Mayo 16_2020 Es vuestro deber pues, Mis pequeños, tocar cuantas almas podáis con el amor que se os ha otorgado. Hay tantas almas necesitadas de este alimento Divino, que es el amor.

Rosario matutino Mensaje ÚNICO


Aniversario del inicio de cuando JV empezó a recibir los mensajes hace 22 años

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Mensaje de la Santísima Virgen María a J. V.

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Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María

Visión: Desde que llegamos a la iglesia, me tomó Papa Dios y me empezó a mostrar cosas muy bonitas del Cielo. Veía mucho movimiento ahí en el Cielo, donde estaba Dios Padre, la Santísima Trinidad. Veía caminar, por decirlo así, personas, almas o ángeles, santos en el Cielo. Luego, durante la homilía, veo a la Santísima Virgen del Carmen sentada con el Niñito Jesús del lado izquierdo en Sus brazos, y un ángel estaba adorándolos, postrado. Veía sus alas, su ropaje era como de un color rojizo/rosado. Se va el ángel que los estaba adorando con la frente en el suelo, y en eso se levanta la Santísima Virgen cargando al Niñito Jesús. Empiezan a platicarme, pero como hacia mi alma porque yo no oía palabras, y en eso volteo hacia arriba y veo un águila grande que pasa sobre nosotros, a unos 100 metros, y era un águila grande, entonces da vuelta y se regresa y empieza a bajar. Al momento en el que baja, baja junto a la Santísima Virgen y, en ese momento, se convierte en San Juan Evangelista y trae un libro en su mano derecha. Se me quedan viendo y como que me están transmitiendo algo, no oigo palabras, no oigo nada en mi cerebro, pero me están como dando tal vez instrucciones, algo, porque me están viendo y se están dirigiendo hacia mí. En eso se acerca San Juan con el libro, me lo da y me dice: “Toma. Tú hablarás de mi Evangelio” (de sus escritos, de su libro) En ese momento entendí que era el Evangelio del Amor, pero también el Apocalipsis.  Se regresa junto a la Santísima Virgen y le digo: “Pero no tengo muy buena memoria para acordarme de todo, te pido que me ayudes” y en eso, estando como de frente a frente, como de mente a mente, pero a como 3 metros de distancia que estaba, sale de su frente como un agujerito café, rodeado de dorado, y entonces entra a mi frente, también, por un agujerito.

(Lenguas…) Hijitos Míos, desperdiciáis mucho tiempo con las cosas del mundo. El alma necesita su alimento, y su alimento es el Amor de Nuestro Dios, de Mi Dios y Señor. Desperdiciáis mucho tiempo buscando placeres, gustos, distracciones, alegrías que os da el mundo y también los pecados a donde os lleva satanás a perderos, pero cuando encontráis el Amor de Mi Hijo, el Amor de Nuestro Dios, habéis encontrado lo más grande que el alma puede tener.

El alma es espiritual, vinisteis de un mundo espiritual, fuisteis creados por el Padre que es espiritual, sois parte de Él. Se os dio un cuerpo para moveros en un mundo físico, pero vuestra misión es espiritual y satanás hace que os confundáis entre lo que es físico y lo que es espiritual. Ciertamente vuestro cuerpo necesita una protección y cuidados, pero vuestra alma necesita más que eso, porque vuestro cuerpo no puede subsistir sin el alma, y sobre todo que vuestra alma esté sana. Un alma sana os lleva a vivir una vida apacible, llena de vida, produciendo muchos frutos, porque está llena del Amor de Nuestro Dios, vuestro Creador. Un alma que se ha dejado llevar por el pecado produce mucho mal a su alrededor; sus frutos son malos, apestan, no se puede estar junto a un alma mala a menos que así lo queráis. Las almas malas no tendrán vida eterna en el Reino de los Cielos, un alma mala es como un cáncer que hay que detenerlo, tratar de curarlo, y si no, deshacerse de ese mal.

La Misericordia de Nuestro Padre es inmensa. Espera que las almas en mal estado puedan llegar a aliviarse del mal que tienen y espera hasta el final de la existencia de cada persona, buena o mala, porque quiere ser Justo con todos. El alma decide a donde ir hasta en el último segundo de su existencia.

El alma buena es un alma que pertenece al Cielo, da frutos abundantes que van a producir mucho bien a las almas que estén con ella. Traerá el Cielo a la Tierra; produce alegría, paz, amor, que es de lo que el alma se alimenta.  Aun las almas malas necesitan amor, pero son necias y satanás las mantiene en el error, pero las almas buenas saben reconocer el alimento Divino, lo buscan y se mantienen de ese alimento, y lo comparten con sus hermanos. El alma buena recibe Bendiciones grandes, y a veces extraordinarias, del Cielo, porque son almas que guardan fervorosamente, con un amor a toda prueba, el regalo de Dios, Nuestro Dios.

Os pido, Mis pequeños, que seáis portadores de esa Gracia Divina, que es el Amor, que lo cuidéis como lo más grande y valioso que podáis tener. Ciertamente el Amor no se puede detener y necesariamente lo dais a vuestros hermanos, porque con ello vais aumentando la vida de la Gracia, la vida del amor, aquí en la Tierra, y por ello seréis recompensados grandemente.

Ciertamente, un alma llena de Nuestro Amor también sufre, porque estáis en los terrenos de satanás y él ataca a las almas que están destruyendo las tinieblas con la Luz que lleváis en vuestro interior, pero un alma que ama es cuidada por el Cielo para que produzca mucho fruto y se vaya reparando todo el mal que causó el Pecado Original.

Es vuestro deber pues, Mis pequeños, tocar cuantas almas podáis con el amor que se os ha otorgado. Hay tantas almas necesitadas de este alimento Divino, que es el amor. Dad cuanto podáis y mientras más deis, más recibiréis. Levantad almas que están hundidas en el pecado, que no saben cómo amar, que no saben cómo rechazar el mal que se ha ido apoderando de su alma, de sus sentidos, de su voluntad.

Amar es una tarea grande y bella. Amar es el principio y el fin de toda alma. Amar es vuestra meta para la eternidad. No podéis estar completos, no podéis ser perfectos si no sabéis amar como vuestro Dios os ama a vosotros. Todo lo bello, todo lo santo, todo lo sublime, está impregnado del Amor de Dios. Id a las profundidades de las almas y buscad en ellas el amor y, si no lo tienen, compartidlo y dejadles la Vida que no es vuestra, que es la de vuestro Dios.

Vosotros transportáis el Amor, que es la vida del Cielo, a vuestros hermanos que están en la Tierra, y esta es una Gracia muy grande, que seáis estas almas que transportan amor y lo reparten a sus hermanos. Vosotros lo gozáis y además lo compartís. No os canséis pues, Mis pequeños, de producir amor, de desear Amor, de cantar en el Amor, de esperar en el Amor, para vivir eternamente con Él.

Os amo, Mis pequeños. Venid a Mí, que os llevaré a Mi Hijo, que en Mis Brazos está. Él os dará todo lo que necesitéis, Yo os cuidaré, os guiaré, para que hagáis de este mundo el mundo del amor que tanto le falta por aprender. Estáis llamados a transformar lo que satanás ha destrozado.

Gracias, Mis pequeños.