Jun 27_19 ¡Cómo quisiera que cada uno de vosotros fuera un aposento santo para Mí!

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

======================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

======================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Vivid más en el Amor, preparaos, Mis pequeños, en ir acrecentando el Amor en vuestro corazón, vaciaos del Mundo, vaciaos de todo aquello que os llama la atención de lo material y llenaos de lo espiritual.

Hijitos Míos, ¡cómo quisiera que cada uno de vosotros fuera un aposento santo para Mí! que Yo pudiera entrar a vuestro corazón y descansar, que fuera un lugar en donde pudierais darMe a Mí, ese descanso que da el Amor.

Son tan pocas las almas que Me pueden dar esa Gracia que, ciertamente, Yo os concedo, y que muchos rechazan, la de ser aposentos santos, como eran vuestros Primeros Padres, en quienes Yo entraba a su corazón, Me llevaban, platicaban Conmigo y gozaban lo que Yo les daba. Éramos una Familia, que eso es lo que quiero hacer con vosotros, una Familia.

Ciertamente, en las familias, también, hay discusiones, pero si habéis recibido una buena educación, habrá respeto, y eso es lo que ya se ha perdido entre vosotros, Mis pequeños, el respeto de la hermandad, y no sólo eso, sino también, la falta de respeto, hasta en lo espiritual. Ya no respetáis a vuestros hermanos, les inculcáis falsedades, les inculcáis grosería, errores, mentiras. ¡Qué difícil es para vosotros transmitir Virtudes y sobre todo, el Amor, el Amor Puro y Santo, que sale de las almas que están Conmigo!, almas que se han soltado a Mi Voluntad, y viven Conmigo, haciendo lo que Mi Hijo os enseñó.

Es tanto Mi Amor por vosotros, Mis pequeños, que os quisiera llevar hasta el Cielo mismo, que estuvierais ya, Conmigo, gozando de Mis Bienes, compartiendo de Mis Delicias, que tengo reservadas para aquellos que están Conmigo. Sois pocos, pero Me habéis abierto vuestro corazón y Yo Me congratulo con ello, porque Me dais todo, Me dais todo, Mis pequeños.

Cierro vuestros oídos a la maldad, tapo vuestros ojos a todo aquello que pueda ensuciar vuestra mente y vuestro corazón, os cubro con un capelo, para que no recibáis los ataques de satanás, para que no penetre en vosotros. Estad seguros, Mis pequeños, de que Yo os veo, os cuido, observo vuestras necesidades y os doy lo necesario para seguir adelante.

Cuando un alma Me abre su corazón, es grande Mi felicidad y Me derramo en Bendiciones sobre ella y, ciertamente, por ese detalle de humildad, le regalo infinidad de Gracias, de Dones, Virtudes.

Mis pequeños, os he pedido tanto que seáis como Mi Hijo Jesucristo, y muchos llegáis a serlo; pero solamente, llegáis a serlo, precisamente, cuando os olvidáis de vosotros mismos y veis las necesidades de vuestros hermanos. Ahí es donde Yo Me doy cuenta quiénes son los verdaderos hermanos de Mi Hijo, Mis verdaderos hijos, cuando os dais por el hermano necesitado y, a veces, es tan grande la necesidad del hermano, que muchos de vosotros dais hasta de más, pero, Yo, ciertamente, os lo compenso. Ese debe ser el desprendimiento mejor de todos, dar, dar más allá de lo que la mayoría pueda dar y estad seguros que Yo os daré, mucho más del ciento por uno.

Vivid más en el Amor, preparaos, Mis pequeños, en ir acrecentando el Amor en vuestro corazón, vaciaos del Mundo, vaciaos de todo aquello que os llama la atención de lo material y llenaos de lo espiritual.

¡Os amo tanto, almas bendecidas de Mi Corazón!, y os amo así, porque habéis confiado en Mí, porque Me habéis regalado vuestra voluntad, porque Yo puedo entrar en vosotros como lo hacía con vuestros Primeros Padres, gozando vuestra santidad interior. A eso os estoy llevando, Mis pequeños, los que Me habéis buscado, y os digo que, ya, ciertamente, Me encontrasteis.

Los tiempos son difíciles, y satanás está atacando más a todos aquellos que se han llenado de Mí.

Bendigo vuestras almas, bendigo todo vuestro ser, pero más bendigo el Amor que he puesto en vuestro corazón, que lo estáis cuidando, lo estáis acrecentando y estáis dando mucho fruto. Mucho os daré, Mis pequeños, porque fuisteis fieles a la misión que os encomendé.

Gracias, Mis pequeños.