Rosario – Mensaje ÚNICO.
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, os quiero recordar cómo satanás utiliza sus sutilezas para desviaros del camino. En las Escrituras podéis leer que, aquél que se prefiere a sí mismo, se perderá, pero el que da la vida por sus hermanos, viéndoMe a Mí, en ellos, se salvará. Estáis viendo cómo todos se buscan a sí mismos. Buscan sus resguardos, buscan el tener alimentos para guardar para ellos mismos.
En las Escrituras, también leéis, que debéis vosotros amar a vuestros hermanos como a vosotros mismos, y ahí, nuevamente, acentúo el ver primero por los demás, antes que por uno mismo. Ciertamente, también tenéis que guardar lo vuestro, pero aquí se habla del alma, Yo os hablo del alma, que es lo que vale en vosotros, pero, nuevamente, satanás os lleva a buscar lo material: los alimentos del cuerpo, el resguardo del cuerpo y, os pregunto: ¿en qué estado está vuestra alma?, ¿de qué os sirve cuidar vuestro cuerpo, alimentar vuestro cuerpo, darle todos los cuidados, si vuestra alma no está Conmigo?
Debéis pedirLe a Mi Santo Espíritu, como os tantas veces os he dicho, el Don de Discernimiento. Ya os he dicho mucho que estáis en los últimos momentos antes de que venza Mi Madre a satanás, y él utilizará todas sus mañas satánicas para desviaros, para que dudéis de Mí, vuestro Dios; para que os haga creer que os estoy pidiendo demasiado, que los sufrimientos vienen y que, es una crueldad Divina lo que os va a pasar a todos vosotros.
Mis pequeños, si Yo pensara o hubiera pensado, como vosotros pensáis, cuando Mi Padre Me pidió que bajara a serviros con la Redención, dándoMe por vosotros, no hubiera bajado, Yo sabía cómo la gente de ese tiempo, ciertamente, pecadores, inferiores a Mi Ser Divino, Me iban a atacar, a apedrear, a juzgar injustamente, sabiendo eso y más, no hubiera bajado, pero Me dejé destrozar por la gente de ese tiempo. Yo podría haberle pedido a Mis Ángeles, que acabaran con todo el pueblo, con todos aquellos que estaban en Mi contra, pero no lo hice, por obediencia a Mi Padre y por el Bien que iba a lograr para vuestra salvación. Me di por vosotros. Y por eso, ahora os pido eso; en las Escrituras está como os dije: que aquél que se ve a sí mismo, se perderá y el que vea a su hermano, se salvará, y fue exactamente lo que Yo hice por vosotros, no Me vi a Mí Mismo, a pesar de los sufrimientos que tendría. Mis sufrimientos fueron para vuestra salvación.
Ved cómo satanás utiliza sus maniobras satánicas para desviaros, vosotros debéis daros por vuestros hermanos y, principalmente, por la salvación de sus almas.
Ciertamente, Yo os estaré cuidando de que no os falte de lo material, pero ¿vosotros estaréis haciendo vuestra parte en lo espiritual? ¿Estaréis orando por las almas de vuestros hermanos que están muy desviadas por los ataques de satanás? Esa es vuestra obligación, ahora, en este tiempo, como fue la Mía en aquél tiempo, como fue la salvación de las almas.
En aquél tiempo, Me lo pidió Mi Padre, vuestro Padre, y ahora Yo os lo pido, Mis pequeños, Yo, vuestro Dios, os pido lo mismo que Me pidió Mi Padre: daos por vuestros hermanos, haced todo lo posible que podáis por la salvación de las almas. Hay tantas, tantas almas que necesitan de oración, de donación, de que oréis por ellas, de que Mi Santo Espíritu las toque, y que les haga ver sus errores, su maldad, que les haga ver su futuro eterno y que se puedan arrepentir por ello.
Si vosotros os dierais cuenta lo que es el dolor de estar en el Infierno, y aun así, no pidierais por vuestros hermanos que están llenos de maldad, podría deciros que los malos sois vosotros, porque no tenéis sentimientos. Ciertamente, son hermanos vuestros que están actuando en el mal, pero como os he dicho antes, no podéis juzgarlos, porque no sabéis cómo ha sido su vida. Vosotros no sois jueces, sois hermanos de ellos, soMos familia y si, realmente, hubiera amor en vuestro corazón, no desearíais la condenación de las almas, sabiendo que es un sufrimiento eterno el que tendrán.
Solamente un alma mala, que no tiene corazón, que aun sabiendo del sufrimiento que hay en el Infierno y que no pidiera por un alma, aunque fuera mala, por su salvación, entonces, la maldad, también está en su corazón. Vosotros debéis ser salvadores de almas.
Recordad como Yo escogí a Mis Apóstoles, y les dije que ellos eran pescadores y que ahora iban a ser pescadores de almas. Ahora sois vosotros, Mis discípulos, Mis apóstoles de estos tiempos. Estáis salvando a muchas almas, porque os necesitan, necesitan de vuestra intercesión, necesitan de Mi Amor, que he puesto en vosotros, que ciertamente, vosotros Me lo habéis pedido, lo habéis buscado, lo tenéis, ahora. Debéis actuar con ese Amor y es un Amor que se da, es un Amor incondicional, es un Amor que es Mío y os lo he prestado y si actuáis en Él y con Él, estaréis, seguramente, en el Reino de los Cielos eternamente, Conmigo, vuestro Dios.
Muchas almas os agradecerán que hayáis orado por ellas, que las hayáis arrancado de las garras de satanás, porque muchas de ellas, ni siquiera se dan completamente cuenta de la maldad que ha entrado en ellas, y el peligro que corren de condenación eterna. Vosotros lo sabéis, actuad, pues, como Yo, vuestro Dios, vuestro Cristo, vuestro Redentor, lo hice por vosotros.
Gracias, Mis pequeños.