Dic 15_05 Pensad: “un día más que pasa, un día más que me acerco a mi Dios.”

Rosario.

Temas:

  • Hijitos Míos, os pido os rindáis a Mi Amor.
  • Yo Soy la Vid, vosotros los sarmientos. El sarmiento no puede tener vida si se separa de la rama de la vid.
  • Que vuestra alma no se presente ante Mí, vacía ó llena de pecado, porque es cuando Yo no os aceptaré en el Banquete Celestial.
  • Discernimiento en santidad os pido, que Me pidáis a Mí, vuestro Dios, para que estéis preparados para ésos momentos de mentira que llegarán entre los hombres.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Hijitos Míos, os pido os rindáis a Mi Amor.
Hijitos Míos, os pido os rindáis a Mi Amor.

Mis pequeños, cuando alguien se rinde a otra persona, ésta rendición se da porque ve que en la otra persona existe una mayor fuerza y que en algún momento lo va a colocar debajo de él y si no se rinde, puede acabar con su persona.

Pero el rendirse a Mí, vuestro Dios, Mis pequeños, es superación, es vida, no destrucción, como la que causa el que os ataca y que utiliza su fuerza para venceros. El rendirse a Mí, vuestro Dios, os va asegurar fuerza, posición, vida Conmigo, un crecimiento espiritual que no sospecháis, ni os imagináis, Mis pequeños. Os rendís a Mí por humildad, con sencillez, con docilidad, porque veis que Yo, vuestro Dios, os llenaré de regalos espirituales, porque abandonáis vuestra soberbia, abandonáis vuestra persona, Me dais todo vuestro ser para que Yo os trabaje y para que Yo pueda vivir en vosotros.

El regalo a vuestra rendición, es tenerMe plenamente a Mí, vuestro Dios. Yo no acabaré con lo vuestro, vosotros Me permitiréis que os haga mejores, que os enriquezca, que os llame verdaderos hijos Míos, por eso os pido, nuevamente, que os rindáis a Mi Amor, Mis pequeños, para que seas ésos hijos santos que Yo necesito de cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños

Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Yo Soy la Vid, vosotros los sarmientos. El sarmiento no puede tener vida si se separa de la rama de la vid.
Hijitos Míos, Yo Soy la Vid, vosotros los sarmientos. El sarmiento no puede tener vida si se separa de la rama de la vid. El sarmiento es el que da al final la fruta, la fruta que todos comerán agradablemente, que se deleitarán, porque el sarmiento la detiene y la ofrece.

Mis pequeños, ése es el regalo que le doy a Mis hijos, los que están Conmigo, a los que no se separan de Mí, toman de Mí, hacen su vida, Me llevan a sus hermanos y al final, ése fruto, por el fruto que dan, se les reconoce a ellos. Los que están más en Mí, reconocerán que sin Mí, ellos no hubieran dado nada, pero Yo permito que las almas sean reconocidas entre sus hermanos por el fruto que dan. De ahí conocéis la vida de los santos, ésas almitas, ésos sarmientos, que nunca se separaron de Mí y son reconocidos y venerados por el fruto que dieron, pero ellos saben que sin Mí, no hubieran dado ése fruto.

Mis pequeños, sed sarmientos, para que seáis reconocidos ante el mundo por el fruto que deis. Yo no Me separo de los Míos, vosotros, Mis pequeños, sabéis que sin Mí, no sois nada, vosotros no podéis crear, no podéis dar sabiduría, no podéis dar vida si Yo antes, no he Vivido plenamente en vosotros.

Dad fruto a vuestros hermanos, para que ellos también crezcan, para que ellos puedan ser sarmientos, que sepan que tienen que unirse a Mí, a la Vid, que les dará alimento y será alimento que perdurará por siempre.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Que vuestra alma no se presente ante Mí, vacía ó llena de pecado, porque es cuando Yo no os aceptaré en el Banquete Celestial.
Hijitos Míos, el Cielo os espera.
Mis pequeños, el Cielo espera vuestro regreso, Yo, vuestro Padre, espero con ansia vuestro regreso. Habéis salido de aquí, del Cielo, vuestra Casa Paterna, fuiste a servirMe a la Tierra, aceptasteis Mi Voluntad, os disteis, como se dio Mi Hijo, estáis en el mundo para también vivir el Amor que se vive aquí en el Cielo. Todo esto lo sabéis, porque el Santo Espíritu os lo dice en vuestro corazón.

Tenéis todo, Mis pequeños, para regresar a vuestra Casa Paterna. Pero mucho, mucho os preocupa vuestro cuerpo, que se va envejeciendo. Empiezan las enfermedades, empiezan los achaques, vuestro cuerpo ya no responde, os llenáis de medicamentos, de cremas, de muchas cosas para mantener vivo vuestro cuerpo, os afanáis en lo superficial, pero, Mis pequeños, sabéis que vuestro cuerpo se quedará en la Tierra. Pensad, más bien, que mientras más envejecéis, os empezáis a acercar más a Mí, vuestro Dios. Debierais contar los días gozosamente, diciendo “un día más que pasa, un día más que me acerco a mi Dios, a Su Presencia Eterna”.

Ése debiera ser vuestro gozo, ir preparándoos para llegar a Mí y vuestra preparación debe de ser en vuestra alma. Debéis embellecer a vuestra alma, debéis fortificar y vigorizar a vuestra alma, porque ella es la que se va a presentar ante Mí.  Que vuestra vida debiera ser ésa cercanía ya Conmigo, ése deseo de estar ante Mí, ése deseo grande de venir a contarMe todos vuestros gozos, vuestros éxitos, vuestras penurias, pero sobre todo, platicarMe de las almas que vosotros salvasteis para el Reino de los Cielos.

No penséis en vuestro cuerpo que envejece, pensad que vuestra alma va a rejuvenecer, que ésa sea, Mis pequeños, de ahora en adelante vuestra meta, ir embelleciendo vuestra alma, para que cuando se presente ante Mí, se presente bien a la Fiesta, que vosotros vayáis vestidos con traje de Fiesta y podáis ser aceptados y no echados fuera, porque no estáis vestidos como debéis.

Que vuestra alma no se presente ante Mí, vacía ó llena de pecado, porque es cuando Yo no os aceptaré en el Banquete Celestial.

Meditad esto, Mis pequeños y que vuestra vejez ó vuestros días, que van pasando uno tras otro, no os lleven a ésa tristeza que a muchos llevan, sino que podáis decir “un día menos que estoy en la Tierra, un día menos, que pronto me acercará al Padre Celestial, a Mi Rey, al Amor de los Amores.
Gracias, Mis pequeños. 

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Discernimiento en santidad os pido, que Me pidáis a Mí, vuestro Dios, para que estéis preparados para ésos momentos de mentira que llegarán entre los hombres.
Hijitos Míos, no es de almas sabias fincar vuestros propósitos, vuestro futuro, aún vuestro ideales, los ideales de vuestro corazón, en las cosas del mundo. Es necedad del hombre querer respaldarse por las cosas que hace el mismo hombre, por las capacidades del hombre y especialmente cuando ésas capacidades no están respaldadas ni están apoyadas en Mí, vuestro Dios.

Todo lo que es del hombre, todo lo que viene del hombre no tiene la fuerza, no tiene las capacidades, no tiene el poderío que tiene lo que es de Mí, lo que viene de Mí. Si no estáis respaldados por lo Divino, caeréis irremediablemente. El hombre, cuando se aparta de Mí, le entra la soberbia en su corazón, se cree superior a sus hermanos y trata de arrastrarlos hacia sus ideales.

Ciertamente hay hombres, almas, que llevan una determinada misión para servir a sus hermanos, Yo les he dado capacidades superiores para que pudieran sacar a sus hermanos de algún tipo de ignorancia y así crecieran todos; pero éstas almas se llenan de soberbia, porque no han respaldado su vida con Mi Vida Divina, con Mi Consejo Divino, éstas almas se llenan de soberbia, se apartan de Mí y ésos dones Divinos, se vuelven humanos y, en lugar de ayudar a sus hermanos, los hacen caer.

Mis pequeños, la oración, el estado de Gracia, la unión íntima Conmigo a través de los Sacramentos, os va asegurar que vuestra vida, vuestros actos, vuestros pensamientos,  estén respaldados en lo Divino, y así estaréis seguros que lo que estáis haciendo vendrá de Mí, estará apoyado en Mí y dará frutos Divinos que ayudarán realmente a vuestros hermanos a crecer.

Mis pequeños, apartaos inmediatamente de aquellos que veáis que están actuando en lo humano y tratando de obtener solamente bienes humanos, porque os harán caer. Ésos dones grandes que Yo les di, los podrán usar contra vosotros y como eran dones grandes, os harán dudar y caer.

Orad, orad por vuestros hermanos que tenían como finalidad ayudaros y prefirieron el gozo humano, las alabanzas humanas, el reconocimiento humano y cayeron y están haciendo caer a vuestros hermanos. Orad por ellos, protegedlos con vuestra oración, con vuestra donación, para que los hermanos vuestros que escuchen su predicación no caigan en el error, como cayeron éstas cabezas.

Discernimiento, Mis pequeños, discernimiento en santidad os pido, que Me pidáis a Mí, vuestro Dios, para que estéis preparados para ésos momentos de mentira que llegarán entre los hombres.

Actuad en la humildad siempre, Mis pequeños y en el servicio desinteresado, porque así es como os mantendréis en la Gracia.

Acudid a Mí en todo momento, nunca os separéis de Mí, no os sintáis prepotentes, no os sintáis que sabéis todo porque habéis estudiado mucho, no os sintáis sabios, porque rápidamente sabréis que vuestra necedad os perderá.
Gracias, Mis pequeños.