Ago 17_2022 Llenaos de Mi Amor, estaréis plenamente protegidos, dejad que Mi Amor fluya fácilmente a través vuestro, para que deis Mi Amor a los demás.

Coronilla de la Misericordia – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Habla Dios Padre.

(Lenguas…)

Hijitos Míos, Mi Amor es grande, Mi Amor es Infinito, Mi Amor lo cubre todo, no hay puerta que pueda impedir el paso al Amor, no hay cárcel que pueda encerrar al Amor, no hay maldad que pueda destruir el Amor.

El Amor es lo más grande que se os ha dejado a vosotros, hijos Míos. Tenéis Mi Amor, tenéis en ello Mi Vida y vuestra vida. Si no hubiera Amor, vosotros no existiríais, nada existiría, porque todo lo que existe salió de Mi Amor.

Todo lo que tenéis a vuestro alrededor tiene vida en el Amor. ¿Cómo es posible, que no os hayáis dado cuenta, Mis pequeños, que todo lo que os rodea vive en Mí, vive para Mí y vive para vosotros?, pero vosotros cerráis vuestros corazones, cerráis vuestra mente, no dejáis que vuestra vida sea irrigada por el Amor. Vuestra vida espiritual crecería inmensamente, si dejarais que Mi Amor, en pleno, entrara en vosotros.

Mi Amor así, os lleva a la Santidad a la que estáis llamados, pero la Fe, la falta de Fe, es lo que restringe que Mi Amor doblegue vuestra soberbia, vuestra maldad, vuestros intereses mundanos, vuestro “yo”.

¡Cuánto podríais haber crecido ya, si hubierais dejado que Mi Amor os transfigurara!, os hubiera llevado (Lenguas…), a esas alturas a las que estáis llamados y que habéis vivido a través de hermanos vuestros, que llegaron a la Santidad y que habéis visto, cómo sus vidas se han desarrollado, cuando han dejado que Mi Amor penetre en ellos, que los guíe, que los alimente, que los transforme.

El Amor, ciertamente, va a destruir en vosotros todo aquello que no os sirve para crecer a esos niveles Divinos, y quiero decirlo así: niveles Divinos, porque Divino es Mi Amor y vuestra alma viene de Mí y si os dejáis mover y os dejáis alimentar por el Amor Divino, vuestra alma se divinizará y seréis los santos que Yo quiero ver en vosotros.

Os he dicho que no con esto llegaréis a ser el Divino que Soy Yo, pero seréis los santos que quiero ver en vosotros y el ser santos os va a llevar a gozar, inmensamente, todo lo que viene de Mí.

La Divinidad, para vosotros, es la Santidad a donde os quiero llevar, os da un Conocimiento y una visión muy diferente a la que tenéis ahora. Es como cuando vosotros vais perdiendo la vista y necesitáis unos anteojos para ver mejor, y ya que veis mejor, os dais cuenta de que había pequeñas cositas que no podíais ver y se os pasaban de repente, no las aprovechabais.

Lo mismo sucede con la Santidad, cuando llegáis a ese punto de Santidad a donde os quiero llevar, empezaréis a daros cuenta de cosas que pasaban delante de vosotros y no las aprovechabais, y como ejemplo, os podría dar pasajes de las Escrituras, que a lo mejor habréis leído y leído varias veces, pero no las comprendíais plenamente y cuando tenéis esa Santidad de vida, porque Mi Divinidad en Mi Amor, os ha transformado, es cuando vais gozando lo que se os va dando y que ya estaba escrito, y que llegaría en algún momento en que las entenderíais mejor y las gozaríais inmensamente.

Cuando lleguéis a esos momentos de Santidad, veréis a vuestro alrededor lo que habréis visto miles de veces, pero lo veréis con otros ojos, con Mis Ojos, con Mi Voluntad, y sobre todo, con Mis Deseos de agradaros, porque para eso fuisteis creados, para que gozarais de la Creación, para que gozarais de todo aquello que Yo creé para vuestro bien, y también, para que gozarais Mi Divinidad en vosotros, ya siendo vosotros Santos, como lo eran vuestros Primeros Padres, Adán y Eva.

Ellos vivían en una Santidad muy especial, fueron los Reyes de la Creación, fue lo más excelso de la Creación su vida, y la desperdiciaron, Me traicionaron, como también vosotros lo hacéis, pero, claro, ellos ya habían perdido, con su Pecado, lo más grande que se les dio: el Conocimiento, la Santidad, la Perfección, todo, todo lo desperdiciaron por su traición.

Pero estos son tiempos en que vosotros recuperaréis una gran parte de lo que ellos tuvieron. Y por eso, quiero que vosotros dejéis que Yo os transforme, para que empecéis a gozar lo que tenéis a vuestro alrededor y lo que pronto se os dará cuando toda esta Purificación termine, y se os den esas Nuevas Tierras, ese Nuevo Hogar que se os dará por haber vencido al mal, por haber vencido a vuestro propio “yo”, por haberos dado plenamente a Mí, vuestro Dios, y por haber agradecido Mi Vida en vuestra vida.

Sois Míos, Mis pequeños, sois Míos, entendedlo, os amo, y como un buen Padre, gozo inmensamente, cuando escucho de vuestros labios, lo que sale de lo más profundo de vuestro corazón y Me decís “te amo”, “te amo, Padre”, gozo inmensamente esas palabritas de niño pequeño, pero palabras inmensas que Me dan un gozo inmenso, porque salen de un alma agradecida, pequeña, honesta.

Preparaos, pues, Mis pequeños, para los momentos que han de venir, llenaos de Mi Amor, estaréis plenamente protegidos, dejad que Mi Amor fluya fácilmente a través vuestro, para que deis Mi Amor a los demás. Levantad almas hacia el Amor, ayudad a aquellas almas que inválidas están, porque han perdido mucho de sus bienes, porque no han querido aprender a amar verdaderamente, ya no saben caminar bien, ya no saben utilizar sus manos, sus brazos bien, están inválidas, porque no se han querido dejar mover plenamente por Mi Amor.

Os he dicho que Soy Médico de cuerpos y almas, dejad que Yo penetre en vosotros y vuelva a dar Vida plena a todo vuestro ser, y que todo aquello que os ha dejado inválidos, se renueve, se renueve todo vuestro ser y podáis volver a Mí, perfectamente sanos.

Os amo, Mis pequeños, os amo inmensamente, y os lo he demostrado infinitas veces, ¿cuándo Me daréis un gusto también, a Mí?, un gusto tremendo, que mueva Mi Corazón, como cuando vuestros Primeros Padres movían Mi Corazón, cuando ellos Me agradecían tantos bienes que creé para ellos.

Os bendigo, Mis pequeños, y que Mi Amor quede en vosotros.

Gracias, Mis pequeños.