Rosario – Mensaje ÚNICO.
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Mensaje de Dios Espíritu Santo a J. V.
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Habla Dios Espíritu Santo
(Lenguas…)
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo, vengo con un Fuego abrasador, a quemar todo aquello que no es bueno para el Cielo, a quemar todo aquello que no es bueno para vuestra salud espiritual, a quemar todo aquello que os está llevando hacia la condenación y no hacia la salvación, que os trajo Jesucristo, vuestro Dios y Salvador.
Mis pequeños, ¡habéis errado el camino, se os ha dado mucho y habéis desperdiciado tanto!, y vengo a rescataros de las garras de satanás.
Vivo en vosotros, os conozco, y Me duele tanto que siendo Yo, vuestro Huésped, no Me hagáis caso, no aceptéis Mis Consejos, no aceptéis Mi Guía Bondadosa, Purificadora, Santificadora. ¿Acaso no os dais cuenta, Mis pequeños, a dónde os ha llevado satanás? Sois hijos de Dios, sois Creación de Dios, vuestro Padre, sois grandes ante los Ojos de Dios, porque tenéis capacidades para hacer grandes cosas, porque cuando vuestro Padre Dios hace cosas, las hace perfectas, y vosotros fuisteis creados para hacer grandes cosas; pero satanás se introdujo en el mundo, se introdujo en vuestras vidas, se introdujo en vuestra misión, en la misión que cada uno de vosotros tenéis.
Vosotros debisteis seguir la Predicación de Jesucristo vuestro Salvador, y ¿Qué habéis hecho con todo eso, que Le costó tanto a vuestro Dios Salvador? Os habéis animalizado. Debisteis estar en un punto alto de Santidad, pero no, preferisteis caer al lodo, al estiércol, a donde os ha llevado satanás. ¡Habéis desperdiciado tanto!, pudiendo haber sido Santos, estáis ahora en el fango, en el fango que oscurece vuestras capacidades espirituales.
Vengo Yo, también, a levantaros, a compartiros Mis Dones, Carismas, Virtudes, estáis llamados, como os dije, a ser Santos y con ello, ser virtuosos, a ser amorosos, como lo es vuestro Dios, como soMos Nosotros en Nuestra Trinidad.
Debierais vosotros brillar, como brillantes pulidos, llevando la Luz que trajo Jesucristo para vosotros. Y ahora, ¿qué sois?, ¡nada!, piedras opacas, no transmitís vida espiritual, no transmitís lo que se os ha dado para ser Santos, habéis dejado a un lado todo lo que os pudo haber llevado a esa vida grande, a esa vida del Cielo que os trajo Jesucristo, vuestro Dios.
¡Habéis desperdiciado tanto, habéis dejado pasar tantas oportunidades de salvación y de redención! Jesucristo vuestro Dios Redentor, se dio en totalidad por vosotros, pero Lo habéis olvidado, Nos habéis olvidado, ya no aceptáis en vosotros el Verdadero Amor Divino, que debiera ser un motor de Vida en vosotros, y en cambio, sois ahora almas derrotadas por satanás, porque preferisteis seguir a aquél que ha destrozado toda vuestra espiritualidad.
Son tan raras ahora en el mundo, esas almas Santas, esas almas buenas, esas almas virtuosas, que debieran ser ejemplo entre todos vosotros, especialmente en la Iglesia. ¿Dónde están esos sacerdotes, virtuosos, Santos, carismáticos, llenos de vida espiritual, llenos del Amor de Mi Esposa, María?
¡Cuánto desamor hay entre vosotros! Entre vosotros ya no os amáis, solamente buscáis lo humano, os habéis olvidado de lo más grande y valioso que tenéis, que es la vida espiritual, la vida en Dios, el Alimento Divino que tenéis en las Sagradas Escrituras. ¿Cuántos os acercáis a ese Alimento de Vida? ¿Cuántos de vosotros, realmente, vivís lo que Jesucristo os vino a traer?
Por eso vengo Yo ahora, Mis pequeños, a destruir todo aquello que impide que vosotros lleguéis a la Santidad, a la vida espiritual perfecta, al Amor Divino, pero para eso, vosotros debéis dejarMe hacerlo, debéis llamarMe con ansia, dándoos cuenta de que habéis errado vuestro camino, que habéis hecho que la Vida que os vino a dar Jesucristo, vuestro Salvador, no tenga valía para vosotros en vuestra vida.
¿Qué esperáis, pues, vosotros, de vuestro futuro espiritual? ¿Qué esperáis: vida o muerte, salvación o perdición eterna en el fuego satánico?
Yo os vengo a dar ese Fuego Restaurador, Fuego Purificador, Fuego Santificador, (Lenguas…) El Padre Me manda a vosotros ahora, como mandó al Hijo, se os dan oportunidades grandes para regresar al Amor Divino. ¿No entendéis el Amor tan grande que os teneMos a cada uno de vosotros? Desperdiciáis ese Amor que os puede hacer grandes a los Ojos de la Trinidad Divina. No vinisteis a ser perdedores, vinisteis a ganar el Cielo, salvando almas, empezando por la vuestra.
Vinisteis a trabajar a la Tierra, para destruir la maldad de satanás, pero todo vuestro tiempo, toda vuestra vida la habéis desperdiciado y llevado hacia una humanidad perdida, habéis preferido vuestra humanidad, el materialismo, todo aquello que os deja a un nivel animal, y vosotros no tenéis esa naturaleza, sois hijos de Dios.
Vengo Yo, pues, a restaurar todo lo que habéis perdido, pero tiene que haber, de parte vuestra, un deseo grande de tomar todo lo que Yo os dé, para restaurar todo lo que habéis desperdiciado y perdido. Son oportunidades que el Padre todavía os da, porque Él quiero el regreso de cada uno de vosotros, Él os creó a cada uno de vosotros, con todo cariño, con todo Amor, con toda Perfección, pero en vuestro crecimiento en la Tierra, preferisteis seguir a la maldad, seguir al error, vivir en esa humanidad caída, a donde ha llevado satanás a este mundo.
Abríos pues, Mis pequeños, en Santa Humildad, reconociendo vuestros errores, y pedidMe, pedidMe a Mí, vuestro Dios Espíritu Santo que os sane de todo aquello que habéis perdido, que habéis desperdiciado, y hasta a veces, habéis maldecido.
Sois hechura Divina, ¡recordadlo!, sois hechura del Cielo, vengo a recuperar vuestra alma, ¡pedídMelo!, Mis pequeños y Yo haré el cambio en vosotros.
Gracias, Mis pequeños.