Oct 22_2021 Poned de vuestra parte y Yo os ayudaré a que alcancéis la Santidad, a la cual estáis llamados.

Rosario matutino_-_Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, como les he dicho en las Sagradas Escrituras: “aquel que come Mi Cuerpo y bebe Mi Sangre tendrá parte Conmigo en el Paraíso”. Quizá no os hayáis puesto a meditar esto, Mis pequeños, porque, así como los alimentos hacen crecer vuestro cuerpo y os dan salud, también el comerMe a Mí, en la Sagrada Eucaristía, comiendo Mi Cuerpo, bebiendo Mi Sangre, vosotros vais creciendo en Virtud, en Amor, en vida espiritual y vais preparándoos para entrar al Reino de los Cielos.

Todo alimento bueno, da fruto bueno en vosotros y vosotros os vais sintiendo cada vez mejor. Vosotros veis cómo vuestros hijos van creciendo con el alimento que les dais y así, llegasteis vosotros a estas edades que ahora tenéis, alimentándoos sanamente.

Vuestra alma, en muchos hermanos vuestros, no ha crecido. Y esto os lo dije alguna vez, hace años, que hay almas que llegan aquí al Cielo, y son almas infantiles, y sus cuerpos, eran de adultos, y esto sucede porque no se les dio de comer debidamente, a través, primeramente, de la Sagrada Eucaristía y después, llevando una vida de oración, penitencia, ayuno, una vida Sacramental, una vida que se acerca a Mí, vuestro Dios.

Cuando vais creciendo, se os van dando también, consejos de vida y de salud para vuestro cuerpo y lo mismo sucede para con vuestra alma, pero si vosotros no os acercáis a los verdaderos Alimentos, a la verdadera vida espiritual, si no os proponéis en vivir una vida correcta, también, vais a perder, posiblemente, la entrada al Reino de los Cielos.

Hay al revés, hay almas de niños que murieron, con cuerpos de niños, pero con almas de adultos; y estas son almas que entendieron desde, pequeñitos, lo que Yo quería y se donaron totalmente a Mí. Ciertamente, son almas escogidas, para que también os den ejemplo de vida, para que os deis cuenta de que realmente, el alma puede crecer estando Conmigo y siguiendo con todo aquello que os he pedido que hagáis, para que os mantengáis unidos a Mí, vuestro Dios, unidos al Cielo, unidos a la Divinidad.

¡Cuánto desperdicio para muchas almas que no Me buscan!, que no quieren estar Conmigo, que sienten que los afecto con los Mandamientos, se sienten aprisionados con los Mandamientos que les he dado, para que vosotros crezcáis en buen orden espiritual, pero, satanás les hace ver tantas cosas negativas, para que no entendáis lo que realmente se debe de vivir. Como os he explicado antes: son focos rojos cada uno de los Mandamientos donde vosotros, al tenerlos presentes todos, os deis cuenta por qué caminos no debéis seguir.

Cuando estáis Conmigo, como os he dicho en las sagradas Escrituras, no se necesitan los Diez Mandamientos, nada más dos: AmarMe a Mí, vuestro Dios y amar al prójimo como a vosotros mismos, y automáticamente todos los demás Mandamientos salen sobrando, porque el Amor, el Verdadero Amor y al estar unidos a Mí, no os dejará que vosotros caigáis en los errores en los que, normalmente, el género humano cae, porque son desviaciones a donde os lleva satanás, desviaciones, tanto de vuestro cuerpo, como de vuestra alma.

Manteneos pues, Mis pequeños, tomados de la Mano Conmigo, guiados por Mi Hija, la Siempre Virgen María, y sobre todo, atentos a vuestra vida espiritual. Así como vosotros, cuando estáis en vuestra profesión de la Tierra, o en lo que hagáis para sustentar vuestra familia, también deberéis estar vosotros atentos a vuestra vida espiritual, y de esta forma, Mi Espíritu Santo en vosotros, os evitará que caigáis en los errores en los que, normalmente, caéis vosotros.

Ciertamente, es una tarea de mucho cuidado, una tarea que debéis seguir todos, y cuando ya se hace común, es fácil llevar una vida santa, cuando ya vosotros os sabéis detener ante los ataques de satanás y no seguís lo que os propone, empezáis a tener una vida Conmigo, vuestro Dios. Poned de vuestra parte y Yo os ayudaré a que alcancéis la Santidad, a la cual estáis llamados.

Gracias, Mis pequeños.