Dic 15_05 Espero entendáis esto antes de que sea demasiado tarde para vuestra alma.

Mensaje en la madrugada.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Habla Dios Padre,
Sobre: ¿Cuánto tiempo invertís para conocerMe?, ¿realmente tenéis el deseo de saber de Mí y conocerMe en lo íntimo?
Hijitos Míos, para conocer a una persona, se le da tiempo, invertís vuestro tiempo, le tratáis en las buenas y en las malas, le acompañáis en sus intereses, le invitáis en lo que os gusta, os dejáis conocer por ella, con la idea de ver si sois compatibles y esto se puede dar para una simple amistad, buscando sea duradera ó para formalizar una relación para un posible matrimonio. El punto es, Mis pequeños, que es a través de una continua relación como conocéis a alguien.

Yo Soy vuestro Dios y vuestro Padre y os pregunto ¿cuánto tiempo invertís para conocerMe?, ¿realmente tenéis el deseo de saber de Mi y conocerMe en lo íntimo?, ¿conocéis Mis gustos y Mis deseos?, ¿Me conocéis en la alegría y en la tristeza? Desgraciadamente la mayoría de vosotros contestaréis con una negativa y muchos hasta dirán que no quieren saber de Mí.

Podéis pasar una, dos, ó tres horas frente a la pantalla de un cine, pero ¿no podéis darMe al menos 15 minutos para que Me agradezcáis Mis Bendiciones recibidas durante el día?

Podéis pasar una ó dos horas platicando por teléfono con un amigo ó amiga y ¿decís que no tenéis ni diez minutos para Mí al final del día y así hacer las últimas oraciones para alegrarMe? Preferís conocer a muchos amigos antes que a Mí y de aquí se desprende la enseñanza que os da Mi Hijo Jesucristo, cuando os dice: “No todo aquél que Me diga, Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos”.

Vosotros no confiáis en aquellos a los que no conocéis y porque además ni vuestros amigos son, entonces ¿cómo creéis que os voy a dejar entrar al Reino de los Cielos, así nada más, sólo con decirMe “Señor, Señor”, si no os tomasteis un buen tiempo de vuestra existencia para conocerMe bien?

Y no solamente no fuisteis deseosos por conocerMe, sino que además Me atacasteis, criticando ó poniendo en duda las Palabras de Vida que tenéis en la Sagrada Biblia, Palabras verdaderas, Vida verdadera. También atacáis a Mi Iglesia y a Mis Ministros, los despreciáis, desprecias los Sacramentos que se os ofrecen a través de ella, que son también Vida para vuestra alma y ¿creéis que Yo os permitiré la entrada a Mi Reino si aquí en la tierra atacasteis los medios que teníais para obtener la Gloria Eterna?

El verdadero amigo vela por los bienes de sus amigos y a veces los protege hasta con su propia vida y por bienes no solamente hablo por las cosas materiales ó por el dinero que se tenga, sino el que veléis por los descendientes de vuestros amigos y con ello os quiero hablar de la espiritualidad que debéis inculcar en ellos si veis que sus mismos padres no lo están haciendo, ellos son vuestro prójimo, ellos son vuestros hermanos en Cristo Jesús.

Mis pequeños, os tengo que decir esto para que no os confiéis en la mediocre espiritualidad que poseéis y que creéis que Me podréis engañar al final de vuestra existencia para poder ganar el premio eterno. Sed honestos con vosotros mismos y maduros espiritualmente hablando. ¿Creéis haber hecho los méritos necesarios para poder presentaros ante Mí y alegrarMe con vuestra actuación en la Tierra? No Me conocéis ni queréis conocerMe, por lo tanto, no tendréis cabida en el Reino de los Cielos. Sois desconocidos y no podéis entrar al banquete preparado para los verdaderos hijos, de tal manera que se os atarán manos y pies y seréis arrojados al fuego eterno, donde vuestro llanto y desesperación no serán escuchados por Mis hijos y solamente os escucharán los que ya están en el fuego eterno y fueron vuestro “amigos” en la Tierra, quienes os ayudaron y os apoyaron a deshacerse de Mi y de Mis Enseñanzas, que os ayudaron y os apoyaron a crecer con falsos dioses y falsas ideologías, los que os ayudaron y os apoyaron para matar física y espiritualmente a vuestros hermanos, los que os ayudaron y os apoyaron para destruir verbalmente ó físicamente a Mis Ministros, a Mis religiosas y a Mi Iglesia. Por esto y por más os habréis ganado el llanto eterno; porque no quisisteis ser Mis hijos, porque no quisisteis propagar Mi Amor, porque no quisisteis ser Mis amigos y proteger lo Mío para el bien de todos vosotros.

Espero entendáis esto antes de que sea demasiado tarde para vuestra alma. Que Mi Paz quede con todos vosotros.