Mayo 25_2023 Orad mucho, tratad, pues, de buscar, al menos, algo, algo más que os pueda ayudar a entrar al Reino de los Cielos. El tiempo ya está sobre vosotros.

Rosario – Mensaje ÚNICO

.

==============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

==============================

.

Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, el tiempo se acerca para el cambio que habréis de tener, ¿estáis preparados para ello, Mis pequeños? Ciertamente, tendréis, también, Mi Presencia ante vosotros, ¿cómo os sentiréis de estar ante Mí, Mis pequeños? ¿Estáis revestidos con un vestido de Gloria, con un vestido de Pureza, con un vestido de Hermandad, con un vestido de Amor entre vosotros?

Sí, Soy un Dios que exige mucho, exijo la Perfección, porque habéis sido creados para que fuerais perfectos, como Mi Padre lo es, y así lo tenéis declarado en las Sagradas Escrituras. Exijo mucho, pero, también, doy mucho, pero vosotros, tampoco sabéis pedir. Estáis tan embebidos en las cosas del Mundo; os sigue poniendo satanás muchas cosas que os interesan más que las cosas Divinas y por eso no estáis preparados, la gran mayoría de vosotros, porque estáis embebidos totalmente en esos intereses pasajeros, mezquinos, pecaminosos.

Sí, vuestras vestiduras no están limpias. Si Yo os pidiera, que en ese momento, en el que Me presente ante vosotros, os dijera que si quisierais venir Conmigo, ¿Cómo os sentiríais? ¿Habría la verdadera honestidad en vuestras palabras? ¿Os sentiríais perfectamente limpios y, sobre todo, que os sintierais que os merecierais, en ese momento, entrar al Reino de los Cielos? Si sois honestos, vuestra respuesta sería: no; no estáis preparados, y eso Me causa mucha tristeza, porque Yo he hecho tanto por vosotros y vosotros habéis desperdiciado tanto de lo que Yo os he dado.

Soy vuestro Dios, Me he dado por vosotros, Me di en totalidad hasta la Muerte, vine del Cielo, como Maestro, para enseñaros a todos vosotros las lecciones de vida para ser perfectos. Porque así como se avanza en la escuela, y os vais preparando para aprender más, y luego, para perfeccionaros vais tomando cursos, para poder trabajar en lo que escogisteis en vuestra vida. ¿Quién hay, entre vosotros, que lleve ese programa de crecimiento espiritual?, prácticamente, nadie, Mis pequeños.

Como Dios y como Hombre, Me siento frustrado, porque, os repito, os di todo, todo el Conocimiento con el que podríais llegar a ser perfectos, todo el Conocimiento, para que cuando estuvierais ante Mí, como en este momento os lo estoy pidiendo, pudierais decirMe: sí, Mi Jesús, estoy preparado para entrar al Reino de los Cielos, porque hice todo lo posible, y con amor, para aprender y vivir lo que nos enseñasteis, quiero entrar al Cielo, porque me he dado por Ti y por mis hermanos; quiero entrar al Cielo, porque mi corazón es el Tuyo y Tu Corazón es el mío. ¿Estáis preparados para eso?

Decís que Soy un Juez Severo, pero si estuvierais preparados, como acabo de explicaros y que vuestra respuesta fuera la que Me acabáis de escuchar, no sería Yo ese Juez Severo, ¿verdad? Sería el Juez Justo, sería el Juez Amoroso porque os compartiría el Reino de los Cielos por haber actuado, por haber obrado, por haber vivido, por haber amado todo lo que Yo os enseñé.

Soy un Juez Severo, porque exijo lo que no quisisteis tomar, porque Me duele, Mis pequeños, porque pasé una Vida de dolor en la Tierra, sabiendo que satanás Me atacaría todo el tiempo y terminaría con Mi Vida, a través de ese plan de los judíos, atacándoMe a Mí, el Mesías. He sufrido mucho por vuestro bien, y ¿cómo Me pagáis ahora, vosotros, Mis pequeños? ¡No sois perfectos!, Yo buscaba esa perfección en vosotros y Me habéis decepcionado. Podréis decir, obviamente, eso: que sois seres humanos y que no sois perfectos, pero Yo, el Maestro, os vine a traer la lección de vida o las lecciones de vida para que fuerais creciendo y que alcanzarais esa Perfección. Fue flojera vuestra, no os interesó seguir lo que Yo os traje a la Tierra para vuestra perfección, no quisisteis seguirMe, no quisisteis tomar vuestro tiempo, el tiempo que es Mío y que ya os he explicado, para esa perfección, porque al ser perfectos, al estar buscando esa perfección, hubierais ayudado a muchos de vuestros hermanos, que con vuestro ejemplo vieran que sí se puede llegar a esa perfección, pero no os interesó. Sed honestos y decídMelo así: no me interesó seguirte, Mi Señor.

Ahora, os pregunto, ¿qué os merecéis? Vosotros mismos os juzgaréis. Yo no os voy a mandar al Infierno, os voy a mandar a donde vosotros Me digáis que os merecéis. Yo quisiera que estuvierais Conmigo en el Reino de los Cielos, pero así, como vosotros estudiáis en la Tierra, para alcanzar un nivel alto de conocimiento y poder trabajar en ello, para poder vivir, para ganar lo suficiente para vosotros, para vuestra familia, para ayudar a otros. Cuando llegáis a un alto nivel de conocimiento, estáis contentos, porque ganaréis dinero con ello, con vuestro trabajo, porque os dedicasteis a estudiar para llegar a eso que os llevó al triunfo.

Ahora, en lo espiritual ¿qué tanto invertisteis en aprender de lo que Yo os traje, para que aprendierais, para que fuerais perfectos, como vuestro Padre Dios es Perfecto? ¿Entendéis ahora por qué Me dicen que Soy un Juez Justo? Y Me veis mal así, Me veis con terror, cuando solamente, os estoy pidiendo que Yo viera en vosotros lo que debisteis haber aprendido, con lo que tanto Me costó, con lo que tanto Me dolió, para que vosotros fuerais Santos, que fuerais esas almas que Me dieran contento, de estar ante Mí, ante vuestro Juicio y que os dijera, con toda alegría: pasa al Reino de los Cielos, porque aprendisteis y vivisteis, con amor, lo que Yo os enseñé.

Es lo que he querido de vosotros, pero ¿cuántos de vosotros, realmente, pasarán así? ¿Cuántos pasarán ese examen de vuestra misma conciencia? Vosotros mismos os juzgaréis, porque en ese momento sabréis y conoceréis todo ese potencial de Conocimiento que Yo os dejé.

Vosotros mismos pondréis en la balanza el Conocimiento dado por Mí, un Conocimiento no imposible de tomar ni de vivir, porque Me hice Hombre, Me hice Pequeño, para que vosotros entendierais y pudierais vivir, desde vuestra pequeñez, lo que todo un Dios os vino a Enseñar. Vosotros mismos os pondréis del otro lado de la balanza, pondréis vuestros actos, pondréis vuestra vida, la compararéis con lo que debisteis haber vivido y vosotros mismos sabréis lo que os mereceréis.

¡Me duele tanto ver cuántas almas reprueban ese momento! ¡Me duele tanto, porque Yo, que Soy todo Amor, veo en vosotros una gran indolencia!, el no querer estar Conmigo, el no querer haber sido perfectos, el no querer haber vivido, estudiado, compartido, lo que Yo os vine a traer, para que pudierais regresar al Reino de los Cielos, contentos, felices, llenos de vida espiritual, y que pudierais compartir todo eso con las almas que ya viven ahí.

Entended, pues, Mis pequeños, que no Soy Yo el injusto, vosotros sois los que Me habéis quedado mal, vosotros sois los que no quisisteis aprender de Mí, vuestro Maestro Divino. Orad mucho, tratad, pues, de buscar, al menos, algo, algo más que os pueda ayudar a entrar al Reino de los Cielos. El tiempo ya está sobre vosotros, se os ha preguntado ya: ¿podréis, realmente, pasar la prueba?

Gracias, Mis pequeños.