Abr 21_2020 ¡Quiero que entendáis bien esto, Mis pequeños! Esta es una guerra espiritual muy poderosa y vosotros, en vuestra debilidad espiritual, si no os ponéis la coraza de la Gracia, seréis destruidos rápidamente por el enemigo, satanás.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro  Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, cuando algunos de vosotros predicáis que sólo por creer en Mí sois salvos, ciertamente ya tenéis mucho a favor, pero Mi Donación fue para abriros las puertas del Paraíso nuevamente.

Como explicación para pequeños, os podría decir que, con el Pecado de vuestros Primeros Padres, todos los pecados que se iban a cometer en lo futuro, cerraron, se amontonaron, en las Puertas del Cielo. Os lo digo como una forma pedagógica: Los pecados no permitían la entrada de las almas al Cielo y solamente Yo, el Hijo de Dios, podía reparar ese pecado tan grave de vuestros Primeros Padres; un Ángel o un Santo no podía eliminar todos esos pecados que se iban a cometer en lo futuro.

Me di por vosotros, sufrí por vosotros, lloré por vosotros y con ello todos esos pecados, que estaban ahí abarrotados frente a las puertas del Cielo, quedaron eliminados, y las puertas fueron nuevamente abiertas. Pero no por el hecho de que Yo Me haya dado por vosotros, ya tenéis un libre acceso, que ya sois salvos, que hagáis lo que hagáis ya podéis entrar al Reino de los Cielos. No, Mis pequeños, el Reino se gana con actos, y son los actos de vuestra vida los que hacen que vosotros podáis ganar el Reino de los Cielos. No es fácil ganarse el Reino de los Cielos.

Ciertamente, estando en el mundo, tenéis que sufrir como Yo sufrí por vosotros y sufrís por vuestra necedad, porque Yo os dejé toda una Evangelización, os dejé un camino que seguir con el que os podríais ganar más fácilmente el Reino de los Cielos, pero no lo habéis seguido y ahora tendréis que sufrir por vuestros propios pecados. Como os dije: Yo sufrí por vuestros pecados, pero os abrí las puertas del Cielo, pero ahora, para que podáis ganaros el Reino de los Cielos, vosotros tenéis que hacer vuestra parte, sufrir y gozar, porque también con vuestras obras buenas, que gozáis en hacerlas, con ellas os vais ganando el Reino de los Cielos, y el evitar el pecado en vuestra vida, también con ello os vais ganando el Reino de los Cielos.

Para ganarse el Reino de los Cielos es una lucha diaria, porque satanás, al ver abiertas las Puertas del Cielo, empezó a contraatacar más fuerte, no quiere que ninguno de vosotros regrese al Reino de los Cielos, él lo perdió por su soberbia, y vosotros por vuestra soberbia también podéis perder vuestra entrada, por eso tenéis los Mandamientos y debierais repasarlos a diario para que meditarais vuestra vida espiritual. Es una lucha fuerte espiritual continua contra el mal que os rodea y contra el mal que ya tenéis dentro de vosotros que, a lo largo de vuestra existencia, habéis permitido entrar.

Ciertamente tenéis Mi Gracia y podéis acudir a ella en todo momento. Caminé entre los hombres y os conozco perfectamente, como Dios y como Hombre, por eso venid a Mí con confianza para que os ayude a seguir caminando en el camino de la perfección y para que os ayude a vencer las tentaciones de satanás, que en todo momento de vuestra vida, y de vuestro día, os ataca.

El Cielo está abierto para todos, pero ¿qué estáis haciendo vosotros para ganarlo? Luchad contra vosotros mismos, vosotros mismos sois vuestro propio enemigo, vuestro mismo enemigo, y debéis venceros, y para ello tenéis las Virtudes. El que no hace nada por sí mismo, no logra el éxito, y esto lo sabéis también para todo lo que tenéis que hacer en vuestra vida, en lo intelectual, en lo material.

Vuestra vida es un continuo trabajar luchando contra todo lo adverso que os ataca, pero también tenéis Nuestra ayuda del Cielo, pero desgraciadamente ya muchos de vosotros estáis muy apartados de la vida espiritual y de las Enseñanzas que Yo os dejé.

El Cielo no se gana por un acto mágico, como muchos creéis, ¡no!, hay que trabajar mucho porque Mi Regalo es inmenso. No tenéis idea, Mis pequeños, lo que os teneMos preparado en el Reino de los Cielos. Confiad en lo que se os pide, que estos padecimientos que se están dando a nivel mundial sean para vuestro bien, ofrecédMelos y unidlos a Mis sufrimientos.

En Mi vida terrena Yo no tenía por qué sufrir por vosotros, pero es que el dolor que trae todo pecado es inmenso y el Pecado de Adán y Eva, empezando por ese Pecado, fue inmenso, un Pecado gravísimo contra el Amor, contra el Amor de su Creador, por eso vuestra vida está envuelta en dolor, pero vosotros también podéis cambiar todo eso en amor cuando ofrecéis vuestros dolores como Yo los ofrecí por vuestra salvación. Sufría, pero a la vez gozaba porque os estaba abriendo las puertas del Cielo con Mi Ofrecimiento al Padre, de todo lo que Yo estaba sufriendo por vosotros.

Ahora es vuestro tiempo, no lo desperdiciéis, es un tiempo maravilloso para vuestra propia salvación y por la de otros. No desperdiciéis ni un segundo de vuestra existencia, podéis lograr tantas cosas mientras estéis vivos aquí en la Tierra si os mantenéis unidos a Mi Gracia.

Muchas almas necesitan de vuestra oración para su salvación, dejad que Mi Santo Espíritu trabaje en vosotros; haced silencios, como os dicen las Escrituras, entrad a vuestra recámara, cerrad las puertas, mantened el silencio, orad y entrad en vuestro corazón para que empiece ese coloquio Divino y podáis entender quién es vuestro Dios y cuánto os ama, y cómo siendo vosotros creaturitas tan pequeñas y tan deficientes, a través de Nuestra Gracia, podéis hacer grandes cosas, grandes milagros, para el bien de la humanidad, para el bien de las almas, para el bien del Cielo.

Sois instrumentos Nuestros, sois instrumentos de salvación en estos tiempos difíciles de la humanidad, sois importantísimos para el Reino de los Cielos. No sintáis que no podéis hacer nada, porque no tenéis nada, ya os he dicho que ofrezcáis esa nada y Nosotros os dareMos lo necesario para que seáis grandes, espiritualmente hablando.

Vuestra humildad, vuestra sencillez, es la llave que abre el derramamiento de todas Nuestras Gracias en vosotros. Manteneos así, sencillos, pequeños, sabiendo que no sois nada, pero sois instrumentos Nuestros y eso es lo que cuenta de vosotros, que soltéis vuestra voluntad a Nuestra Voluntad y, en ese momento, contareMos con vosotros como instrumentos para que se derramen Nuestras Gracias y Bendiciones, y podáis hacer hasta grandes milagros para vuestros hermanos y para la salvación de muchas almas para el Reino de los Cielos y, sobre todo, para ir destruyendo la maldad que os rodea.

Ya os he dicho que satanás tiene también sus instrumentos ¡y los ha ido preparando para destruiros! ¡Quiero que entendáis bien esto, Mis pequeños! Esta es una guerra espiritual muy poderosa y vosotros, en vuestra debilidad espiritual, si no os ponéis la coraza de la Gracia, seréis destruidos rápidamente por el enemigo, satanás. Debéis entender esto perfectamente para que no os destroce el que no quiere que vosotros entréis nuevamente al Reino de los Cielos.

Yo os puedo acondicionar para la guerra contra el enemigo, pero necesito vuestra humildad, vuestra docilidad, vuestra sencillez, vuestra humildad total, y darMe vuestro fíat para que podamos actuar totalmente en vosotros.

Satanás está pronto a descargar su ira contra vosotros, contra toda la Creación, contra el Universo entero, y vosotros seguís perdiendo el tiempo con las cosas que os rodean. ¡Entended, Mis pequeños, la situación que estáis viviendo! Es de vida o muerte, pero de vida o muerte eterna. O estáis conMigo o estáis contra Mí, pasaréis eternamente al Reino de los Cielos si os cedéis totalmente a Nuestra Voluntad o perderéis todo y os condenaréis eternamente, si no os importa lo que os estoy diciendo y si no os importa buscar el ganar el Reino de los Cielos.

Tenéis el libre albedrío y lo respeto, pero Me duele mucho que seáis tan indolentes y que no os importe nada Mi Donación por vosotros. Me di por todos, pero desgraciadamente no todos han respondido como Yo quisiera.

Os bendigo, Mis pequeños, y buscad afanosamente la vida en la Gracia, la vida en el Amor, y la humildad espiritual para que os derrameMos Nuestras Gracias, Cuidados y Bendiciones.

Gracias, Mis pequeños.