Jul 20_2023 ¿Estará suficientemente crecida vuestra alma, como para llegar a Mí y tener un lugar en el Paraíso?

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

(Lenguas…)

Aquél que comiere Mi Cuerpo y bebiera Mi Sangre, tendrá parte Conmigo en el Paraíso. Eso os he dicho, Mis pequeños, y es una Promesa Mía, de vuestro Salvador.

Aquél que Me come, aquél que Me bebe, Mi Cuerpo, Mi Sangre, se va transformando, y puede llegar a llamarse: hermano Mío, hijo de Dios. ¡Cuánta dicha, vosotros, debieras buscar y tener de ser llamados así! Y de comportaros de esa misma forma.

Mis pequeños, cuando vosotros coméis alimento terreno, crecéis, vais tomando un cuerpo adulto, os vais pareciendo a vuestros familiares, a vuestros hermanos, a vuestros padres.

Cuando vosotros tomáis Mi Cuerpo, bebéis Mi Sangre, vuestra alma crece, pero muchos de vosotros, sois como Tomás, os falta Fe, porque si no veis, no creéis. Y es una realidad, Mis pequeños, que mientras más Me toméis y Me bebáis, crecerá vuestra alma, vuestra espiritualidad y os pareceréis a Aquél que os envió, que es Mi Padre, vuestro Dios.

¡Cuánta Fe os falta, Mis pequeños, cuánta Fe! Y también os he dicho que aquél que tuviera la Fe del tamaño de una semilla de mostaza, podría decirle a aquél árbol, que se arrancara de la tierra y cayera en el mar, y o a aquella montaña que se partiera en dos, o se moviera de lugar, o podríais hacer muchos otros milagros, Mis pequeños, si tuvierais la Fe suficiente, pero no, no la buscáis y ésta, la vais a adquirir en la oración principalmente, en las buenas obras, en el estado de Gracia.

Mis pequeños, estáis llamados a regresar al Reino de los Cielos, y no va a ser vuestro cuerpo el que regresará al Reino de los Cielos, sino vuestra alma, ¿estará suficientemente crecida vuestra alma, como para llegar a Mí y tener un lugar en el Paraíso? Ciertamente, hay niveles, tanto en el Cielo como en el Purgatorio, y en el Infierno, y dependiendo de vuestras buenas obras, o vuestras malas obras, llegaréis al nivel que os corresponde, al nivel de los actos que vosotros llegasteis a hacer en Fe en la Tierra.

Mis pequeños, si no tenéis Fe, no sois nada, vuestras almas, vuestras obras, todo lo que hagáis, no tiene valor para vosotros. La Fe os da una fuerza tremenda de vida espiritual, que ésta también se dará para vuestra vida de acción, en la vida diaria que vosotros lleváis. ¡Amor, amor os falta tanto!, Verdadero Amor, para que lo podáis vivir, para que lo podáis llevar a vuestros hermanos, pero, todo eso, lo vais adquiriendo, Mis pequeños, con la Fe, con la oración, con la vida de donación.

Vosotros pertenecéis al Cielo, pero tenéis que luchar para regresar a él. Muchas tentaciones hay alrededor de vuestra vida, a lo largo de vuestra existencia. Tentaciones de diferentes índoles, pero la que más debéis cuidar, es aquella que os puede llevar a la muerte eterna, y deberéis cuidar, Mis pequeños, ese estado de vuestra alma, la Pureza de vuestra alma, para que, ni con el pensamiento, dañéis Mi Corazón Sacratísimo; y creéis, que a veces, esos, que decís pecados menores, no tienen gran importancia, no es así, Mis pequeños, lo que le hagáis a otros, Me lo hacéis a Mí.

Los pensamientos que tenéis, los conozco Yo, vuestro Dios, podréis engañar a los que están a vuestro alrededor, pero a Mí no Me engañaréis, Mis pequeños, y os quiero puros, os quiero Santos, os quiero limpios de corazón, y para eso es el Purgatorio, para que podáis limpiaros plenamente antes de llegar a vuestro Hogar Eterno.

Difícilmente un alma que muere, llega directamente al Reino de los Cielos, salvo situaciones especiales, como el martirio o la Santidad de vida en donación total, pero esas la conozco Yo, solamente.

Buscad, pues, Mis pequeños, el vivir plenamente en Mí, para que Yo os regale lo que necesitaréis a lo largo de vuestra existencia en la Tierra, y os ayudaré, también, para que vuestro lugar eterno esté en un nivel alto, muy cerca de Mi Sacratísimo Corazón, eternamente.

Gracias, Mis pequeños.