Oct 29_2020 Son momentos de cambio, son momentos de un Juicio severo para toda la Creación, pero son momentos de un gozo inmenso para los que os mantuvisteis Conmigo, vuestro Dios.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

=====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=====================

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

(Lenguas…)

Hijitos Míos, hace tiempo os dije que, cuando se fuera a dar ya el final de esta generación, antes de venir los Nuevos Tiempos, se iban a abrir las cloacas de todo lo existente e ibais a ver todo lo que satanás causó en esta generación, y estáis viendo ahora, ya descaradamente, cómo la maldad, como os dije hace tiempo, camina por vuestras calles y nadie la puede detener.

Ya es mucha maldad la que estáis viviendo, pero antes se escondía porque así es satanás; todo lo hacía por debajo, a oscuras, pero ahora ya lo veis a plena luz del día y enfrente de todos vosotros, a través de los medios de comunicación. Todo lo conocéis y ¿qué es lo que veis? Básicamente, apostasía. Esta generación Me ha dado la espalda, esta generación ha preferido seguir a satanás. Cuando os he dicho que el resto fiel es muy pequeño, muy pequeño, os estáis dando cuenta que el triunfo es para satanás.

¿Dónde ha quedado, realmente, el amor de vosotros hacia Mí, vuestro Dios? ¿Qué os ha dado satanás y qué os he dado Yo? Estáis viviendo en el lodo, estáis viviendo como los puercos, estáis sucios de tanto pecado, de tanta maldad, ya os habéis acostumbrado a toda la porquería que estáis viviendo a vuestro alrededor, y desgraciadamente ya lo habéis tomado como medio de vida.

Con todo esto que estáis viendo y muchas cosas que no estáis viendo, ¿cómo creéis vosotros que puedo estar Yo, vuestro Dios? Generación perversa, generación malvada, generación traidora, ¿qué puede esperar esta generación, de la que se os ha dicho también, que está peor que Sodoma y Gomorra? Si esos pueblos en ese tiempo fueron arrasados, a pesar de que tenían menos pecados que los actuales, ¡imaginad lo que va a ser de vosotros!

He sido muy paciente, se os ha dado mucho: Apariciones de Mi Hijo, de Mi Hija, la Siempre Virgen María, se os dieron muchas oportunidades a todos para regresar a Mí, vivir el Amor, Mi verdadero Amor, vivir en la pureza, en la santidad y ¿qué hicisteis con todo ello?, lo rechazasteis, preferisteis vivir en pecado, preferisteis vivir en la oscuridad y sabéis perfectamente lo que os merecéis con todo ello. Yo no os creé para que le dierais culto al enemigo, el culto Me lo debéis a Mí porque Soy vuestro Dios y vuestro Creador y, además, todo lo que tenéis os lo he dado Yo, porque Soy un Dios Bueno, Providente, que escucho vuestras oraciones. Os veo sufrir y os trato de evitar ese sufrimiento dándoos la oportunidad de vivir en la hermandad, viviendo lo que tenéis en las Sagradas Escrituras, tanto lo Mío en el Antiguo Testamento como lo de Mi Hijo en el Nuevo Testamento, pero ¿qué habéis hecho con todo ello? Lo arrojasteis a la basura y ahí terminaréis también vosotros, en el Averno. Os lo habéis ganado por vuestra traición y por no haber cuidado los grandes Tesoros que os dejé.

Benditos aquellos que, a pesar de haber visto todo esto, haberlo vivido, os mantuvisteis Conmigo, y además sufriendo, como os acabo de decir hace un día. Habéis vivido un tormento incruento porque habéis sido atacados hasta en vuestros propios hogares, por vuestra propia familia, porque vosotros os manteníais Conmigo, y escrito está que cuando vino Mi Hijo y os enseñó cómo se vive en el Cielo, os dijo que aun dentro de la misma familia no todos iban a estar de acuerdo con las Enseñanzas Divinas que se os daban, y os explicó que habría problemas entre padres, hijos, suegras, familia en general.

¡Qué dolor Me causáis, Mis pequeños! Yo, creando todo con un gran Amor para consentiros y, ¿en qué habéis terminado? En una pocilga, llenos de estiércol, adorando a vuestro enemigo. ¿No se os hace esto un error y una grosería inmensa a Mí, vuestro Dios? Os di muchas oportunidades de regresar a Mí y la gran mayoría de vosotros las rechazasteis. Ya se os había anunciado que faltaban días y horas, estáis a punto ya de ese momento que tanto esperan los que están Conmigo.

Todo va a quedar juzgado. Si fuisteis de aquellos que os mantuvisteis Conmigo, dichosos seréis porque todo lo prometido lo viviréis, Mis pequeños, y será grande y bello, que ni siquiera imagináis tanto gozo. Sufristeis por años y el gozo será tremendo para vosotros. Os olvidaréis del dolor, como la mujer parturienta olvida el dolor cuando carga a su bebé recién nacido en sus brazos; os olvidaréis de todo aquello que sufristeis, de todo el rechazo que tuvisteis, aun de entre los vuestros; olvidaréis las blasfemias que dirigidas a Mí recibíais vosotros, pero que vosotros no permitíais que llegaran a Mí, porque Me defendías a capa y espada y pedíais que no tocaran Mi Santo Nombre.

Sí, Mis pequeños, Me defendisteis a Mí, vuestro Dios, contra la maldad que se daba a vuestro alrededor y eso Yo lo pago en una forma grande, infinita, desmesurada, porque sois verdaderos hijos Míos y merecéis los gozos de Mi Reino, pero ¡ay de aquellos que sí gritaron las blasfemias!, aquellos que Me blasfemaron, que rompieron imágenes santas; ay de aquellos que se aliaron a satanás para tratar de quitar la Fe y el Amor entre los hombres y trataron de imponer la maldad de satanás, de diferentes formas, para darle un culto que no se merece. Sufrirán tremendamente por su tontería, por su maldad, por sus errores, y ya no podrán ellos decir, como Me pidió Mi Hijo: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Conozco el interior del hombre, conozco vuestras acciones e intenciones, os conozco perfectamente en vuestros actos, en vuestras palabras, en vuestros pensamientos, y conozco perfectamente quién obraba con maldad, que serán los que recibirán un castigo más fuerte, porque Yo no Me merezco lo que hicisteis contra Mí.

Soy un Dios de Amor y Me tratasteis peor que a un criminal. Conoceréis quién Soy Yo en el momento de vuestro juicio, y en él ya no habrá oportunidad de arrepentimiento. Os ganasteis el Fuego Eterno a pesar de que Yo nunca quise que llegarais a él, pero no hicisteis caso a todo lo que Yo hice para salvaros y también lo que hizo Mi Hija, la Siempre Virgen María. No escuchasteis razones ni buenas intenciones, por lo que sufriréis eternamente vuestro error, vuestro pecado, vuestra maldad.

Aun Mi misma Iglesia, fundada por Mi Hijo, Me traicionó en gran parte, a tal grado que permitió la apostasía que se está dando. Sus actos fueron tremendos contra todo lo enseñado por Mí y por Mi Hijo: no defendieron Mis Palabras, no defendieron los tesoros de la Fe, fueron cobardes en muchos momentos de la historia, se prefirieron a ellos mismos antes que servir a sus hermanos en la administración de los Sacramentos y en la difusión de Mi Palabra.

Se os dio una gran misión, ser sacerdotes, con unos dones y capacidades, hasta milagrosas como la Transubstanciación, que ni los mismos Ángeles la pueden lograr, y aun así Me causasteis muchos dolores. Dejasteis que Mi Hijo, nuevamente, volviera al Calvario y no hacíais gran cosa para evitarle esos dolores.

Os escondisteis en los momentos en que la humanidad más os necesitaba, aceptasteis las mentiras que os obligaban a aceptar aquellos que estaban aliados con satanás y no opusisteis resistencia, simplemente tomasteis sus palabras como órdenes absolutas, y así como callasteis, también callaré en el momento en el que Me pidáis Misericordia para no llegar al infierno.

No Me cuidasteis, no cuidasteis de Mi Hijo, ¡que es vuestro Dios! Ahora sufriréis eternamente ese descuido tan grave que tuvisteis. Muchas almas murieron en pecado grave porque vosotros no quisisteis salir a atenderlos por temores personales, y no disteis el ejemplo de la donación de Mi Hijo por vuestros hermanos.

En múltiples formas, la Iglesia, los sucesores de Pedro, Me traicionaron, traicionaron a la Fe; en múltiples momentos hicieron pacto con satanás, y callaban, ¡y callaban!, aparentando bondad y santidad, cuando realmente estaban bebiendo su condenación eterna.

Mucha mentira, os dije, había alrededor de todo lo que estáis viviendo. Llegará ya, en breve, lo que es la Verdad absoluta, la que viene de Mí, y los que estáis Conmigo gozaréis grandemente esos momentos en donde os daréis cuenta dónde estaba tanta maldad, tanta mentira, con la que satanás engañaba a vuestros hermanos.

Son momentos de cambio, son momentos de un Juicio severo para toda la Creación, pero son momentos de un gozo inmenso para los que os mantuvisteis Conmigo, vuestro Dios.

Seguid adelante, Mis pequeños, ya falta poco, ¡ya falta poco! Todavía habrá sufrimiento, pero vosotros ya pasasteis la prueba, ya vivís una madurez espiritual muy grande, ya no Me fallaréis, ya estoy en vosotros, ya vivo en vosotros. Defenderéis Mi causa, defenderéis Mis principios que viven en vosotros, defenderéis los Mandamientos, defenderéis la Iglesia que vive en vosotros.

Orad y llorad por tanto mal, por tanto dolor que se Nos ha causado a Mi Santísima Trinidad. Vuestras lágrimas van a ser enjugadas y luego brotará una gran sonrisa y una gran alegría cuando empecéis a vivir esos momentos que habéis añorado tanto.

Os Bendigo, Mis pequeños, y Mi Paz quede en vosotros.

Gracias, Mis pequeños.