas, salvan a muchas otras almas, porque al tocarlas Yo en su corazón, comprenden el Amor de un Dios que os ama y que quiere vuestra salvación. Entonces, esas almas, se vuelven los Cristos que Yo busco, que Yo quisiera que fuerais todos vosotros, que, al tenerMe a Mí en vuestro corazón, al hacer que las Llamas de este Corazón Divino, ardiera cada vez más fuerte en vuestro corazón; eso quemaría toda la maldad que traéis interiormente, esa maldad que os ha separado de Mí, vuestro Dios.

¡Cómo quisiera que ya ardiera, en este mundo, Mi Fuego de Amor en todos vosotros!, que vuestros corazones fueran, ya, quemados y que existiera solamente Mi Corazón en vosotros.

Todos tenéis parte de Mí, porque Yo Me di por todos vosotros, pero ya queda, en cada uno de vosotros, en que dejéis que Mi Amor, que esas Llamas amorosas se hagan grandes, que quemen vuestra maldad y que vosotros ayudéis a otros a que se queme la maldad de sus corazones, también. Y así, ir formando este nuevo mundo, este nuevo pueblo, esta nueva sociedad, que como os he dicho, será transfigurada, será purificada. Ya os había dicho que el Fuego, el Fuego del Espíritu Santo, que en sí, es también, Mi Corazón Amorosísimo, es el que os va a transformar y os va a llevar hacia el Verdadero Amor, que debisteis haber mantenido, buscado y guardado, como el mayor tesoro que un alma puede tener aquí en la Tierra.

Dejaos, pues, Mis pequeños, que ese Fuego os renazca y os cambie, para que seáis esos Cristos, que Me demostréis vuestro amor a Mí, y se Me vayan quitando todos esos Dolores  que Yo padecí por cada uno de vosotros. En la Cruz que Yo cargué, estaban todos los pecados del Mundo, pasados, presentes y futuros.

QuitadMe, pues, Mis pequeños, ese Dolor, ese peso dolorosísimo que llevé por la salvación de todos vosotros.

Entended lo que Yo os pido, y ayudadMe, también, a gozar, tanto como Yo Le di de Gozo a Mi Padre, por haberLo obedecido. Obedeced, pues, lo que Yo os estoy pidiendo y dejadMe que Yo goce lo que os he dado y principalmente, lo que Yo Me di para la salvación de cada uno de vosotros.

Gracias, Mis pequeños.