Abr 29_2020 Os pido os preparéis para la Fiesta de Pentecostés que ha de venir. Como os he dicho, satanás prepara a su ejército, pero Nuestra Santísima Trinidad también prepara a Nuestro ejército.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Espíritu Santo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Espíritu Santo.

Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo. Os pido os preparéis para la Fiesta de Pentecostés que ha de venir. Como os he dicho, satanás prepara a su ejército, pero Nuestra Santísima Trinidad también prepara a Nuestro ejército.

Mis pequeños, vuestras potencias espirituales son tremendas, son grandísimas, pero vosotros no las aprovecháis porque no queréis estar conscientes de ellas. Imaginad que vosotros compráis un coche con lo último en tecnología, lo más alto en tecnología, que puede correr a altas velocidades, es un coche que todos quisieran tener, pero vosotros lo sacáis a la calle y lo lleváis a 30 km/h y no utilizáis toda la alta tecnología que tiene adentro, porque no habéis leído el manual para utilizar toda esa tecnología. En lo espiritual estáis así, Mis pequeños, las potencias de vuestra alma son inmensas, ciertamente vuestro cuerpo detiene mucho de esas potencias, porque todavía estáis muy avocados a darle más gusto al cuerpo que a vuestra alma.

Tenéis las potencias, tenéis el manual, que son los Mandamientos y todo lo que se os ha enseñado, para que podáis dar Gloria a Nuestra Santísima Trinidad. Podéis hacer mucho para el Cielo, podéis ayudar a infinidad de almas en su salvación, pero seguís prefiriendo vuestro cuerpo, vuestros gustos temporales, y no le hacéis caso a vuestra alma ni a Mi presencia en vosotros.

Sabéis que Yo Vivo en vosotros desde el momento de vuestra concepción y os voy aconsejando a lo largo de vuestra existencia, lo que debéis hacer, lo que debéis evitar, cómo crecer espiritualmente para alcanzar vuestra santidad y cómo debéis rechazar el pecado, para que no perdáis la oportunidad de regresar nuevamente al Reino de los Cielos, pero esto lo lográis a través de la oración, y una gran mayoría de vosotros no ora lo suficiente o prácticamente nada como para que Yo pueda manifestarMe en vosotros y haceros crecer en Virtudes, en Carismas, en Amor. Hay tantas bendiciones que quereMos derramar sobre las almas, pero no nos las piden; vivís inmersos en este mundo, mundo que os hace olvidar las potencias que tenéis en vuestro interior. Algunos deseáis tener las potencias de algunos santos, pero no hacéis nada para obtenerlas. Ciertamente los Dones y Carismas también os llevan a una responsabilidad, no son para jugar, no son para envaneceros ante vuestros hermanos; los Dones, Carismas, Virtudes, son para servir, no para que os sirvan.

El Amor, Nuestro Amor, que tenéis también en vuestro interior, pero que no dejáis que fluya a través de vosotros, de vuestras palabras, acciones, pensamientos, lo tenéis todo estancado en vuestro interior; preferís ser como los demás, no queréis ser diferentes para que no os señalen u os persigan u os hagan a un lado porque sois diferentes, porque creéis en Dios, porque habláis de cosas buenas.

Estos son martirios incruentos, Mis pequeños, que os llevan a la santidad porque os estáis apartando del mundo, os estáis apartando de la maldad, os estáis apartando de todo aquello que no os ayuda a crecer espiritualmente. Sois esa María que prefiere estar junto a la Palabra, a la Sabiduría, y no esa Martha del mundo que, ciertamente quiere tener todo en orden, pero es del mundo, y no quiere crecer espiritualmente.

Tenéis un horizonte inmenso, Mis pequeños, cuando dejáis que Yo Me libere en vosotros. Ciertamente Vivo en vosotros, pero Me tenéis callado, esclavizado, encadenado. Soy vuestro Dios Espíritu Santo con un potencial inmenso que quiero compartir con vosotros, pero vosotros no queréis escucharMe ni queréis tomar todos esos tesoros espirituales que os van a engrandecer ante Dios y ante los hombres. Desperdiciáis mucho, Mis pequeños, y se os tomará en cuenta eso en vuestro Juicio Personal. Mucho se os dio y poco quisisteis tomar.

Recordad que venís a servir a vuestro Dios, ayudando a la salvación de vuestros hermanos, y para que el Cielo se dé aquí en la Tierra a través del Amor y de la vida de Amor que debéis vosotros enseñar a vuestros hermanos. Debéis ser ejemplos de Amor, pero ¡no!, preferís ser del mundo, preferís las diversiones del mundo, preferís una vida de vicio, de maldad, de error, que no os va a llevar a la Santidad de vida a la que estáis llamados todos vosotros.

Entrad en oración a vuestro corazón, platicad conMigo, vuestro Dios. DejadMe que os guíe, dejadMe que os instruya, dejadMe que os de la Sabiduría Divina para que seáis esas almas que quereMos ver entre los seres humanos, almas que brillen, almas que alaben Nuestro Amor, ¡almas felices, contentas porque viven el Cielo en la Tierra!, porque habéis dejado que Nuestra Presencia Viva en vosotros plenamente y se manifieste ante los hombres.

DejadMe pues, Mis pequeños, transformaros, lo necesitaréis para estos tiempos difíciles que se acercan. Si no os llenáis de Nuestro Amor, padeceréis inmensamente porque satanás no puede contra Nuestro Amor y si vosotros estáis llenos de Nuestro Amor, difícilmente os vencerá. Manteneos unidos en Paz, en Amor, en Armonía Santa entre vosotros y mantened esa vida de oración, que es comunicación con el Cielo, para que os dejéis guiar a donde Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad, os quereMos guiar a cada uno de vosotros.

Esclavizaos a Nuestro Amor y estad seguros que no os arrepentiréis de estar esclavizados al Amor de vuestro Dios.

Gracias, Mis pequeños.