Sep 07_2020 Os vuelvo a repetir: En el amor no hay temor. Si realmente amáis, ¿de qué os preocupáis, hijos Míos?

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

======================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

======================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, os he dicho ya, varias veces, que en el Amor no hay temor. Mis pequeños, cuando vosotros confiáis plenamente, y quiero recalcar esto, plenamente, en alguien, sobre todo alguien que os ama, sabéis que en esta persona podéis depositar todas vuestras preocupaciones; sabéis que esa persona os puede ayudar en lo que necesitáis y/o necesitaréis, porque confiáis plenamente en ella, porque os conoce, porque os ama, porque busca vuestro bien. Si así lo hacéis entre los hombres, ¿por qué no lo hacéis conMigo, vuestro Dios?

Ciertamente, os he hablado de grandes acontecimientos por venir, de una purificación tremenda que se ha de dar, de acontecimientos dolorosos que tienen que pasar, pero si Yo os he dicho que los que estéis conMigo seréis protegidos, ¿por qué teméis?

Ciertamente, en un hombre podréis tener la duda de que os pueda ayudar en algo plenamente o cómo os pueda proteger plenamente de algún acontecimiento, de alguna situación desfavorable para vuestra vida, pero conMigo, vuestro Dios, Mis pequeños, que Soy el dueño de todo, que tengo el poder para cambiar todo a favor de una persona, que os puedo proteger plenamente porque Mi Poder Divino es infinitamente superior a los ataques de satanás, ¿por qué dudáis de Mí? ¿Por qué teméis a lo que se pueda venir? Yo os doy la respuesta: Es que teméis de vosotros mismos.

Ciertamente, no estáis seguros de vuestro amor hacia Mí, no Me amáis como ama un niñito pequeño a sus padres, porque ellos aman en total confianza, se dan plenamente sin preguntarse si serán protegidos o no ante algún ataque malo que se les venga hacia ellos. El niñito simplemente corre hacia el papá o hacia la mamá para defenderse de algo que le produzca un miedo o un terror inmenso porque sabe que sus padres le pueden proteger.

Esa es la confianza que os he pedido tantas veces, ¡esa es la confianza que Yo quiero que tengáis en Mí, vuestro Dios! Una confianza plena, una confianza de hijo a padre, pero no de un padre de la Tierra sino de vuestro Padre Divino que Él os puede proteger de todo y os puede dar la alegría y la paz que vosotros necesitáis.

Los acontecimientos que se han de venir están bajo Mi Poder, vosotros no os debéis involucrar en Mi Voluntad Divina, vosotros no fuisteis creados para tratar de adivinar o guiarMe a Mí, vuestro Dios, para hacer o deshacer algo según vuestra manera de pensar. Yo Soy el que domina todas las cosas y vuestra posición, y ciertamente vuestra tarea, es la de siervos y es la de orar, interceder, preocuparse por el bien de vuestros hermanos, por su salvación y la de vosotros mismos, lo que Yo haga o deshaga entra en Mi Voluntad y vosotros no podéis entrar ahí, porque vosotros no sois sabios, no sabéis qué hacer en determinadas situaciones, pero sí podéis, por amor, con vuestra oración implorarMe que los acontecimientos no sean tan fuertes y que las conversiones sean muchas, ¡eso sí lo podéis hacer! Y eso sí permitiré que actúe sobre Mi Voluntad, porque estáis actuando en amor.

Yo Soy el Amor Infinito, Increado, y aquellas almas que han aprendido a amar verdaderamente, Me vencen con Mi propio Amor, el que he puesto en vuestros corazones, por eso se dan los milagros también, porque son una intervención de amor, son una petición que Me hacéis con el corazón en la mano y, ante tanto amor que pueda salir de vuestro corazón por el bien de alguien más, Me vencéis y podéis lograr que Me derrame en bendiciones y cuidados por aquella o aquellas personas por quienes vosotros estáis pidiendo e intercediendo.

Ese es el gran secreto en el cual vosotros podéis hacer grandes cosas conMigo, vuestro Dios, que es actuar en el amor. Los santos lo han aprendido y los milagros que hacían, si vosotros buscáis en la vida de cada uno de ellos, es porque actuaban en el amor y, sobre todo, por el bien de los demás, difícilmente pedían para ellos, para su propio bien. El amor es así, es poderoso, omnipotente y quiero que todos vosotros tengáis ese poder sobre Mí, que con Mi mismo Amor en vuestro corazón, podáis lograr grandes cosas para el bien de la humanidad y, ciertamente, esos bienes se regresarán hacia vosotros y hacia los vuestros.

Por eso os vuelvo a repetir: En el amor no hay temor. Si realmente amáis, ¿de qué os preocupáis, hijos Míos?

Gracias, Mis pequeños.