Abr 07_2020 Estáis acostumbrados a ver en este tiempo solamente Mi Dolor, y no, Mis pequeños, también había mucha alegría. Yo os iba a devolver la Gracia, Yo os iba a devolver la entrada al Reino, y eso Me causaba una gran alegría.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

=================================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

=================================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, Yo estoy con vosotros, en ningún momento Me aparto de vosotros. Mi Gracia, la Gracia de Nuestra Santísima Trinidad llega principalmente a través Mío, porque Yo Me di por vosotros, Yo Soy la llave de la Gracia. El Pecado Original cerró las puertas del Reino, las almas justas no podían entrar y esperaban que llegara Yo, el Redentor, la Llave de la Gracia. 

Estáis acostumbrados a ver en este tiempo solamente Mi Dolor, y no, Mis pequeños, también había mucha alegría. Yo os iba a devolver la Gracia, Yo os iba a devolver la entrada al Reino, y eso Me causaba una gran alegría, porque, Mi Padre, Me dio una Misión inmensa, infinita: Abrir nuevamente las Puertas del Reino a todas las almas buenas, a todas las almas que se merecían regresar a su hogar eterno. Yo veía a las almas esperando, ellas con alegría veían también Mi Vida, sabían que Yo era el Salvador, sabían que gracias a Mí volverían a entrar a su Hogar eterno, y Yo Me daba por estas almas del pasado, Me daba por las almas de ese momento y por las futuras, en donde estáis vosotros contados.

El que se acerca a Mí, Yo le abro las puertas para volver a la Gracia y que pueda entrar al Reino de los Cielos; el que se acerca a Mí con confianza y arrepentido de sus pecados, le abro las puertas de su corazón, para que reciba la Gracia Divina y pueda entrar al Reino de los Cielos. Mi alegría era una alegría santa, porque les estaba dando muchísima alegría a infinidad de almas. ¡Oh! ¡Oh, cuánto gozaba Yo!, aun a pesar del Dolor, esta alegría santa de veros a vosotros contentos de regresar a vuestro hogar eterno.

Que estos tiempos, Mis pequeños, no sean sólo de aflicción, acompañadMe en Mi alegría, dadMe almas como os lo pedí en la Cruz, llevadMe a Mi Corazón esas almas que sufren por el pecado, esas almas a las cuales satanás les ha cerrado las posibilidades de salvación, haciéndoles creer que por sus pecados no pueden ser salvados.

Dadles alegría a aquellos que perdidos están en esta vida; ayudadles a que se acerquen a Mí, que confíen en su Salvador, que confíen en Mí que Soy la Llave de la Gracia. Todo el que venga a Mí, arrepentido y confiado en que lo perdonaré, recuperará la Gracia y Yo le ayudaré a entrar al Reino de los Cielos.

Ciertamente os pido que Me acompañéis también en Mi Dolor, porque fue un Dolor no solamente humano sino Divino, de también ver a tantas almas que, a pesar de que Yo les puedo abrir la puerta a la Gracia, Me desprecian, no buscan el estar conMigo, ni siquiera intentan el arrepentimiento de sus pecados. Satanás los ha cegado completamente y los ha llevado a un grado de pecado del cual no salen, y muchos de ellos ni siquiera quieren salir.

Vuestra oración, vuestra intercesión por los pecadores, también os va a dar a vosotros gran alegría porque, al ponérMelos en Mi Corazón, sabréis vosotros que tendrán la oportunidad para que Yo les abra nuevamente las puertas a la Gracia y la entrada al Reino de los Cielos, así que no viváis solamente en el dolor, ¡vivid en la alegría! Porque el estar conMigo no es tristeza, sino alegría; el Reino de Cielos es un reino de alegría, de Esperanza, de Conocimiento Eterno, de crecimiento espiritual. Hay tanto, tanto Amor que Yo os puedo dar, empezad pues a gozar Mi Amor desde ahora y dad Mi Amor a vuestros hermanos.

Hacedles entender que Yo estoy con vosotros, a pesar de vuestros pecados, a pesar de vuestras faltas, a pesar de vuestros errores, Yo estoy con vosotros pero sí necesito vuestro arrepentimiento para poder entrar a vuestro corazón y purificarlo. Llevadlos a la sencillez, a la humildad y a la seguridad de que Yo, siendo vuestro Dios y que Me di por todos vosotros, puedo recuperar vuestra alma para su salvación. Dadles una confianza plena de que Mi Donación fue para todos, porque Yo a nadie excluyo, los que no se salvan son los que no quieren seguirMe; los que en su libre albedrío prefieren quedarse con el mal y no vivir en el Bien que Yo les ofrezco.

Benditos seáis, Mis pequeños, los que habéis escogido el mejor camino, la mejor estancia, que es Mi Corazón Inmaculado y Santísimo, Mi Corazón Salvífico y Redentor.

¡Gracias, Mis pequeños!