Jun 18_19 ¡Ya vengo!

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

================================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

================================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Se acerca ya Mi Venida, pero sucederá como está escrito en las Sagradas Escrituras: cuando Yo regrese a la Tierra, ¿cómo estará el hombre?, ¿realmente, Me estará esperando o estará viviendo en pecado?

Dice JV: Veo a Nuestro Señor bajando, está entre las nubes y me dice: “ya vengo”

Hijitos Míos, ciertamente, se acerca ya Mi Venida, pero sucederá como está escrito en las Sagradas Escrituras: cuando Yo regrese a la Tierra, ¿cómo estará el hombre?, ¿realmente, Me estará esperando o estará viviendo en pecado?, y desgraciadamente, se está dando lo segundo, como escrito ya está.

Os he venido previniendo desde hace años, Mis pequeños, como lo hice en el Diluvio, os he venido cuidando y he hecho todo lo posible para vuestro regreso al Reino de los Cielos, pero satanás, también, ha hecho lo suyo y le habéis hecho más caso al enemigo, que os ha atacado, que os ha llevado a vivir como ahora estáis viviendo, en otra Sodoma y Gomorra, y no como debierais estar viviendo, que es para lo que fuiste constituidos, que es vivir en Mi Gracia y en Mi Amor, y que tuvierais esta Tierra YA preparada, como el Paraíso Terrenal.

Os he dicho, Mis pequeños, que satanás está tomando las fuerzas de la Naturaleza en vuestra contra. Le ha enseñado al hombre cómo manipular los climas y eso es lo que están haciendo ahora los gobiernos de la Tierra, causando daños y cada vez más fuertes, como os lo dije.

Permití que os atacara satanás, porque es una creatura Mía, pero no le doy todo el poder que él quisiera para destruiros. Y recordad que aunque le doy permiso, siempre voy a sacar un bien para vosotros, pero no reaccionáis. Así pasó en el Diluvio, se burlaron de Noé por años y años, hasta que vino el Diluvio y ¿cuántos se salvaron?, solamente unos pocos, así será ahora. Ciertamente, en aquél tiempo, eran pocos los que vivían sobre la Tierra, ahora son muchísimos y, en proporción, será más o menos igual.

¡Cuánto dolor Me causáis, Mis pequeños!, os cuido, os trato de tener junto a Mi Corazón, pero el hombre no reacciona, el hombre quiere hacer su voluntad, se siente superior a Mí, vuestro Dios, hasta que ve, prácticamente, su vida perdida y es cuando quiere reaccionar, y ya no es posible, ya ha hecho mucho mal, y Mi Justicia, como ya os lo he dicho, cae sobre vosotros.

Tuvisteis mucho tiempo de Misericordia y, ciertamente, ella no se termina, porque Yo Soy la Misericordia Infinita pero, ahora, ya entraste en Tiempo de Justicia, en donde Yo reclamo lo que es Mío. Os di mucho, sembré y ahora vengo a recolectar. ¿Cuántos de vosotros habéis dado fruto? Y ahí entran todas las Enseñanzas que se os han dado. Vengo a segar, algunos serán apartados y quemados, y otros se utilizarán como buen trigo para empezar un Nuevo Mundo.

Os he dicho, desde hace tiempo, que se iban a ir aumentando estos acontecimientos de la purificación y cada pueblo iba a tener, muy diferente su purificación, de acuerdo al amor con el que se hubieran tratado unos a otros pero, sobre todo, por el amor que dejasteis entrar en vuestro corazón.

Cada uno de vosotros, también, será juzgado en lo personal por lo que habéis vivido de Mis Enseñanzas y lo que habéis transmitido a vuestros hermanos pero, sobre todo, os  dije, que si queríais que terminaran estos acontecimientos que estáis viendo alrededor del Mundo, os arrodillarais, como en Nínive, y pidierais perdón, pero ya es tanta vuestra soberbia, que no lo haréis, y por eso vendrá, como en el Diluvio, vuestra destrucción.

Algunos quedarán, que fueron los buenos hijos, los que respondieron a Mi Llamado, los que han dado fruto y serán la nueva semilla para empezar un Nuevo Mundo.

Me duele tanto, Mis pequeños pero, vosotros, vosotros mismos habéis creado vuestro propio futuro, vuestro propio destino.

Ciertamente, todos estabais destinados a vivir a donde Yo quería llevaros, a un vergel Divino, ¡pero no! quisisteis hacer vuestra voluntad, no preguntasteis qué era lo mejor, no dejasteis que Mi Santo Espíritu, que habita en vosotros, os guiara hacia donde Yo quería que fuerais. Tapasteis vuestros oídos, vuestros ojos ya no quisieron ver las bellezas que Yo os doy; y ahora, por vuestra soberbia, y por la maldad que dejasteis entrar a vuestro corazón, seréis echados al fuego eterno la gran mayoría.

Ciertamente, otros se salvarán por la intercesión de vuestros hermanos. Os lo he dicho tanto, pero no reaccionáis.

Un Nuevo Mundo tendréis, todos seréis purificados, pero la nueva semilla será puesta en un lugar seguro y luego devuelta a la Tierra, para que empecéis una nueva generación.

Mi pequeño resto fiel, gracias Mis pequeños, sois pocos, sois pocos, pero daréis mucho fruto.

Os bendigo, Mis pequeños, que Mi Amor quede en vosotros.