Mayo 21_2020 PedidMe Sabiduría y Discernimiento, Mis pequeños, para que no confundáis a lo que os pueda llevar satanás, de darle mucho gozo a vuestro cuerpo y olvidéis el gozo del alma y su estancia conMigo.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

=====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=====================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, cuando os he pedido venir a la Tierra a servirMe, y que vosotros mismos aceptasteis vuestra misión, os di un cuerpo para poder vivir en este mundo físico. Vuestra alma quedó cubierta por ese cuerpo, y os he pedido muchas veces que sepáis discernir entre el valor de vuestra alma y de vuestro cuerpo.

Vuestra falta de Fe en lo espiritual, porque la Fe vive en el mundo espiritual, os hace sólo ver y dar crédito a lo físico. Si no buscáis lo valioso a través de la Fe, seréis como Tomás, “Si no veo, si no toco, no creo”, y ese es un gran error entre vosotros, Mis pequeños.

Vuestro mundo, vuestra vida, la reducís a simplemente eso: Creo en lo que veo, creo en lo que toco, creo en lo que gozo, y de ahí se derivan muchas ideas y pensamientos, al grado que hasta ministros de Mi Iglesia os aconsejan que vinisteis al mundo a gozar, que vinisteis al mundo a tener bienes de este mundo, y no, Mis pequeños, los bienes de este mundo son para ayudar a vuestro cuerpo a vivir, es vuestro vehículo, y lo que tenéis a vuestro alrededor en lo material, en lo que Yo os he dado en la Naturaleza, es para que lo gocéis tanto en lo físico como en lo espiritual.

Ciertamente todo lo bello que Yo os he dado, todo lo que veis a vuestro alrededor que pertenece a la Naturaleza, que Yo os di para vuestro bien, todo está vivo, todo tiende a Mí; también tiene su parte espiritual que Me agradece, Me canta alegrías, goza el haber sido creada para serviros, y esto es algo en lo que vosotros no pensáis: La Naturaleza está viva, y lo sabían vuestros Primeros Padres, es más, les pedí que cuidaran de la Naturaleza, y la Naturaleza a su vez los cuidaría, tanto a ellos como a sus descendientes, que sois todos vosotros, pero os habéis aprovechado también de ella.

Pero a lo que iba, Mis pequeños, es el que os habéis dedicado a gozar del exterior, de vuestro exterior, que veis solamente el exterior en vuestros hermanos, que buscáis lo material para proveeros, para guardar hasta en exceso, con avaricia, de lo que Yo os doy para que cuidéis vuestro cuerpo y tengáis lo necesario para abrigarlo, para alimentarlo, para proveerlo de las necesidades que el cuerpo necesita, para sanarlo a través de los medicamentos que necesitéis, pero la realidad es que vuestro cuerpo no vale para lo que es vuestra misión. Es como si tuvierais un coche muy bonito, caro, que lo cuidarais hasta en exceso, pero ese coche ¿acaso vale más que vuestra persona?, ¿es mejor vuestro coche que vosotros mismos?, ¿acaso ese coche sabe amar, sabe pensar, sabe a dónde tiene que ir? No, Mis pequeños, ese coche hace lo que vosotros queréis que haga, es vuestro vehículo que os lleva a donde queréis ir. Vuestro cuerpo es lo mismo, Mis pequeños, vuestra alma es la que manda; vosotros veis al cuerpo que se mueve, que habla, que ríe, que llora, que se enferma, que sana, pero vuestra alma es la que realmente manda.

Cuando Yo mando llamar al alma de regreso, vosotros decís que el cuerpo ya murió, porque ya no se mueve, ya no camina, ya no habla, ya no ríe, ya no llora, y es cuando os dais cuenta que realmente era un vehículo, pero vuestra alma vive, regresa a Mí, y tendrá que pasar un Juicio, ¿a dónde irá? Esa es la gran pregunta que os debéis hacer, ¿qué tanto alimentasteis a vuestra alma? Porque ciertamente le disteis alimento a vuestro cuerpo, le cuidasteis, y a lo mejor en demasía, y ¿de qué os sirvió eso si no alimentasteis a vuestra alma, que es la que se va a presentar ante Mí?

Desperdiciáis mucho tiempo en la Tierra, dándole gusto a los sentidos de vuestro cuerpo, pero no gozáis las grandes alegrías del alma cuando Me encontráis, cuando estáis conMigo, cuando después de haberMe buscado por fin Me tenéis. Esos gozos, esas alegrías, esos dones que Yo os concedo cuando Me buscáis y Me encontráis, no son comparables en lo absoluto con los goces que obtenéis de vuestro cuerpo.

Ciertamente os he dicho que tenéis el libre albedrío y podéis dar gozo a vuestro cuerpo, y le podéis dar gozo a vuestra alma. ¿Acaso es bueno el gozo que le dais a vuestro cuerpo? Si así lo es y Me lo ofrecéis, contento estaré Yo con vosotros, porque Me estáis compartiendo de los gozos que Yo os concedí para vuestros sentidos, pero los gozos que Me dais con los dones, con las capacidades espirituales que Yo os concedí y Me las ofrecéis, esos gozos son muy grandes porque ya entráis en el ámbito de lo espiritual, y esa es una comunicación muy fuerte, directa, amorosa, porque Me tomáis en cuenta, Mis pequeños.

Vosotros debéis normar vuestra vida, en cuanto a que esté Yo en vuestra vida, en vuestra existencia, ya sea para gozos de vuestro cuerpo, ya sea para gozos de vuestra alma, pero el mayor gozo que Me podéis dar, Mis pequeños, es el que mováis almas, almas hacia su salvación, hacia su crecimiento espiritual, hacia una vida espiritual profunda, en donde alimentéis a vuestra alma y que vuestra alma, ya alimentada con Mi Sabiduría y llena de Mi Amor, pueda mover a otras almas.

Cuando vosotros lográis esto, Mis pequeños, estáis asegurando vuestra entrada al Reino de los Cielos, que esa debe ser vuestra principal meta en vuestra existencia, en vuestra misión: DarMe gusto a Mí, vuestro Dios, por el bien que hacéis y, sobre todo, el bien que le hacéis a vuestros hermanos para que también Me conozcan.

Os vuelvo a repetir: Dais demasiado tiempo y gozo a vuestro cuerpo, que ciertamente el cuerpo necesita su gozo, dentro del ámbito de lo santo, pero debéis saber medir hasta dónde darle gozo al cuerpo para que no le esté quitando tiempo de crecimiento espiritual a vuestra alma, que ciertamente os digo y os repito: Cuando gocéis plenamente Mi Amor en vosotros, Mi Presencia en vosotros, Mi Vida en vosotros, vuestro cuerpo quedará en un segundo plano; sus gozos ya no serán tan importantes en vuestra vida, porque conoceréis el verdadero gozo que Yo os doy, ya desde la Tierra , a los que Me buscáis, y que seguirá y aumentará por toda la eternidad al estar conMigo.

PedidMe Sabiduría y Discernimiento, Mis pequeños, para que no confundáis a lo que os pueda llevar satanás, de darle mucho gozo a vuestro cuerpo y olvidéis el gozo del alma y su estancia conMigo.

Gracias, Mis pequeños.