Oct 28_2020 La diferencia entre los escogidos, para empezar un Nuevo Mundo, está en la Fe y la confianza de estar Conmigo, vuestro Dios.

Rosario matutinoMensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

(Lenguas…) Hijitos Míos, os he dicho muchas veces que después de la Purificación quedará el resto fiel, y vosotros os preguntaréis: “¿Por qué será premiado el resto fiel y por qué es tan pequeño?” Todos vosotros habéis tenido una vida larga o medianamente larga, y quizá habrá algunos pequeños, pero a lo que voy es que habéis vivido sobre la Tierra igual que todos vuestros hermanos, habéis sufrido ataques de satanás y habéis caído en varios pecados, algunos graves, otros no tan graves. Me habéis dado la espalda en algún momento, pero volvisteis a Mí.

La diferencia entre los escogidos, para empezar un Nuevo Mundo, está en la Fe y la confianza de estar Conmigo, vuestro Dios. Muchos otros de vuestros hermanos cayeron y se mantuvieron en ese pecado o en peores. Todos habéis sufrido los ataques de satanás, pero vosotros os levantabais y reaccionabais todo lo contrario a vuestros hermanos: al ser atacados, al ser probados, respondíais con un bien, que era regresar a Mí, vuestro Dios.

A veces, aconsejados por algún otro hermano vuestro, por ignorancia o por querer ver qué había de nuevo en la vida del hombre, o sea, por curiosidad, caíais en errores que éstos, a su vez, os iban dando protección a vuestra alma sin que os dierais cuenta; por decirlo así, probabais el pecado pero no os gustaba y lo rechazabais, y eso os iba dando una madurez espiritual cada vez más fuerte, y así fuisteis venciendo todos esos ataques de satanás y vuestra alma se fue acrisolando sin que os dierais cuenta.

Por eso, las almas que pasarán a estos nuevos tiempos son almas acrisoladas, almas probadas fuertemente en el pecado, en la maldad, ya que no aceptaron seguir en ellos y quisieron seguir viviendo bajo Mi Gracia y bajo Mi Amor, sirviéndoMe y sirviendo a sus hermanos, cosas que muchos, la gran mayoría de vuestros hermanos, no quisieron hacer. La maldad los venció, les di la oportunidad de ser acrisolados para que tuvieran este regalo que tendréis vosotros, los escogidos, pero prefirieron seguir a satanás, a sus obras, a sus maldades, a sus pecados. No quisieron mejorarse, ser almas que pudieran repeler fácilmente a satanás al vivir en las Virtudes, se dejaban vencer fácilmente por los vicios, por las maldades a donde os llevaba satanás.

Las almas buenas, las almas que tomaron para sí, y como medio de vida, lo que tenéis en las Sagradas Escrituras, especialmente lo que Mi Hijo os dejó, sois almas enamoradas de Mi Amor y por eso entraréis a este Nuevo Tiempo, que será un tiempo de un gran amor entre los hombres, un amor puro, un amor santo, un amor de donación, como no lo habéis tenido nunca antes.

Yo voy agradando a las almas escogidas, les doy Mis Regalos ya desde ahora para que se sientan protegidas y seguras, que a pesar del cambio que se viene y los dolores que se darán, saben internamente que Yo estaré con ellas.

Vuestra prueba de acrisolamiento se ha dado a lo largo de vuestra existencia y eso os ha llevado a una madurez espiritual muy grande, lo cual Me halaga inmensamente, y como ya pasasteis muchas pruebas y con ellas vencisteis al mal, no tenéis por qué pasar más dolores y más pruebas grandes, dolorosas, porque ya Me habéis demostrado a quién pertenecéis. Sois Mis almas escogidas, consentidas, amadas de Mi Corazón, y así os he de pagar también a vosotros, consintiéndoos en estos tiempos de tribulación.

Manteneos pues, Mis pequeños, en la línea en la que os habéis mantenido, ya que en estos últimos tiempos noto perfectamente la línea de santidad que escogisteis para servirMe, porque para eso estáis llamados, para ser santos. Ciertamente, vosotros no os dais cuenta de esa evolución espiritual que habéis tenido y ese es el camino de la santidad: Habéis sufrido y a pesar de ello os mantuvisteis Conmigo. Eso es un acto de santidad, Mis pequeños, el haberMe amado a pesar de los problemas y preocupaciones, pero seguíais Conmigo, no Me dabais la espalda, no Me blasfemabais, eso también os llevaba hacia la santidad porque confiabais en Mí, vuestro Dios. Os puse pruebas de diferente índole y las vencisteis todas.

Aquí estoy ya, pues, vuestro Dios y Señor, esperando el momento con ansia en que entraréis a este regalo tan grande que os estoy preparando, vuestro nuevo hogar, las Tierras Nuevas para vosotros, las almas escogidas, las almas acrisoladas, las almas que han buscado su santidad antes de perderse en el pecado.

Os bendigo, Mis pequeños, y os seguiré cuidando en estos momentos de tribulación. Sé que seguiréis Conmigo pese a la situación tan fuerte que se os presentará. Yo estaré con vosotros, os protejo, Mis pequeños, Soy vuestro Dios.

Gracias, Mis pequeños.