Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, hace tiempo os hice hincapié en una situación que está sucediendo en toda la Tierra y os dije que estáis rodeados de pura mentira, y por eso, es que os he pedido tanto, que Me pidáis el Don del Discernimiento, para que podáis vosotros, realmente, discernir, podáis vosotros, ver con Mis Ojos la realidad que estáis viviendo.
Vosotros, con vuestros ojos humanos, con vuestros ojos pecadores, veis lo que os conviene y tomáis lo que os conviene, y vosotros no estáis hechos, no fuisteis creados para conveniencias, para ser mediocres, para ser almas pecadoras. Ciertamente, la Santidad cuesta, cuesta mucho, pero también el regalo que os doy al final de vuestra existencia, es también, muy grande.
Por eso es necesario, Mis pequeños, que actuéis en la Verdad, cueste lo que cueste. Que vayáis entre los hombres llevando Mi Verdad, no la verdad humana, la que es convenenciera, sino Mi Verdad Divina, porque esto es lo que os lleva a la Santidad, esto es lo que os va a salvar, ésta Verdad es la que os va a hacer grandes santos, sobre todo en estos tiempos tan difíciles, y que como también se os ha profetizado, que en estos tiempos saldrán grandes santos para la historia de la Iglesia.
Tenéis vosotros que ser Mis personajes Divinos en la Tierra. Tenéis que ser esos Cristos, que tanto estoy esperando que seáis, que os convenzáis, de que estáis, como os dije, rodeados de pura mentira, y esto no puede darse entre Mis hijos. ¡Sois tan pocos los que, realmente, Me estáis siguiendo!, que estáis defendiendo Mi Palabra, que estáis defendiendo Mis Mandamientos, que estáis defendiendo Mi Presencia en vuestro corazón, y esa Presencia en vuestro corazón, hace que, los que están a vuestro alrededor, Me vean a Mí en vosotros, que vean Mis características Divinas, Virtudes, Mi Amor, Santidad.
Éstas son características que vosotros tenéis que pedirMe y luchar por mantenerlas en vosotros, porque van a llegar momentos, como también está, en las Sagradas Escrituras, que no sabrá la gente a dónde ir, los mismos sacerdotes no sabrán qué hacer, y vosotros, deberéis darles Luz a vuestros hermanos, porque vosotros estaréis Conmigo, Mi Luz estará en vosotros y vosotros la transmitiréis a vuestros hermanos. Es vuestra obligación, Mis pequeños, no lo toméis como una cosa especial que os lleve hacia la soberbia, sino que es vuestra obligación, como hijos Míos, ser esas personas que lleven Luz en este tiempo de grandes tinieblas.
Así pues, Mis pequeños, os insisto, buscad la Verdad, dejad que Mi Santo Espíritu os tome y que os lleve a la Verdad y, sobre todo, que actuéis con valentía porque al defender lo que es Mío, ciertamente que satanás os va a atacar más fuertemente. Y ahí viene el martirio, también, de muchos, porque satanás no soporta ver Mi Luz entre vosotros, no soporta ver la Verdad entre vosotros, porque Mi Verdad le quita muchas almas que ya están tomadas por él. Y deberéis ser esos santos de este tiempo, santos que dejarán huella en la historia de la cristiandad.
Gracias, Mis pequeños.