Dic 23_05 Agradeced de corazón Mi Misericordia Infinita a través del Nacimiento de Mi Hijo.

Rosario.

Temas:

  • Amaos los unos a los otros como Yo os amo, Mis pequeños, amaos de corazón y no por obligación.
  • Yo os di el don de la vida, no quiero que la desperdiciéis, se le da a algunas almas y vosotros sois algunas de ellas.
  • Recordad, solamente tenéis un tiempo, un momento de toda la eternidad es para vosotros, aprovechadlo, aprovechadlo al máximo para la renovación.
  • Lo que os va a dar la Sabiduría es la libertad que Me deis a Mi, vuestro Dios, para que Yo Me derrame sobre vosotros.
  • Se os han abierto las compuertas de la Gracia para que la toméis y las podáis repartir con la llegada de Mi Hijo a la Tierra.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Primer Misterio, habla Dios Padre,
Sobre: Amaos los unos a los otros como Yo os amo, Mis pequeños, amaos de corazón y no por obligación.
Hijitos Míos, que el deseo de servirMe venga desde lo más profundo de vuestro corazón. Me duele tanto ver, entre los que se dicen Cristianos, hablar con el “tengo que…”, cuando realmente es el amor el que debe mover al corazón, es el amor el que os debe traer hacia Mí. Es el amor el que os debe unir perfectamente a Mí, no es obligación, Mis pequeños, entendedlo, Yo no obligo a las almas a que Me amen, Yo Me derramo en Amor y el Amor al recibirse va a producir agradecimiento y ése Amor y ése agradecimiento es lo que os va a atraer a Mí.

Tratad de servirMe en el amor, porque el amor es lo que va a hacer el cambio mundial, es lo que va a hacer el cambio Universal. Os he dicho que Mi Amor transformará todo, pero es el amor deseado, no es el amor obligado. Vosotros no podéis hacer que vuestros hijos pequeñitos os amen por obligación, el amor se va ganando poco a poco a través de vuestros actos, a través de vuestra donación, a través de vuestro sacrificio, a través de negaros a vosotros mismos, negar vuestra vida para dar una nueva vida en crecimiento.
DadMe pues vuestra vida, así como Yo Me he dado por vosotros, hagamos hijitos Míos, una unidad en el Amor.

Cuando venís a Mí con ése agradecimiento de corazón, con ése deseo de uniros en oración Conmigo, con ése deseo de buscarMe, de venir a escucharMe, de venir a crecer, de venir a acompañarMe, de venir a compartir vuestros deseos, necesidades ó simplemente platicar Conmigo de vuestra vida, Me hace tan feliz, Mis pequeños, porque con ello Me estáis dando vuestra confianza y eso para Mí es muy grande. Si vosotros, como humanos, apreciáis esto, apreciáis que un prójimo, un hermano, se acerque a vosotros y os pregunte cómo estáis, con eso ya vuestro día cambia totalmente, porque sabéis que le importáis a alguien, vuestra vida le importa a alguna persona, a vuestro prójimo. Imagináos a Mí, vuestro Dios, el que Soy todo sensible, el que Soy todo amoroso, cuando una almita Me dice un: “buenos días, cómo estás Padre, te ofrezco mi día, ven y acompáñame, te ofrezco mis alimentos, te ofrezco mi trabajo, ven, vayamos a hacer un bien”.

Cuando Me tomáis en cuenta, Mis pequeños, todo es diferente, se Bendice vuestro trabajo, se Bendice vuestra vida, grandes Bendiciones recibís sin daros cuenta, porque Mi Amor se derrama, se derrama inconmensurablemente sobre aquéllos que Me buscan, Me aman. No Me separéis de vuestra vida, porque Yo nunca Me separo de vosotros, Mis pequeños. DadMe vuestro pequeño amor para que Yo derrame Mi Amor Infinito sobre vosotros y sobre los vuestros.

Os he dado a Mi Hijo, que es el Amor Infinito, lo tuvisteis entre vosotros en alguna época y ahora lo tenéis a diario en los Sacramentos. Todos los Sacramentos son Vida, pero especialmente la Sagrada Eucaristía, donde podéis tener un contacto total Conmigo, con vuestro Dios en Mi Hijo, son regalos que no os ponéis a meditar en su grandiosidad. Agradecedlos, agradecedlos de corazón, porque a través de ellos obtenéis vida.

Amaos los unos a los otros como Yo os amo, Mis pequeños, amaos de corazón y no por obligación.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo os di el don de la vida, no quiero que la desperdiciéis, se le da a algunas almas y vosotros sois algunas de ellas.
Hijitos Míos, tenéis toda una historia en la cual podéis aprender de lo mismo que estáis padeciendo y que no habéis logrado superar. Se sigue escuchando que la Religión es solamente para aquella gente que no se ha superado, que no es moderna, que debe de vivir lo que se vive en la actualidad, que la Religión es para las solteronas, para las viejitas, para los niños, pero no para la gente que es productiva para el mundo, sí, para el mundo. No habéis superado esto, Mis pequeños.

Así como el hombre necesita alimento para que su cuerpo viva, no entendéis que necesitáis alimento para que vuestra alma viva. El hombre quiere mantenerse todavía fuera de Mis Leyes, quiere mantenerse fuera de Mi Directriz. Os di unos Mandamientos, como os he dicho, Mandamientos de Vida y no Mandamientos para coartar vuestra libertad. Aquél que realmente vive bajo Mi Ley, que vive bajo Mi Amor, los Mandamientos, Mi Leyes son para ellos ejemplo a seguir, son luces que van dándose en su vida para entender en qué se está fallando y para reparar el camino.

Vosotros sois muy débiles, espiritualmente hablando, necesitáis que se os recuerde continuamente en los errores en los que caéis. Yo Soy vuestro Padre y un padre tiene la obligación de avisarle al hijo en qué está errando, porque el amor mueve al padre para que el hijo se perfeccione, el padre quiere ver en el hijo lo que él mismo no pudo ser y por eso quiere darse en el hijo todo lo que se pueda, para que el hijo sea grande ante los hombres, sea perfecto, se desarrolle mejor de lo que él mismo fue. Por eso, Mis pequeños, si continuamente os estoy indicando cómo debéis hacer las cosas, entended que es porque os amo y quiero que seáis perfectos, que seáis mejores, que cada generación se vaya superando.

Amaos Mis pequeños y amad todo lo que Yo os doy, porque os quiero, porque os amo, porque quiero que estéis ya íntimamente Conmigo, que entendáis que lo que Yo os doy es para vuestro  bien y el de vuestros hermanos. No quiero que viváis ya en la inmundicia del mundo, sino que viváis el Nuevo Paraíso, entre vosotros el que Yo os daré, cuando podáis entender la lección que la historia os ha dado y que no habéis querido superar.

Entended Mi Amor, Mis pequeños y no os sintáis obligados, como os decía, a amarMe, sentid que Yo como Padre os amo y deseo lo mejor para vosotros pero que tengo que llamarles la atención de vez en cuando porque vais por caminos erróneos, no quiero vuestra muerte, quiero vuestra vida, Yo os di el don de la vida, no quiero que la desperdiciéis, se le da a algunas almas y vosotros sois algunas de ellas. No desperdiciéis éste gran don que os he concedido, cuidadlo, fortalecedlo, para que Me lo presentéis al final de vuestra misión y os sintáis orgullosos de haberMe servido a Mí, a vuestro Padre y vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Recordad, solamente tenéis un tiempo, un momento de toda la eternidad es para vosotros, aprovechadlo, aprovechadlo al máximo para la renovación.
Hijitos Míos, pedidMe un corazón misericordioso, un corazón que se llene de tanto amor, que os desbordéis del mismo, un corazón que ame como ama el Mío, que cuando veáis a vuestros hermanos no incurráis al error de la crítica, sino de la salvación.

Vosotros, ya ahora, como os he llevado, como os he enseñado, conocéis el secreto de la oración, el poder tan grande que tiene la oración y aunado a la Misericordia, que os estoy pidiendo que toméis de Mí, que Me pidáis para que Yo derrame en vosotros, podréis salvar a muchas almas y os pondréis en el lugar que quiero que os pongáis como verdaderos Cristos, reparando, uniendo, levantando y todo en el Amor, en el Amor de vuestro Dios. Que ya de vosotros no salga ésa crítica, que ya no salga de vuestro corazón maldad, ni malos deseos, sino que todo sea unión, que todo sea reparación, que todo sea intercesión, que podáis traerMe a las almas en vuestro corazón y por el dolor que vosotros sintáis, que por lo que ellos hacen y provocan en Mi Corazón, por ése dolor, vosotros reparéis, intercedáis y aún, disculpéis por vuestros hermanos, para que ellos alcancen la salvación eterna, no importa la gravedad de su pecado.

Me he dado por todos vosotros, en Mi Hijo Jesucristo. Me di por completo, di Mi Vida, ¿acaso vuestra vida vale más que la Mía?, pero os estoy dando éste regalo grande, de ser otros Cristos, para que vayáis por el mundo levantando almas, que Me veáis a Mí y por el amor que se implante en vuestro corazón, les deis a vuestros hermanos lo que Mi Hijo iba dando a Su paso, Vida en todo momento. Él intercedía por vosotros y por todos los Tiempos, conociendo vuestro pecado, conociendo vuestra necedad, conociendo vuestra insuficiencia de ése deseo de ser mejores, la mediocridad en la que vivís, Él se daba por vosotros iba reparando todo aquello que dañaba a Mi Corazón fuertemente.

Es vuestro Tiempo, es vuestro momento, lo que hagáis ahora, Mis pequeños, es lo que habréis ganado para toda la eternidad.

Meditad esto, Mis pequeños, ya es vuestro Tiempo, la oportunidad que se os dio para bajar redundará en vuestros actos, en lo que hagáis en éste momento por vuestros hermanos, por vuestro Dios, por la salvación de todos ellos. DadMe el gozo que Mi Hijo Me dio salvando almas, cambiando ésta humanidad, cambiando el error en el que se vive, levantadles en misericordia, no por obligación, os he dicho, amadles como Mi Hijo os ama y dad todo vuestro ser por vuestros hermanos que Yo os recompensaré infinitamente lo que hagáis por ellos.

Recordad, solamente tenéis un tiempo, un momento de toda la eternidad es para vosotros, aprovechadlo, aprovechadlo al máximo para la renovación de lo que está caído y que tarde ó temprano se renovará por Mi Gracia y por Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Lo que os va a dar la Sabiduría es la libertad que Me deis a Mi, vuestro Dios, para que Yo Me derrame sobre vosotros.
Hijitos Míos, os quiero hacer notar la diferencia entre el crecimiento intelectual y el crecimiento espiritual. En lo intelectual tenéis que estudiar desde pequeñitos, poco a poquito, vais subiendo de grados de aprendizaje y hasta que no llegáis a los últimos grados, maestrías, doctorados, supuestamente no dais vuestro máximo en vuestra profesión, sino  hasta que estáis ahí, en el conocimiento que os da el mundo. Y así es como servís a vuestros hermanos. Con el conocimiento intelectual, obtenéis buenos trabajos, buena remuneración económica y de ahí hacéis una vida agradable, según vosotros, en lo económico, en lo social.

Mis pequeños, en lo espiritual es diferente. Si en lo intelectual dais vuestra máximo después de muchos años, en lo espiritual podéis dar lo máximo desde pequeñitos. ¡Cuántos hermanitos vuestros han alcanzado la santidad, precisamente porque desde muy pequeñitos se volvieron instrumentos de Mi Amor! 

La Gracia espiritual es muy diferente, trabaja diferente en el hombre y trabaja cuando el hombre le da libertad de acción a Mi Gracia Infinita, a Mi Sabiduría Infinita, a Mi Poder Infinito.

El niño es más capaz, está mejor preparado para recibirMe, por su inocencia, por su pequeñez, por su donación. El adulto medita las cosas, ve lo que le puede sacar de bueno ó le pueda afectar en lo malo para su vida. El niño se da en totalidad, el hombre prevé y pone límites. Por eso en lo espiritual se os pide ser como niños para que os deis plenamente y Mi Gracia pueda trabajar plenamente en vosotros desde pequeñitos, pero desgraciadamente, es por consejo del adulto que el niño se va cerrando.

Muchas veces el adulto llega a ver grandes cosas espirituales en los niños y viene el regaño, viene la limitación, viene el castigo, para que ése niño deje lo espiritual que se le está dando profusamente. Vosotros mismos limitáis Mi Gracia, vosotros mismos limitáis vuestro crecimiento mundial, limitando a ésos pequeñitos, a los que no los dejáis en la libertad de actuar y que realmente Yo Soy el que está actuando a través de ellos. Pero no, vuestra soberbia no permite que vosotros sigáis las indicaciones de un niño, porque seguís viendo al niño, seguís viendo su exterior y no estáis viendo la sabiduría que está saliendo de sus labios, que es Sabiduría Santa, que es Sabiduría Excelsa, que es Sabiduría Divina, que no puede haber obtenido ése pequeñito, simplemente, por un conocimiento mundano ó por una dedicación de estudio.

Sabed entender Mis Planes, Mis pequeños, para que no limitéis lo que Yo os quiero dar y que es para bien de todos vosotros. Entended que no es el crecimiento de vuestro cuerpo lo que os va a dar la Sabiduría, lo que os va a dar la Sabiduría es la libertad que Me deis a Mi, vuestro Dios, para que Yo Me derrame sobre vosotros.

Mientras más pequeñitos, mientras más libertad Me deis, más podré actuar en vosotros para vuestros hermanos. Enriqueceréis al mundo entero en vuestra pequeñez.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Se os han abierto las compuertas de la Gracia para que la toméis y las podáis repartir con la llegada de Mi Hijo a la Tierra.
Hijitos Míos, espero que con todo lo que os he enseñado podáis ahora apreciar la sublimidad de lo que es el Nacimiento de Mi Hijo entre vosotros, ése acto de Amor Infinito de Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, para con vosotros. Así como el hombre se separó de Mí por el Pecado Original y os recuerdo que Yo nunca Me separo del hombre, con Mi Hijo Yo marcaba el fin de ése castigo y no que Yo lo  hubiera causado, sino que Yo ponía fin a esa separación del hombre Conmigo, con vuestro Dios, os daba lo más preciado que Yo tengo, a Mi Hijo y os lo di en totalidad.

Que podáis entender en ésta Natividad, en la  que estáis obteniendo Nueva Vida, que estáis regresando nuevamente al buen camino, que se os están dando todas las capacidades, todas las Bendiciones, todos los dones, para que los toméis para reparar vuestra vida pasada y la de vuestros hermanos y seáis hombres nuevos en el mundo.

Se os han abierto las compuertas de la Gracia para que la toméis y las podáis repartir con la llegada de Mi Hijo a la Tierra. Tuvisteis un nuevo mundo, tuvisteis el Cielo abierto para que de ahí tomarais lo necesario para crecer y empezar nuevamente vuestra ascensión en Gracia, en plenitud, en santidad hacia Mí, de regreso a la Casa Paterna. Sois los hijos pródigos que debieron ya haber entendido su error y que ahora debéis llegar arrepentidos de corazón. No deseo palabras, Mis pequeños, deseo actos, actos de reparación, actos de crecimiento, actos de perfección y ésa perfección se logra cuando vosotros mismos aceptáis lo que Mi Hijo os vino a dar, lo ponéis en práctica y lo dais a vuestros hermanos a través de enseñanza de vuestra misma vida y así los empezáis a mover a través del ejemplo y vuestra predicación de palabra y los deseos de vuestro corazón a través de vuestra oración.

El Nuevo Mundo se dará, os he dicho, a través de vuestro cambio personal, no presionéis a vuestros hermanos al cambio, porque Mi Hijo no lo hizo así, Él os pidió el cambio personal, la libertad total de elección y es a través de ésa madurez espiritual que ya debisteis haber obtenido, en la cual lograsteis vuestra libertad espiritual, en la cual empezaréis a mover a las almas hacia ése nuevo cambio. Presionáos a vosotros mismos a ser mejores ante vuestros hermanos, a hacer que el Amor, el Amor Divino que Yo os di, sea también Divino para vuestros hermanos, que no son los amoríos mundanos lo que cuentan, ni las cosas del mundo lo que cuenta. Hacedles ver que estáis viviendo en un Universo de Bellezas, un regalo infinito que os quiero dar. Que Yo lo que quiero en vosotros es que alcancéis ésa libertad, estáis ahorita en la Tierra como encarcelados, como limitados por vuestro propio pecado, al momento en que vosotros os liberáis, por Mi Gracia, tomando el Amor como vuestra vida, haciendo del Amor toda vuestra vida, es cuando alcanzáis la libertad y entonces es cuando alcanzáis a gozar de todos los bienes que Yo creé para cada uno de vosotros y así es como voláis al universo entero, al bien que os tengo prometido.

Agradeced de corazón todo lo que Yo os he dado. Agradeced de corazón Mi Misericordia Infinita a través del Nacimiento de Mi Hijo. Agradeced de corazón el “Fiat” de Mi Hija, la Siempre Virgen María. Agradeced de corazón la donación de vuestros hermanos, que ellos, también con su sufrimiento y donación os han enseñado cómo tomaron ellos la Vida de Mi Hijo en su propia persona y así alcanzaron a ser grandes ante Mis Ojos. Y agradeced de corazón el don de la vida que os he dado para servirMe, porque con ello obtendréis un lugar muy preciado en el Reino de los Cielos, si termináis vuestra misión en santidad y después de haber logrado que Mi Divinidad amorosa se haya diseminado a través de vuestro mundo.
Gracias, Mis pequeños.