Nov 05_2020 Al ser otros Cristos en este momento, debéis de mantener Mi Vida entre vosotros, salvando almas, orando en todo momento, ofreciéndoos en todo momento para la salvación de vuestros hermanos.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, vosotros fuisteis llamados a la vida para ser una extensión Mía. Yo vine a la Tierra a serviros, Mi Padre Me pidió venir para vuestra Redención, dándoMe por todos vosotros. En todos los momentos de Mi existencia Yo estaba unido perfectamente a Mi Padre; era oración de salvación en todo momento, oración de donación Mía hacia vosotros para apartaros del mal, para haceros crecer en el Bien, para uniros perfectamente a Nuestra Trinidad.

Toda Mi Vida, desde pequeño, fue donación para vosotros, para que fuerais apartados de la maldad que os rodeaba, de la maldad que os ataba, de la maldad en la que os tenía atrapados satanás desde mucho tiempo atrás.

El hombre caminaba en oscuridad porque eran pocos los que vivían en la Luz. La maldad los circundaba, la maldad no les dejaba ver la realidad que debían seguir aquellos pueblos, a tal grado de que los profetas, que eran enviados para ayudar a toda esa gente en aquel tiempo, eran asesinados porque la maldad de satanás no quería que el hombre viera la Luz, la Luz verdadera, la que solamente puede venir de Nosotros. El mal había dominado en totalidad al hombre, y pocos, muy pocos, se mantenían en un estado de Amor, de Verdad, de Sabiduría Divina, porque le habían hecho caso a los profetas, pero realmente eran muy pocos los que mantenían ese estado de santidad, pudiéndolo decir así.

Con esto os quiero decir, Mis pequeños, que vosotros, al ser otros Cristos en este momento, debéis de mantener Mi Vida entre vosotros, salvando almas, orando en todo momento, ofreciéndoos en todo momento para la salvación de vuestros hermanos. Entended, Mis pequeños, que Soy Yo en vosotros el que está trabajando por el bien de toda la humanidad y del Universo entero; no sois vosotros los que vivís, Soy Yo, Cristo, vuestro Dios, el que debe vivir en vosotros para el bien de todos.

No dejéis pasar tiempo sin ofrecer vuestra presencia, vuestros momentos de vida, no importando qué estéis haciendo para Mí, vuestro Salvador, recordando que lo mejor que podéis ofrecerle a Mi Padre es Mi Vida misma, y unidos así, vuestra pequeñez con Mi donación, es como podremos salvar a infinidad de almas.

Recordad, Soy Yo en vosotros, debéis apartaros de vosotros mismos, de vuestro “yo”, y debéis decir: “Es Jesús, mi Salvador, el que vive en mí” y dejarMe actuar en vosotros para el bien de todos.

Mucho trabajo tenéis por delante, Mis pequeños. Cada vez son menos las almas orantes y son muchas las almas a las que hay que salvar. Os lo dije en aquel tiempo: La mies es mucha y los trabajadores pocos, y sigue siendo así, Mis pequeños, son pocos los que se donan para servir a sus hermanos en su salvación y para servirMe a Mí, vuestro Dios.

Orad, nuevamente os repito, orad en todo momento: en las alegrías, en las tristezas, en el trabajo, en el dolor, en el gusto, en todo momento, Mis pequeños, porque Yo así lo hacía, y siendo vosotros una extensión Mía debéis en todo momento estar salvando almas. Os lo pido, Mis pequeños, sed Mi reflejo en todo lo que hagáis y en todos los lugares en donde estéis.

Gracias, Mis pequeños.