Dic 02_2020 Os amo, Mis pequeños. Falta poco para la obscuridad total, pero luego vendrá la Luz y el Premio para los que se mantuvieron Conmigo.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

 (Lenguas…)

Visión: Veo a Nuestro Señor Jesucristo sangrante, con la corona de espinas, y dispuesto a empezar a caminar con la Cruz a cuestas. Empieza a explicarme y veo cómo la gente Le grita, levantan sus brazos, vociferan contra Él.

Hijitos Míos, os  he hablado antes de Mi Pasión, os he hablado antes de que lo que vosotros estáis padeciendo, es lo mismo que Yo padecí. Yo, representando a la Iglesia he sufrido primeramente con el ataque de las dos autoridades, la de los judíos, representando a la iglesia, y la de los romanos, representando a los gobiernos de la Tierra, confabulándose para destruirMe.

Ciertamente, Pilatos no quería que se Me hiciera daño, pero cedió ante el ataque fuerte de la Iglesia de ese tiempo, o sea, el Templo. Estáis ahora sufriendo lo que Yo sufrí.

Se han tomado a las Iglesias en varios países, destruyéndolas, cerrándolas, para que no haya culto, o sea, que en Mi Persona la Iglesia, ya no hubiera predicación. Estoy ante la muchedumbre, la misma Iglesia hace que la muchedumbre grite contra Mí, Me blasfeme, Me ataque, y es exactamente lo mismo que está sucediendo con Mi Iglesia en varias partes del mundo. Los latigazos que estoy sufriendo es lo que Mi Iglesia sufre y lo que Yo sufro con los sacrilegios que se están dando con Mi Cuerpo Eucarístico alrededor del mundo.

Sufro, sufro, y lo digo en presente, porque en Mí no hay tiempo. Sufro al mismo tiempo, como estáis sufriendo vosotros, los que Me amáis, los que estáis Conmigo, los que Me seguís, los que respetáis Mi Palabra y Mi Obra para vuestra salvación.

Tomo la Cruz, el pueblo grita contra Mí blasfemias, cuando una semana antes alababan Mi Presencia entre ellos. Así es el hombre de cambiante, un día está contento y al otro día es otra persona totalmente diferente; un día se Me alaba y otro día se Me blasfema. Voy llevando la Cruz, y esa muchedumbre que Me está atacando, está atacando fuertemente a Mi Iglesia por todos lados, está atacando Mis Verdades, ya no las sigue, no les interesan.

Me he dado por vosotros, estáis vosotros Conmigo, los que Me acompañáis, pero es tanta la muchedumbre. Yo, que vine por todos, y solamente sois algunos los que estáis Conmigo, como en ese momento.

Mis Apóstoles huyeron, como ahora huyen también los sacerdotes, porque no quieren cumplir con su misión yendo a cuidar el rebaño. Se esconden, porque los atacan las autoridades, los atacan también, la misma Iglesia; se han acobardado, como se acobardaron en aquél tiempo Mis Apóstoles.

Yo, representando a la Iglesia, voy sufriendo, voy sangrando, se Me sigue atacando.  Ciertamente, hay personas valientes que Me acompañan, que están Conmigo, su oración y su compañía Me siguen dando fuerza para seguir adelante. No todo se ha perdido, por lo menos algunas almas se salvarán por lo que Yo os he dado, pero Me duele que haya tantas que no desean estar Conmigo.

Con trabajos llego al Gólgota. Se Me ha ayudado a llevar la Cruz; muy a regañadientes, el que Me ha ayudado ha tomado la Cruz. ¿Cuántos Cirineos hay en este momento que al menos, algo presionados, también Me acompañan? Mi Madre, María Magdalena y Juan, los valientes que Me acompañaron hasta estar bajo la Cruz. Hay almas todavía valientes que no serán tocadas, porque están Conmigo, porque realmente Vivo en su corazón, Me defienden y, además, tienen la fuerza, Mi Fuerza en ellos, que ni los mismos soldados pudieron con ellos. Esos son los verdaderos hijos que necesito en este momento, los que Me defiendan, los que defiendan la Iglesia que os he dejado, Mi Presencia, Mi Ejemplo, Mis Palabras, Mis Milagros, Mi Amor. Estáis en esos momentos, Mis pequeños, pero falta Mi Muerte.

Poco falta para Mi Crucifixión de estos momentos, y os dolerá mucho a todos vosotros los que Me amáis, pero recordad, Mis pequeños, que vendrá también ese momento grande de Mi Resurrección y vosotros estaréis Conmigo. Es Mi Promesa.

Os amo, Mis pequeños, manteneos bajo la Cruz orando por vuestros hermanos. PedidLe a Mi Madre, pedidLe a María Magdalena, pedidLe a Juan, que os ayuden a interceder por todos aquellos que necesitan de Mí.

Este mundo va a cambiar, este mundo, en su mayoría, va a morir. Orad por ellos, orad por ellos, Mis pequeños, orad por su salvación; Yo vine a salvaros a todos vosotros, pero muchos de ellos no están pidiendo por su salvación, pedidMe por ellos, Mis pequeños, y los recibiré como si ellos mismos Me lo estuvieran pidiendo.

Os amo, Mis pequeños. Falta poco para la obscuridad total, pero luego vendrá la Luz y el Premio para los que se mantuvieron Conmigo.

Os Bendigo en Mi Santísima Trinidad y en Mi Amor Divino.

Gracias, Mis pequeños.