Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Espíritu Santo a J. V.
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Habla Dios Espíritu Santo.
(Lenguas…)
Visión: Veo algo muy bonito, muy bonito; se abrieron los Cielos, o sea, es como un, como si fuera un candelabro, pero con una, no sé, unos adornos tan bellos, o sea, es algo bellísimo, algo bellísimo; y antes había visto al Espíritu Santo, como bajando, (Lenguas…)
¡Oh! Humanidad, Soy vuestro Dios Espíritu Santo. Daos cuenta, Mis pequeños, que vosotros Me necesitáis, Me necesitáis porque vuestra espiritualidad deja mucho que desear. Necesitáis que Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, eche a andar, nuevamente, vuestro espíritu, vuestra alma, los Dones que se os dieron primarios en el Bautismo, luego en la Confirmación, pero vosotros los habéis olvidado, los habéis hecho a un lado, no habéis hecho crecer esos Dones que se os dieron para vuestra misión.
Vais por caminos errados, no hay Verdad en la gran mayoría de vosotros, la mentira está presente en vuestras vidas y a vuestro alrededor. Ya no confiáis plenamente en vuestros hermanos. ¡Cuánto error! ¡Cuánta falsedad!, y todo porque no estáis con Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad.
Vosotros, Mis pequeños, los que os dais cuenta de esto que os digo, los que sí oráis, los que buscáis la perfección de vuestra alma, de todo vuestro ser, ¡implorad!, imploradMe, que Me derraMe sobre todos vosotros. PedidMe que baje y queme en vosotros todo aquello que es nocivo para vuestro crecimiento espiritual. Se os ha dicho que la Purificación será por fuego y en parte de ello, es el Fuego de Mi Amor el que quemará todo aquello que está destrozando vuestro crecimiento espiritual y está causando que se cancele vuestra misión, misión concedida por el Padre, por vuestro Dios, por el Creador, que confió en vosotros cuando se os dio el Don de la Vida para que Le ayudarais a Jesús en la co-redención del género humano.
Ved, ved qué honor se os concedió: ¡Ser corredentores!, y vosotros Le habéis fallado al Padre, a vuestro Dios.
Vengo ahora Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, ayudándoos a que retoméis lo que desde un principio se os pidió al momento de vuestra concepción, a que retomarais lo que no habéis hecho. Quizá de pequeños, sentíais algo, que no comprendíais, pero que era bello en vuestro ser, pero satanás, dándose cuenta de la misión que traéis cada uno de vosotros, os empieza a atacar para que no se desarrolle esa misión y no dé los frutos que debe dar para vuestra misión de co-redención, para que Le sirváis a vuestro Padre, que ha confiado en vosotros.
Daos cuenta, Mis pequeños, que por vuestra falta de oración, que por vuestra falta en la vida espiritual, el Mundo ha caído en un abismo y prácticamente, un abismo del cual, la gran mayoría no podrá salir, por vuestra necedad, por vuestra falta de amor a Nosotros, que os heMos dado todo, especialmente el Don de la Vida, que no a todas las almas se les concede.
Sois especiales a los Ojos de Nuestra Trinidad. Fuisteis escogidos entre miles, millones de almas para bajar a servir a Nuestra Trinidad, para servir a vuestros hermanos en su redención, para dejar estela de amor en la Tierra a vuestro paso como Jesucristo, vuestro Dios, dejó.
Daos cuenta que vuestra misión es inmensa, y vosotros habéis desperdiciado un tiempo, un tiempo que se os dio y que se le pudo haber dado a otra alma para que la cumpliera, pero vosotros desperdiciasteis ese tiempo y dejasteis de salvar almas, que quizá se puedan condenar.
Implorad Mi pronta llegada, imploradMe que queme todo aquello que es nocivo para vuestro crecimiento espiritual. Ciertamente, la Purificación se dará, pero vosotros, ya desde ahora, pedidMe que os vaya purificando, para que cuando llegue Yo, no se dé ese encuentro tan fuerte Conmigo como lo va a ser para toda la humanidad, el cual va a ser un encuentro tan fuerte, y para muchos, se podría decir que hasta desastroso, porque se enfrentarán a su realidad, a su realidad espiritual, a como os ve el Padre.
No sabréis qué hacer, no sabréis cómo manejaros en ese momento, veréis vuestra realidad y os asquearéis de veros como os ve el Padre.
PedidMe Mi ayuda ahora, ahora, que os la puedo dar, sin que sufráis tanto como será en aquél momento. Se os pide vuestra santidad de vida, y ¿qué habéis hecho vosotros para lograr ese cambio de vida que os abrirá las Puertas del Cielo?
Sed conscientes, ya, de la realidad, pedid que se os abran vuestras capacidades espirituales, para que podáis entender vuestra misión y la obligación que tenéis con vuestro Padre Dios, que os concedió el Don de la Vida.
Mucho Amor se ha derramado sobre vosotros, que habéis desperdiciado, y que no os merecéis, porque lo habéis rechazado, porque habéis vivido en pecado, en pecados graves, en maldad contra vuestros hermanos.
Habéis deshonrado vuestro nombre. Está vuestro nombre en el Libro de la Vida, desde el principio, con la misión que debierais llevar y se ha ido escribiendo el logro de vuestra misión en el Libro de la Vida, todo está ahí. Meditad lo que habéis hecho y ¿tendríais vosotros el valor de leer en el Libro de la Vida todo lo que habéis hecho, sin que os avergonzarais?
Ciertamente será doloroso vuestro encuentro con la Verdad, cuando os presentéis ante vuestro Juicio Personal. Pero cuando reparáis, cuando tratáis de que todo eso se borre, con vuestras buenas obras, con la obediencia que Le debéis dar a Nuestra Santísima Trinidad, con el amor con que hayáis tratado a vuestros hermanos, las maldades, los errores, las blasfemias, todo se va borrando, por la Misericordia Divina.
SoMos Todo Amor, SoMos todo Perdón, pero SoMos también Justicia. La Misericordia se derrama cuando veMos que el alma se humilla, que busca su perfección, que pide perdón de corazón, por los pecados que habéis hecho a lo largo de vuestra existencia. Así es como se van salvando las almas, por Nuestra Misericordia y Nuestra Misericordia actúa olvidando toda vuestra maldad.
Estáis ya, en la recta final, la Purificación se está realizando ya a nivel Universal, ¿cómo estaréis en ese momento?, todavía tenéis algunos segundos para arrepentiros y para poder llegar ante vuestro Dios y que vuestros pecados, la gran mayoría puedan ser perdonados y tengáis derecho a entrar al Reino de los Cielos, pero si os mantenéis en la sordera espiritual en la que habéis vivido, ella os llevará a vuestra perdición eterna.
Vuestra salvación depende de vuestro arrepentimiento, de vuestro dolor de corazón por haberNos ofendido.
Nuestra Misericordia está abierta a todos vosotros y se derrama cuando vosotros, realmente, la queréis aceptar. De vosotros depende vuestra salvación eterna.
Gracias, Mis pequeños.