Abr 13_2020 Yo nunca Me voy a apartar de aquellos que Me buscan, estoy siempre con vosotros. Aquel que Me busca, Me encuentra y Yo lo apoyo en lo que necesite.

Lunes de la Octava de Pascua – Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, la carne es fuerte y el espíritu débil en la gran mayoría de vosotros. La mayoría de los pecados que cometéis son causados prácticamente por esa fuerza tan grande que le habéis dado a la carne, la habéis consentido demasiado y, por eso, estáis padeciendo lo que ahora tenéis y lo que habéis padecido a través del tiempo.

Yo os vine a dar toda una Evangelización para vuestro crecimiento espiritual. Tenéis los Mandamientos que os dio Mi Padre, si los llevarais a cabo, vuestro espíritu se fortalecería y vuestra carne disminuiría en fuerza.

Yo os pedí conversión, esa fue Mi Evangelización, conversión, pero conversión hacia lo espiritual, hacia una vida fuerte, sana, santa, porque es la vida que llevaréis en el Reino de los Cielos si os preparáis como Yo os he pedido. El mayor ejemplo que tenéis, en donde veis cómo el hombre no aprende y sigue prefiriendo el poder de la carne, el poder del mundo, se dio con todos aquellos que gritaban “CrucifícaLe”.

Fueron tres años en que les estuve mostrando Mis Milagros, les estuve adoctrinando para que conocieran los Bienes del Cielo; tenían Mi Ejemplo para que crecieran en los valores espirituales, pero al momento de la prueba prefirieron el mundo, se dejaron llevar por aquellos que los manipularon, esos enemigos del Amor. Me seguían porque querían alimento para su cuerpo, pero no crecimiento para su alma, y el mundo sigue así, buscáis los placeres del mundo, buscáis las comodidades que os da el mundo, lucháis por ellas, les arrebatáis a vuestros hermanos sus bienes, y Yo os pregunto: ¿Estáis preparados para bien morir? ¿Dónde están vuestros valores espirituales?

Tenéis en las Apariciones de Mi Madre Santísima cómo Ella os ha pedido mucho la oración, que fue lo que Yo os prediqué: La oración, que os acerca a Nuestra Santísima Trinidad, que os acerca a Mi Padre. La oración es un diálogo de Padre a hijos, de hijos a Padre, y vosotros ¿qué hacéis con ello? No hay oración suficiente en vuestra vida, no hay una vida profunda de sencillez, de virtud, de amor. Bien sabéis, como os dije y lo tenéis en los Evangelios: “La boca habla de lo que tiene en su interior el corazón” y lo mismo con las acciones, actuáis según los valores que tenéis en vuestro interior, y es así como reconocéis a vuestros hermanos: Por su forma de hablar y de actuar sabéis quién está mandando en su interior, si las fuerzas del Bien o las fuerzas del mal.

Vosotros, en lo humano, no podéis apartaros de vuestros hermanos, se hace imprescindible el diálogo para bien o para mal, pero dialogáis con vuestros hermanos. En la oración debe ser imprescindible, también para vosotros, ese diálogo Divino con Nuestra Santísima Trinidad; si realmente queréis crecer en el Amor, en Sabiduría Santa, en vida espiritual, si no hay oración, no os estáis apoyando correctamente en las Verdades de la Fe.

La penitencia… la penitencia os ayuda a contener vuestras pasiones, de esa forma vosotros detenéis lo que vuestro cuerpo os pide. Por el Pecado Original, la carne adquirió una vida desordenada, y luego vosotros le habéis dado un libertinaje tremendo y es, a través de la penitencia, cómo detenéis ese libertinaje y le vais ordenando a vuestras pasiones a que no se deben de desatar. Vuestra fuerza espiritual debe dominar estas pasiones que os llevan al pecado y a la maldad.

Como os decía, la gran mayoría, y casi se podría decir que el 100% de las mayores maldades en el mundo que habéis padecido, son causadas por la debilidad espiritual que tenéis y por la fuerza grande que le habéis dado a las pasiones de la carne; en ellas buscáis dinero, placeres, posiciones, y muchas otras cosas más que os llevan a estar fuera totalmente de las Virtudes que Yo os vine a Enseñar, y que las viví ante todos aquellos que vivieron conMigo. Por eso es imprescindible, para un buen seguidor Mío, el saber detener esas pasiones desordenadas y dominarlas con un espíritu lleno de vida, de amor, de Virtudes, como Yo las viví.

El ayuno también os ayuda a dominar vuestro cuerpo, debilitándolo; cuando vosotros le dais en exceso, vuestras pasiones se desatan, se disparan. Deberéis aprender también a alimentaros correctamente para que vuestro cuerpo no os traicione, que no traicione a vuestra vida espiritual.

Como alguna vez os dije: “Toda esta maldad que os rodea, se va a detener hasta que vosotros os arrodilléis y Me pidáis perdón”, y esto solamente se va a dar cuando vuestra parte espiritual haya crecido lo suficiente, como para dominar vuestras pasiones carnales.

Os repito: Mi Muerte no se hubiera dado en esa forma si todos aquellos a los que les enseñé, a los que Me seguían, que eran por miles, hubieran crecido en lo espiritual; hubieran habido algunos que Me defendieran aunque, ciertamente, todo estaba escrito que tenía que ser así, pero no hubo ningún valiente que saliera a defenderMe, y ahora ¿cuántos realmente hay que puedan salir a defenderMe? Son tan pocos, tan pocos los que defienden Mi vida sobre la Tierra, son tan pocos los sacerdotes valientes que se siguen manteniendo en su ministerio, prefieren mantener su puesto, prefieren verse a sí mismos, tienen miedo de pasar por lo mismo que Yo pasé, como les pasó a Mis apóstoles: Tenían miedo de ser crucificados junto conMigo, y ahora tienen miedo de perder su puesto, siguen defendiendo su ser humano, y su ser espiritual está débil.

Los poderosos del mundo prácticamente son los fariseos de aquel tiempo, estos mismos ahora Me siguen crucificando, siguen tratando de destruir todo lo que viene de Mí, os apartan de Mí y de Mi Predicación, pero Yo nunca Me voy a apartar de aquellos que Me buscan, estoy siempre con vosotros. Aquel que Me busca, Me encuentra y Yo lo apoyo en lo que necesite. Si vosotros buscáis Mi Reino, buscáis todo aquello en lo cual podáis crecer espiritualmente, seguros debéis estar de que tendréis lo necesario en lo material, porque esa es Mi Promesa, y Yo la cumplo, Mis pequeños: “Buscad primero el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”. No lo olvidéis, Mis pequeños, pero que haya un verdadero cambio espiritual, no busquéis la añadidura, ésta os la regalo Yo.

Luchad por llenaros de Mí, de Mi Amor, de Mis virtudes, sed los Cristos que necesito que seáis en estos tiempos.

Gracias, Mis pequeños.