Jul 09_2020 Yo, vuestro Dios, vuestro Salvador, regreso como gran Rey a estar entre vosotros.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

(Lenguas…)

Visión: Veo a Dios Nuestro Señor bajando del Cielo, pero con unas vestimentas reales, bellísimas, con un porte bellísimo…

Esperad, Mis pequeños, Mi Retorno a la Tierra. Antes de este regalo tan grande, en el cual Yo, vuestro Dios, regresaré triunfante para vivir nuevamente entre los hombres, deberéis pasar un tiempo de purificación, pero que eso no os importe, Mis pequeños.

Os he preparado para que Me ayudéis en estos tiempos, tiempos de cambio, tiempos de perfección espiritual; tiempos en los que dejaréis atrás lo que fue esa generación malvada, en donde los pecados llegaron a un alto grado de ofensa hacia Nuestra Santísima Trinidad. Satanás sabía el término de su tiempo pero, en su soberbia, no lo aceptaba. Su tiempo, en el cual a todos vosotros os llevaría a un gran dolor y a una gran destrucción, termina y eso es lo que va a causar más tribulación. El tiempo termina y desgraciadamente el hombre, en su gran mayoría, no va a hacer gran cosa para aminorar sus dolores.

Esta generación se ha apartado tanto de Mí, vuestro Dios, que por eso va a sufrir mucho. Sabéis, y se os ha dicho, que con la oración, penitencia, ayuno, todo lo que podáis dar, se pueden aminorar vuestros dolores. El hombre ya no lo toma por algo cierto y verdadero, y por eso va a sufrir tanto esta generación, salvo vosotros, los que entendisteis lo que se estaba dando a vuestro alrededor.

La Luz de Mi Santo Espíritu baja hacia todas las almas, llega como una Luz que ilumina vuestra mente, vuestro discernimiento, os llena de Verdades, pero no todos permiten que esa Luz les inunde y comprendan lo que está sucediendo y lo que sucederá en estos tiempos de purificación.

El hombre descuidó su espiritualidad, el hombre no se ha alimentado correctamente, prefirió dejar entrar en él la maldad de satanás, ese alimento nocivo que entra en el hombre y va destruyendo todo cuanto encuentra, y así el hombre va perdiendo Mi Vida en él.

No ha habido Sabiduría en esta generación, se han desperdiciado tantas Virtudes y, sobre todo, Mi Amor. Me han dado la espalda, Me han dejado solo nuevamente, el hombre ha querido salir adelante por sus propias fuerzas y, sobre todo, buscando solamente su gusto personal, y no fuisteis llamados a la vida para eso, fuisteis llamados para servirMe, y especialmente en este tiempo tan importante que marcará una etapa nueva para la historia de la eternidad.

Desperdiciasteis la Redención que tanto Me dolió y, si hubierais aceptado con gusto y con agradecimiento inmenso lo que Yo hice por vosotros, después de dos mil años de ese gran evento que marcó la historia de la humanidad, vuestra santidad debiera de haber estado, para este tiempo, ya muy alta y satanás no os hubiera desviado al grado en el que estáis ahora.

Sois peores que niños, por un lado y por otro se os repite y se os repite la misma lección, y no queréis entender, no quisisteis entender y ahora los acontecimientos se encargarán de que entendáis con el dolor. Estáis llamados a la perfección, estáis llamados a la santidad, vuestro lugar está en el Reino de los Cielos.

Vengo nuevamente por las almas que entendieron estos momentos de la humanidad, a todos se os dio la oportunidad de regresar a Mí, de tomar Mi Vida, que fue el Ejemplo Santo para toda la humanidad, y vosotros gozaréis porque fuisteis fieles a Mi Palabra, a Mi Ejemplo, a Mi Amor.

No os acongojéis, Mis pequeños, no sufráis. Entraréis a tiempos bellos, inimaginables, por ahora, para vuestras pocas capacidades espirituales, porque no las desarrollasteis como debíais haberlo hecho, pero gozaréis grandemente el premio que se os dará. Tuvisteis una Fe firme, mientras que muchos otros no la desarrollaron, vuestra Fe os costó mucho dolor, burlas, ataques. Fuisteis acrisolados y salisteis avante; triunfasteis con un dolor incruento, pero fue doloroso también. Al momento del cambio, al entrar a las Nuevas Tierras que os daré, olvidaréis el dolor y gozaréis inmensamente el nuevo tiempo, como premio a vuestra fidelidad con el Cielo.

Os he prometido que velaré por los vuestros, pero bien sabéis, Mis pequeños, que el Cielo tiene diferentes niveles y éstos se van ganando con esfuerzo, con dolor, con amor. Todos tuvisteis muchas oportunidades de regresar a Mí, pero muchos se taparon los oídos, cerraron su corazón, no quisieron escuchar Mis Palabras, no quisieron tomar de Mi Sabiduría Divina pero, vuestras oraciones, les ayudarán a que se salven.

Todavía falta la parte difícil, Mis pequeños, mucha oración necesitáis todavía, mucha unión conMigo, que sufrí por vosotros. No os atribuléis, Mis pequeños, Yo sufrí primero por vosotros, os he dicho que Yo tomaré vuestro dolor y caminareMos juntos, vencereMos juntos, la noche vendrá y un gran día aparecerá después, para que gocéis lo que os he prometido.

El dolor se volverá gozo, las tinieblas se volverán Luz, la tristeza se volverá alegría y un nuevo mundo os espera para que juntos lo goceMos, Mis pequeños. Os repito: El triunfo se gana con el trabajo, con la lucha, con el dolor, con el amor; aquellos que no quisieron darse por Mí, ni darse por su triunfo personal, no lograrán la salvación que Yo gané para vosotros al darMe por toda la humanidad y de todos los tiempos.

Soy un Dios Justo, premio a aquellos que se merecen el triunfo por su trabajo, por su dedicación, por su amor hacia Mí, pero también castigo a todos aquellos que Me dieron la espalda, que Me atacaron, que Me blasfemaron, que Me trataron de sacar del corazón de vuestros hermanos, de aquellos que hicieron pacto con el enemigo, todos ellos tendrán su castigo eterno.

Veré por los vuestros, os he prometido, orad mucho por ellos, estoy con vosotros, Mis pequeños. Quedaos con esta figura Mía en estos momentos: Yo, vuestro Dios, vuestro Salvador, regreso como gran Rey a estar entre vosotros. Gozaréis Mi Presencia y gozaréis los regalos que os tengo preparados, porque vuestro amor se dio por vuestros hermanos y vuestro amor, que es Mi Amor, lo acrecentasteis en vuestro corazón.

Gracias, Mis pequeños.