Dic 20_05 Lo que os pido para ésta Navidad, que sea el resurgimiento del Amor entre los hombres…

Rosario.

Temas:

  • Cuando realmente vivís en Mi Amor, gozáis en dar.
  • Os he dicho que la familia es de lo más importante que tenéis en la Tierra, porque ella os reúne a la familia real que tenéis en el Cielo.
  • Os dije que os iba a ir quitando todo aquello en lo que más confiáis, para que os fuerais reuniendo como verdaderos hermanos.
  • Más vale que pidáis en oración profunda, de corazón, con amor, por vuestros hermanos, que todos los regalos más valiosos materiales que les podáis dar.
  • Vosotros también le deis a Mi Hijo ante el Pesebre ésos regalos que podáis dar de corazón. Y os he dicho que no sean regalos materiales.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Cuando realmente vivís en Mi Amor, gozáis en dar.
Hijitos Míos, entre vuestra miseria y Mi Gracia, hay una gran distancia, como hablar de un monte altísimo y el valle que quedó a sus pies.

Mis pequeños, la diferencia entre el Amor y el odio estriba en que, el Amor siempre va a tratar de hacer que los demás alcancen ésa Gracia (Lenguas…), que se tiene, especialmente en Mí, vuestro Dios.

En Mí, el Amor, el Amor absoluto, veo vuestra miseria, os veo a Mis pies, caídos por el pecado, pero Mi Amor siempre va a tratar de elevaros. Ciertamente, tenéis que luchar por ello, debéis tratar de subir por ésa pendiente que os hará que lleguéis hacia Mí, ciertamente podréis caer en el camino, pero Yo os ayudaré. Yo veo en lo más profundo de vuestro corazón ése deseo de mejora y siempre voy a estar levantándoos, ayudándoos, quitándoos todo aquello que sea un sobrepeso para vuestra alma y podáis escalar, a veces éstas escarpadas alturas, para llegar a Mi Corazón. Para otros, no va a ser tan escarpado el trabajo de la subida, porque la Gracia habita en su corazón y eso hace que el camino sea más fácil. Aquellos que ya viven más cerca de Mi Corazón, no solamente se les hará más fácil, sino que Yo pondré en ellos alas de águila, para que lleguen  más rápidamente ante Mi Presencia y gocen lo que está reservado para cada uno de vosotros.

Mis pequeños, el Amor es donación, el Amor se goza al ver cómo otros se gozan de éste Amor que Yo os doy. Cuando realmente vivís en Mi Amor, gozáis en dar. Habláis del dar y recibir y que en el recibir, gozáis, pero Mis pequeños, cuando el Amor es Santo, es único en Mí, es realmente verdadero, gozáis en dar, porque cuando veis que los demás gozan con lo que les estáis dando, que es Mi Amor y que vosotros ya lo tenéis y lo vivís, en ello gozáis. Pero más se goza, Mis pequeños, cuando ésas almas que reciben, se dan cuenta del regalo que reciben y lo agradecen de corazón, lo siguen, lo acrecientan y lo vuelven a dar ellos mismos para recibir ése gozo, que Yo Mismo siento por vosotros.

Ésta es la cadena del Amor, Mis pequeños, os encadenáis a Mí, porque sentís, gozáis, vivís ya Mi Amor, aquél que ya ha alcanzado Mi Amor, ya no se puede separar de Mí y se encadena a Mí, por ése mismo Amor, ya no se puede separar de Mi, porque sabe que todo lo que está a su alrededor, es vano, es infructuoso, no lo lleva a nada.

Os invito, Mis pequeños, para que os encadenéis firmemente ya a Mí y así vayamos, como eslabones, uniendo ésta cadena que tiene que unir a todas las almas del mundo y así, ya unidos, Yo os presente al Padre, para que gocemos eternamente con las almas que ya se os adelantaron y que ellas mismas gozaron el estar encadenadas también a Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os he dicho que la familia es de lo más importante que tenéis en la Tierra, porque ella os reúne a la familia real que tenéis en el Cielo.
Hijitos Míos, os he pedido que viváis en la virtud y en el Amor. Éste es el momento del año en el cual os reunís, en el cual convivís con vuestros hermanos, con vuestra familia, pero  hay rencores,  hay odios, hay malos pensamientos entre unos y otros y lejos, muchas veces, de que la familia se reúna y creé lazos más poderosos en el amor familiar, os unís para blasfemaros unos a otros. El Amor que ha nacido entre vosotros, Mi Hijo, Jesucristo, no es tomado en cuenta, frente a Él, vuestra lengua destruye, ésa arma de dos filos destruye, en lugar de producir ése Amor que tanto os he pedido.

Os he dicho que viváis en la virtud y en el Amor, que éste tiempo sea el inicio, Mis pequeños, de una nueva vida en la virtud y en el Amor, que aprendáis a ser prudentes, aprendáis a ser sabios, que aprendáis a ser ésos verdaderos Cristos, que os he pedido que seáis, ¿por qué destruir, cuando podéis empezar a construir aquello que se ha a derrumbado ya entre vosotros?

Os he dicho que la familia es de lo más importante que tenéis en la Tierra, porque ella os reúne a la familia real que tenéis en el Cielo. Si no cuidáis vuestra familia, Mis pequeños, tendréis problemas cuando lleguéis ante vuestra familia en el Cielo, porque no habéis aprendido a unir, como Mi Hijo vino a mostraros, lo que debe de ser una verdadera familia. No aprender a soportaros, sino aprender a amaros, aprender a perdonar al hermano, ya sea al amigo ya sea el consanguíneo, ya sea con el que convivís.

Mis pequeños, sois una sola familia y si seguís destruyéndoos unos a otros, si no aprendéis a vivir en el amor, vosotros estaréis retrasando ése gozo que Yo tengo por daros, que son los Cielos Nuevos y la Tierras Nuevas, que ellos han sido preparados para las almas justas, las almas santas, las almas virtuosas. No os hagáis tontos, Mis pequeños, si vuestro corazón todavía no vive en la virtud, no pidáis pues, ésos Cielos Nuevos y ésas Tierras Nuevas, porque seríais echados fuera, como se os dice en las Escrituras, no estaríais vestidos para la Fiesta y seríais arrojados fuera.

Pensad pues, qué estáis haciendo con vuestra alma y qué estáis haciendo con la de vuestros hermanos. Os pido que estas reuniones que tengáis en éstas Navidades, sean de Paz, de armonía, de virtud y de Amor. Vencéos a vosotros mismos, vencéos, Mis pequeños, porque si no, seréis arrojados fuera y no gozaréis lo bello que tengo para cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os dije que os iba a ir quitando todo aquello en lo que más confiáis, para que os fuerais reuniendo como verdaderos hermanos.
Hijitos Míos, el que algunos de vuestros hermanos tengan más que otros, no debe de ser relevante para vuestra vida espiritual.

Ciertamente en la Parábola de los Talentos, Mi Hijo os explica esto “aquél que ha recibido y lo pone a trabajar, recibirá más. Aquél que no trabaja, lo que tiene y lo esconde, lo pierde y esto se le da al que tiene más”.

Mis pequeños, Él os hablaba en lo espiritual, pero también se aplica en lo material. Desgraciadamente, muchos de aquellos a los que he dado grandes talentos, los han utilizado para su propio bien, se llenan de ésa materialidad que luego los va a ahogar, no los va a dejar ver ésa Luz Divina, no querrán recibir ésa Luz de entendimiento para saber que, llenándose de lo material y solamente de lo material, no van a tener ningún apoyo espiritual y van a perder un Reino que os tengo prometido.

En éstas Navidades, Mis pequeños, en que ya os habéis vuelto muy materialistas, que os ha llevado el demonio a ello, a vivir la materialidad, a apartar el Amor, a mostrar solamente lo que tenéis en lo material y presumir de ello, estáis yendo por un camino equivocado. Ciertamente, cuando se vive en el Amor, que es lo que os vino a enseñar Mi Hijo, debéis repartir de lo que tenéis en lo material, pero primeramente debéis dar Amor, porque es el Amor el que va a venir a hacer el cambio a toda la Tierra, como el cambio que provocó Mi Hijo al llegar primeramente entre vosotros.

Debéis vosotros de ayudar a vuestros hermanos, de compartir de lo que tenéis, pero no solamente un día al año. Debe darse lo que se quiera dar con amor, tratando de ayudar,  tratando de servir a vuestros hermanos, tratar de verse a sí mismos en la persona de vuestros hermanos, en sus necesidades, tanto espirituales como materiales. Ése es el verdadero hermano, ponerse en lugar del otro y tratar de ayudarlo a levantarse, tanto en lo espiritual como en lo material, ser uno Conmigo.

Aquél que vive en la gran necesidad material, mucho Me blasfema, se aparta de Mí, busca por caminos erróneos, cuando no se da cuenta que teniéndoMe plenamente a Mí en su corazón, la añadidura viene sola, viene por Mi Bondad, por Mi Misericordia, porque Soy vuestro Padre y Yo os doy lo que necesitáis. Estos son tiempos de gran desesperación para muchos de vosotros, porque ése materialismo os lleva a ello, a tratar de quedar bien con vuestros semejantes y no os alcanzan los bienes materiales para repartirlos, porque estáis buscando una remuneración también material, no estáis buscando los bienes espirituales, que son la unión fraternal entre los pueblos. 

Vais por caminos erróneos, Mis pequeños y no entendéis y por eso os dije que os iba a ir quitando todo aquello en lo que más confiáis, para que os fuerais reuniendo como verdaderos hermanos, compartiéndoos mutuamente de lo poco que tendréis y eso es lo que os llevará a ésa purificación que tanto necesito de vuestro corazón, que os apartéis de lo material, porque eso es lo que tenéis como primero en vuestra vida. Se os irá quitando, pero aceptadlo, Mis pequeños, porque el bien que saldrá de todo ello, será bellísimo y grandísimo, va a ser el Amor el que renazca a partir de toda ésa destrucción material que se os dará.

Renacerá nuevamente el Amor que Yo quiero en cada uno de vosotros, que Yo quiero en todos los pueblos de la Tierra, que os améis los unos a los otros, como Yo os Amo. Como Mi Hijo os dijo que os amaba, os amaréis, porque veréis la necesidad del hermano y al ayudarle, recibiréis ésa Gracia grande que es el Amor en vosotros.

Tratad de entender, Mis pequeños, ésta lección, lección de amor, como la que dan los padres a los hijos en alguna época de la vida. Son lecciones que en un principio duelen, pero que luego se agradecen, porque ésas van a normar toda vuestra existencia en lo futuro.
Éste es el principio, Mis pequeños, principio doloroso de ése cambio magnífico que quiero para toda la humanidad. La vida plena en el Amor entre todos los hombres.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Más vale que pidáis en oración profunda, de corazón, con amor, por vuestros hermanos, que todos los regalos más valiosos materiales que les podáis dar.
Hijitos Míos, en las Escrituras os he aconsejado que los bienes materiales, el dinero, que obtenéis por vuestro trabajo, sea primeramente usado en alimentar vuestra familia, en alimentar vuestro cuerpo, en tener lo necesario para protegeros contra las inclemencias del tiempo, en tener vuestro hogar reunido en el amor. Primero debéis ver por los vuestros, por vuestra familia, antes de ver cómo quedar bien ante vuestros hermanos, haciéndoles creer que tenéis mucho de los bienes materiales cuando realmente os está faltando y así quedaréis mal ante vuestra esposa y vuestros hijos ó vosotros mismos, quedaréis mal, porque os estaréis mintiendo a vosotros mismos.

Mis pequeños, os he dicho que los bienes espirituales son los que van a hacer el gran cambio, más vale que pidáis en oración profunda, de corazón, con amor, por vuestros hermanos, que todos los regalos más valiosos materiales que les podáis dar. La oración que hagáis por vuestros hermanos, la ayuda espiritual que les deis a ellos, será más valiosa que todo lo que tratéis de darles para quedar bien ante el mundo.

Entended esto, Mis pequeños, vuestra vida en la Tierra, debe ser una vida espiritual, no una vida material. Los bienes espirituales, perduran por toda la eternidad, se os juzgará en ellos, los bienes materiales, vuelan con el viento, se desaparecen, se van, se pierden, se olvidan.

Vivid pues, unidos en una vida espiritual, una vida de Amor, una vida de ayuda, en la que ayudéis a vuestros hermanos a crecer. Hay tantos, tantos que necesitan de vuestra oración, de ésa ayuda real que debéis darles, os digo una vida real y verdadera, porque es tanto lo que necesita el corazón del hombre, que no les ayudaréis con lo material, no les ayudaréis a ser verdaderos hombres, dándoles riquezas de la Tierra. Dadles pues, lo que vale, que es todo lo que viene de Mí y así, daréis verdaderos regalos a vuestros hermanos y ellos os los van a agradecer cuando entiendan lo que disteis y sobre todo, cuando lleguen ante Mi Presencia en el Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Vosotros también le deis a Mi Hijo ante el Pesebre ésos regalos que podáis dar de corazón. Y os he dicho que no sean regalos materiales.
Mis pequeños, como dije al principio, que el Amor se goza en dar, pero más se goza cuando la persona que lo recibe sabe el valor de ésa Bendición, de ésa gratificación y lo agradece.
Mis pequeños, el agradecimiento es algo grande en el corazón de los que aman, porque aprecian las Bendiciones recibidas.

Mi Hijo se vino a dar por cada uno de vosotros, os ha llenado de Bendiciones, se dio completo por vosotros, os dejó Su Cuerpo, Su Sangre Preciosísima para que os siguieran alimentando. Tenéis Mis Bendiciones en todo momento, cuando con Fe, las pedís. Tenéis al Cielo en vuestro corazón y en vuestras manos si realmente vivís como debéis vivir para el Cielo, Me tenéis a Mí, aprisionado en vuestro corazón, no Me aparto de vosotros, aunque vosotros no Me hagáis caso, Yo estoy con vosotros.

Mis pequeños, ése agradecimiento tiene que venir de lo más profundo de vuestro corazón. Ojalá podáis entender esto, para que vosotros también le deis a Mi Hijo, ante el Pesebre, ésos regalos que podáis dar, de corazón. Y os he dicho que no sean regalos materiales, que sean regalos espirituales, porque si estáis hablando para vuestro Dios, tenéis que darle ésos regalos que estén a ése nivel, regalos Divinos, regalos de corazón, regalos que realmente valen. Ciertamente algo material que se da con el corazón vale, pero más vale un cambio de actitud con vuestros hermanos, tratarles con más amor, con más respeto, como verdaderos hermanos, un cambio verdadero de vida.

Estar ante el Pesebre, unirse con lo que Mi Hijo os vino a dar y que todavía, al final de Su existencia, en la Cruz os pedía, ése gran regalo que Él quiere para Su Corazón, almas, “Tengo sed”, Me decía, sed de almas, sed de vida espiritual. Vino a darse por vosotros y Él quiere muchas almas de regreso. Yo quiero que estéis reunidos nuevamente en familia, aquí en el Reino de los Cielos. Yo deseo, Mis pequeños, uniros como verdadera familia, no quiero que estéis separados, no quiero que se separen, que se separen los pueblos, no quiero que os separéis de Mi Corazón. No deis por dar, solamente, -como os decía-, para quedar bien ante vuestros hermanos; si vais a dar, dad dentro de vuestras posibilidades y no creáis problemas en vuestro hogar al faltaros lo que necesita vuestra propia familia. Dad, dad Vida, la Vida Verdadera que os vino a dar Mi Hijo, porque de eso se nutre el Amor, de la Vida Verdadera, de ésa Luz.

Ved pues, Mis pequeños, lo que os pido para ésta Navidad, que sea el resurgimiento del Amor entre los hombres, a través de la virtud y del Amor, a través de la existencia espiritual y no de la material. Buscad el ayudar a vuestros hermanos a crecer espiritualmente, porque lo demás se os da por añadidura, ésa es Mi Promesa. Yo le doy a todos los hombres lo que necesitan para vivir, pero lo espiritual lo debéis ganar y debéis luchar por ello, pero vosotros debéis ayudar a vuestros hermanos a que entiendan ésta vida espiritual, que se tiene que dar, Mis pequeños, para que Mi Hijo vuelva de regreso a Reinar entre los Hombres, que sea aceptado por todos los hombres, que los hombres sepan Quién es su Salvador, qué hizo el Rey de Reyes entre los hombres para ganarles en el Amor.
Gracias, Mis pequeños.