Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo
Hijitos Míos, que el deseo más grande y primario en vuestra existencia, sea el de la salvación. Que esta palabra la tengáis muy presente y bien escrita en vuestra mente y en vuestro corazón.
Salvación, salvación primeramente, para vuestra alma, y luego, la salvación para todos vuestros hermanos a través vuestro.
No podéis dar lo que no tenéis, y si (Lenguas…). Cuando vosotros deseáis algo, pero algo que queréis hacer bien y de todo corazón, os adentráis en el estudio de ese tema, hasta llegar a lograr, de la mejor forma, lo que deseáis. Y así debe ser con la salvación.
Si vosotros deseáis salvaros, ¿cuál es la mejor forma?, os pregunto, y es la que Yo os dejé. Y todo lo tenéis en las Sagradas Escrituras, donde os indico, con la Sabiduría Divina, las formas en que podéis alcanzar la salvación, y eso es, en la perfección en el Amor, porque Yo os vine a dar toda una Evangelización de Amor, pero de un Amor Verdadero, un Amor Santo, un Amor Divino, en donde se ve primero Mi Presencia en vuestra presencia, en vuestras obras, en vuestros pensamientos, en todo lo que queréis hacer, y cuando lo lográis, Me agradecéis de todo corazón, el que Yo haya puesto Mis Palabras, Mis Pensamientos en vuestros actos, y de esta forma, alcanzáis la salvación propia y la de vuestros hermanos.
Os he dicho que vivir en la Divina Voluntad, es vivir en Mi Amor, transmitir Mi Amor, porque fue lo que Yo hice estando sobre la Tierra.
Las mismas Escrituras hablan de que Yo nunca dije ni una palabra ni hice algo que no fuera con fines de salvación, o que fuera una palabra que no sirviera, tampoco, para fin de salvación.
Si os fijáis vosotros, en vuestro actuar, desperdiciáis mucho en palabras y obras, desperdiciáis mucho tiempo en cosas, que, aunque sean buenas, no son benéficas para vuestra salvación ni para la de los vuestros; todo lo debéis transformar en amor.
Meditad antes de que hagáis algo: si eso, que vais a decir o a hacer, está sellado con Mi Amor, de esta forma, vuestros actos quedan Divinizados, porque ya no estaréis vosotros actuando por vosotros mismos, sino al contrario, Me estaréis dejando a Mí, vuestro Dios, actuar como Yo quiero actuar para estar Presente, nuevamente, en la Tierra a través vuestro.
Es difícil para la gran mayoría de vosotros, porque tenéis que olvidaros de vosotros mismos, y debéis pensar en Mí todo el tiempo, y que para vosotros, eso se os hace imposible, y quizá, diciéndolo claro, hasta aburrido.
Vosotros estáis acostumbrados a vivir cosas que no son buenas para vosotros ni para los demás. No pensáis por el bien de los demás, y cuando, os dais cuenta de ello, vuestras oraciones de intercesión o vuestras oraciones por vuestro propio crecimiento, pasan en un momento, y creéis, que con uno, dos, tres, cinco minutos, vais a poder reparar por las tres, cuatro o diez horas en donde vosotros actuasteis para vuestros gustos y no para la tarea a la cual, vinisteis a la Tierra, que, como os he dicho, vinisteis a salvar almas y a producir amor.
Tenéis que aprender a negaros a vosotros mismos, Yo Mismo Me negaba a Mí Mismo y dejaba que fuera Mi Padre el que Me dirigiera, y así, lo podéis constatar en las Sagradas Escrituras, y cuando Le dije: Padre, hágase lo que Tú quieras, en el momento de Mi Agonía, no lo que Yo quiera, quería que se apartara el Cáliz, o sea, el sufrimiento que Yo iba a padecer, un sufrimiento que no Me merecía, pero que lo hacía y lo padecía por el Bien de cada uno de vosotros.
Esto os lo digo, porque debéis vosotros, también, aprender a negaros a vosotros mismos, a dejar que sea Mi Voluntad la que os guíe, la que os lleve, la que os encamine, la que os salve.
Vosotros no tenéis la Sabiduría Divina que tengo Yo, no sabéis cómo actuar en determinados momentos y Yo os puedo guiar. Vosotros no sabéis cuándo tendréis algún padecimiento grave, algún accidente y Yo sí, y si vosotros os dejáis mover por Mí, Yo os puedo ayudar en múltiples formas a que vuestra vida ya no sea la misma, sino que sea la Vida de Todo un Dios en vosotros.
Esto para los Ángeles, es algo que, se les hace demasiado grande, el que Yo, vuestro Dios y Creador, baje y entre en una miniatura, como sois vosotros, en una nada, en un polvito ínfimo.
Cuando vosotros os olvidáis de vosotros mismos, cuando os negáis a vosotros mismos, vuestra nada se vuelve Divina, y esto es cuando Me dejáis a Mí, actuar en totalidad para bien vuestro y para el de vuestros hermanos.
Si realmente queréis amarMe verdaderamente, si realmente queréis servirMe, como Yo serví a Mi Padre, vuestro Padre, dejad que Yo entre en vosotros, actúe en vosotros y os lleve por caminos de perfección, para el bien vuestro, para el bien de vuestros hermanos y para darle Gloria a Nuestro Padre Dios, y es entonces, cuando viviréis el Cielo en la Tierra, estaréis, inmensamente, contentos de haber logrado lo que la gran mayoría, no logra.
Gracias, Mis pequeños.