Feb 12_10 Yo Me gozo en aquellas almas que Me están buscando continuamente.

Rosario vespertino

Temas:

  • No quiero que desfallezcáis, no quiero que neguéis Mi Amor en los momentos difíciles que se han de venir.
  • ¿Cómo queréis que el mundo cambie, cuando realmente no le estáis dando el suficiente tiempo y debiera decir, todo el tiempo de vuestra vida a Nuestro Dios?
  • PedidMe pues esta gracia, Mis pequeños, que podáis vivir continuamente halagándoMe a Mí, vuestro Dios, como Yo también os halago a vosotros.
  • Os pido, Mis pequeños, que siempre os mantengáis humildes, sencillos, necesitados de Mí, vuestro Dios.
  • Os pido que ante los acontecimientos que se vengan de la purificación, no os alarméis ni desfallezcáis, seguid adelante con lo que a cada uno de vosotros pediré en su corazón.
  • Nadie puede dar lo que no tiene y si no tenéis Sabiduría Santa y no tenéis razonamientos Sabios, no avanzaréis espiritualmente.

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J. V.

Ofrecimiento, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: No quiero que desfallezcáis, no quiero que neguéis Mi Amor en los momentos difíciles que se han de venir.
(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestro Hermano, Jesucristo, vuestro Dios y Señor, estoy con vosotros. Ciertamente Me habéis invitado, porque he estado con vosotros, porque habéis estado orando y estoy gustosamente con vosotros.

Mi Amor busca alrededor del mundo almas sencillas, almas buenas, almas santas, almas dedicadas a servir a vuestro Dios.

Mis pequeños, grande es Mi Amor para con vosotros, Mi Vida os la he dado a todos vosotros, para todos los siglos y todos los tiempos. Vosotros Me habéis dejado entrar a vuestro corazón, Me habéis aceptado a vivir con vosotros y ésa es la tristeza que Me da de tantas, tantas almas alrededor del mundo, a las que amo, porque son Mis hermanas y no Me han dejado entrar en su corazón. Es tiempo de hacer ya la Familia nuevamente, es tiempo en que el Amor se tiene que manifestar entre los hombres, se tiene que manifestar plenamente ya.

Voy uniendo a Mi rebaño, voy uniendo a los que son verdaderamente hijos y el hijo siempre va a cuidar las cosas de la familia, los bienes que realmente valen en el hogar. Vosotros estáis cuidando esto, Mis pequeños, estáis cuidando Mi Amor sobre la Tierra, no desfallezcáis, Mis pequeños, los tiempos fuertes se vienen ya, pero Yo estoy con vosotros.

Así como Yo fui apartado de todos, fui negado, fui asesinado por los hombres de ése tiempo, de ésos hombres malos, también van a tratar de deshacerse de vosotros, pero no os preocupéis, Mis pequeños, Yo os cuidaré y os he prometido, desde las Escrituras, que ni un solo cabello de vosotros será afectado. Si permanecéis Conmigo, el fuego del Infierno no os tocará, es Mi Promesa, pero sobre todo, es Mi Amor.

Confiad pues, Mis pequeños, confiad, os lo repito, porque os falta mucha Fe, vaciláis ante los acontecimientos difíciles de la vida, ya no es tiempo de duda, ya no es tiempo de cobardía, son tiempos de darse ya para vuestro Dios y para la misión para la que fuisteis creados cada uno de vosotros.

Os amo tanto, Mis pequeños, no quiero que desfallezcáis, no quiero que neguéis Mi Amor en los momentos difíciles que se han de venir. Recibid Mis Bendiciones, Mis pequeños, abrid vuestro corazón para que Yo lo llene de Mi Amor, para que nada malo pueda ya entrar en él, para que vuestro corazón rebose de Mi Amor y lo podáis dar a vuestros hermanos, a todos aquellos que están faltos de Mi Amor.

Recibid Mis Bendiciones nuevamente y contáis con Mi Vida, Mis pequeños, os bendigo.
Gracias, Mis pequeños.

Primer Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: ¿Cómo queréis que el mundo cambie, cuando realmente no le estáis dando el suficiente tiempo y debiera decir, todo el tiempo de vuestra vida a Nuestro Dios?
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Mis pequeños, Mi Hijo insistía a los que Le seguían el ser como niños.

Hijitos Míos, os pido que vengáis a Mí, para que Yo os lleve ante Mi Hijo, sois pequeñitos y no sabéis cómo os debéis comportar ante Mi Hijo, vuestro Dios.

Venid, Mis pequeños, para que Yo os enseñe, para que Yo os guíe, para que Yo os dé ésas palabritas de amor que Yo sé, como Madre, que Le gustan a Mi Hijo y que Le harán feliz a Él.

Soy vuestra Madre también, Mis pequeños y os cuido, quiero elevaros a niveles muy altos de espiritualidad y, para ello, Mis pequeños, debéis abrir vuestro corazón.

Ciertamente, Mis pequeños, estáis muy embebidos con las cosas del mundo y muy poco tiempo le dais a las cosas más importantes que son las de vuestro Dios. Vuestra vida espiritual es muy pobre, Mis pequeños.

Al día, meditad cuánto tiempo le dais en oración, en rezo, en tiempo, a vuestro Dios. Si realmente meditáis honestamente esto, veréis que el tiempo espiritual es muy poco, siendo que para eso estáis aquí en la Tierra, para servir a Nuestro Dios.

Recordad lo que ya se os dijo, que se os dio el don de la vida para servir a Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad, o sea, que las veinticuatro horas del día le pertenecen a Él. ¿Cuánto tiempo realmente le estáis dando a Él? Precisamente, porque poco Le dais, poco recibís, Mis pequeños.

En las Escrituras podéis leer que aquél que mucho da, también mucho recibe y esto se refiere a vuestra vida espiritual también, no solamente al que da en lo material, sino principalmente en lo espiritual.

Os vuelvo a recordar que vuestra misión aquí en la Tierra es espiritual. Vinisteis a ser otros Cristos, vinisteis a transmitir amor, a tocar corazones, con vuestro actuar, con vuestras palabras, con vuestra oración, pero poco dais. ¿Cómo queréis que el mundo cambie, cuando realmente no le estáis dando el suficiente tiempo y debiera decir, todo el tiempo de vuestra vida a Nuestro Dios? Estáis viendo cómo alrededor del mundo hay caos, destrucción, muerte espiritual, muerte humana, tantos y tantos desastres que se podrían detener fácilmente con la oración, que es vuestra donación a la Santísima Trinidad, pero habéis hecho a un lado, de vuestra vida, vuestro crecimiento espiritual, no estáis alimentando a vuestra alma, no la estáis haciendo crecer. Si a diario alimentáis vuestro cuerpo, a diario debéis alimentar también vuestra alma y de esta forma, si estáis dando mucho a vuestro Dios por el bien de vuestros hermanos, mucho también recibiréis. No exijáis a Nuestro Dios cuando vosotros mismos no estáis dando gran cosa. El que mucho da, puede exigir, porque se está dando en totalidad o en gran parte, pero si queréis llevar una vida cómoda, que le dais poco tiempo a Nuestro Dios y queréis gozar el resto del tiempo con vuestras ocupaciones y gustos, ¿cómo queréis, pues, que se os bendiga, cuando no estáis dando ocasión para ello? No seáis groseros con Nuestro Dios, no le faltéis al respeto a quien es vuestro Padre y Creador de cuanto existe, visible e invisible.

Dad pues todo lo que podáis dar y os aseguro que, por intercesión Mía, vuestra Madre, recibiréis innumerables Bendiciones.

DadMe mucho de vuestro tiempo, con amor, que Yo iré, halagada, a presentarle a Nuestro Dios lo que hacéis por Él. Muchos de vosotros sois padres o madres y vosotros os sentís orgullosos cuando un hijo vuestro hace algo bien hecho y que todos se dan cuenta de ello. Yo también, como Madre vuestra, Me siento orgullosa cuando alguno de vosotros hace algo grande para el Reino de los Cielos.

Os repito, Mis pequeños, venid a Mí, con vuestra Madre, la Siempre Virgen María, para que Yo presente todos vuestros actos buenos y sean bendecidos por Nuestro Dios y, de ésta forma, también recibáis, por Mi conducto, las Bendiciones que, en Su Santísima Trinidad, quieran derramar sobre vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: PedidMe pues esta gracia, Mis pequeños, que podáis vivir continuamente halagándoMe a Mí, vuestro Dios, como Yo también os halago a vosotros.
Hijitos Míos, Yo os creé para que vosotros gozarais de Mi Amor y lo gozarais eternamente. Os he dado un alma, con capacidades inimaginables, que ahora están estacionadas, inmóviles, porque estáis afectados por el Pecado Original, pero poco a poco iréis recibiendo nuevamente Mis Bendiciones, para que empecéis a recuperar lo que vuestros Primeros Padres perdieron para ellos mismos y para todos sus descendientes, que sois vosotros.

Cuando empecéis a recuperar éstos dones, que ellos tenían, empezaréis a entender Mi Amor hacia vosotros. Por eso el hombre fue lo más grande de la Creación, lo he hecho a imagen y semejanza Mía, en cuanto a su parte espiritual, porque vuestra alma es parte de Mí y Yo, como Padre vuestro, transmito Mis Bendiciones y capacidades, ciertamente limitadas, pero grandísimas, a todos Mis hijos. Esa es la diferencia que tenéis con los animales, su alma animal no tiene las capacidades del alma humana.

Sois Mis consentidos, Mis pequeños, entended que Yo os he dado grandes capacidades, grandes dones, pero vosotros, como hijos, también debéis responder a todo éste derrame de Bendiciones con que Yo os regalo.

Veo que una gran mayoría de hermanos vuestros y aún vosotros mismos, os distraéis mucho con las cosas del mundo y se os olvida que vosotros siempre estáis bajo Mi Mirada Paterna y amorosa y que Yo no recibo continuamente agradecimiento de parte vuestra de todo lo que Yo os doy.

Ciertamente debierais estar plenamente concientes, todo el tiempo, de todo lo que vais recibiendo de Mí a lo largo del día y aún de la noche, cuando descansáis. Yo no descanso, Mis pequeños, con tal de veros a vosotros, de cuidaros, de amaros, Me recreo en cada uno de vosotros. Veo Mi obra maestra en cada uno de vosotros.

Tenéis tantas capacidades, que aún la misma ciencia, vuestra ciencia humana, no puede comprender enteramente. Todavía hay mucho conocimiento que el hombre no acaba de comprender de las mismas capacidades que tenéis. Sois Mi obra perfecta y cómo quisiera que Me agradecierais en cada momento de vuestra vida, el que estéis aquí en la Tierra, trabajando para Mí, vuestro Dios y Padre vuestro. Gozo infinito debierais sentir de estar sirviendo a vuestro Dios. Gozo infinito tienen Mis ángeles que Me adoran continuamente y Me agradecen lo que ellos tienen.

Quiero que meditéis esto, Mis pequeños, para que saquéis una lección de vida y que Me merezco, porque, como os repito, muy distraídos estáis con las cosas del mundo y Yo merezco agradecimiento de todo lo que tenéis, en lo material y en lo espiritual.

AgradecedMe, Mis pequeños, y agradecedMe de corazón todo lo que tenéis y veréis que recibiréis cada vez más, porque Me encanta escuchar de vuestro corazón éstos agradecimientos. Soy Infinitamente sensible al Amor, porque Yo Soy Amor y vosotros sois Mis pequeñas creaturitas, Mis bebés, que balbucean apenas palabritas y Me gozo que vuestras palabritas sean de amor hacia Mí y de agradecimiento de corazón.

Quiero que os sensibilicéis, porque así gozaréis mucho más de todas las Bendiciones que recibís de Mí, vuestro Dios. Aquél que tiene corazón duro, aquél que no ha abierto su corazón a Mi Amor, no puede entender esto, Mis pequeños, porque ellos no viven en el Amor.

Todo esto que os digo, se da a las almas sencillas, a las almas bellas, a las almas que han hecho un esfuerzo grande por apartarse de las cosas del mundo y empezar a vivir lo que realmente vale en la vida del hombre, que es el íntimo contacto Conmigo, con vuestro Dios y que debéis tratar que éste contacto sea cada vez más continuo, que no haya ya separación de tiempos y así, como Yo Me doy por vosotros, vosotros también os deis por Mí, en una continuidad total.

PedidMe pues esta gracia, Mis pequeños, que podáis vivir continuamente halagándoMe a Mí, vuestro Dios, como Yo también os halago a vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os pido, Mis pequeños, que siempre os mantengáis humildes, sencillos, necesitados de Mí, vuestro Dios.
Hijitos Míos, os he pedido que viváis en la humildad, para que Yo os pueda llenar de Bendiciones y de regalos espirituales, para que vosotros los gocéis, los transmitáis y así vuestros hermanos puedan gozar de Mis Bendiciones a través de vosotros.

Mis pequeños, si no hay humildad en vuestro corazón, Yo no Me puedo derramar en vosotros, Yo no puedo daros Mis regalos espirituales cuando vuestro ser está sucio, cuando no está en estado propio para guardar las riquezas que os llegarán del Cielo, o sea, de Mí, vuestro Dios. Vosotros mismos no guardáis vuestras cosas más preciadas en un lugar sucio, en un lugar que os asqueé y que no os queráis acercar porque os podéis ensuciar.

Así pasa con Mi Gracia y con Mis Bendiciones, Me asquea ver a las almas soberbias. Sí, Mis pequeños, es una palabra fuerte, pero es una realidad. El alma soberbia se siente autosuficiente y, a veces, se siente hasta superior a Mí, vuestro Dios. ¿Cómo puede ésa alma querer guardar Mis regalos espirituales, Mis riquezas Celestiales, simplemente no las desea, porque no está capacitado para recibirlas, que por su misma soberbia no las busca, posiblemente, hasta las rechaza.

La soberbia es un mal que existe en muchas almas, éstas almas van por el mundo viviendo solamente para sí mismas, sienten que lo que hacen es lo mejor que puede haber y no aceptan ningún tipo de consejo de sus hermanos. El ser soberbio, solamente os va a llevar a una degradación espiritual y a una pérdida de valores, a una falta de bien en vuestra alma. La soberbia es egoísta, muchas veces nefasta para convivir con sus hermanos, porque no aporta cosas buenas y sanas para el bien de los que le rodean, por eso el alma soberbia no crece, al contrario, retrocede.

Por eso amo a las almas pequeñas, sencillas, aquellas que se sienten pobres, pobres en crecimiento espiritual, en éstas almas Yo Me recreo, a éstas almas les derramo Mis  Bendiciones, en éstas almas Mi Amor puede crecer grandemente. Me gozo en las almas pequeñas, porque ellas están abiertas plenamente a un crecimiento espiritual, a un consejo sabio, a una ayuda desinteresada. Las almas pequeñas todo el tiempo se sienten necesitadas de apoyo y de una guía sabia y superior a ellas. En estas almas Me recreo, Me gozo, porque agradecen infinitamente cuando reciben Mis Bendiciones y Conocimiento de Mí, vuestro Dios. Saben apreciar lo que Yo les envío por diferentes medios, porque siempre van a reconocer que lo que les llega es Providencial, o sea que todo el tiempo Mi Providencia Divina está actuando sobre ellas y así lo reconocen y agradecen.

Yo Me gozo en aquellas almas que Me están buscando continuamente, porque es un deseo grande el crecer, el buscarMe, el conocer más de Mí, vuestro Dios. Buscan la Palabra de Mi Hijo, buscan el apoyo de su Madre, la Siempre Virgen María, buscan la Luz del Espíritu Santo, para apreciar mejor lo que se les da y lo que tienen y reconocen que mucho les falta, aún a pesar de que muchas almas llegan a tener una sabiduría muy alta a nivel humano y aún así reconocen que son pequeñas, que en su sabiduría Yo les dejo conocer que todavía les falta una infinitud y así, aunque tienen mucho, inmediatamente se dan cuenta de que son pequeñas y que les falta mucho por crecer.

Os pido, Mis pequeños, que siempre os mantengáis humildes, sencillos, necesitados de Mí, vuestro Dios, porque siempre os voy a consentir, siempre Me voy a derramar en vosotros con grandes Bendiciones y Yo esperaré gozoso vuestra respuesta, que será en agradecimientos de corazón para Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os pido que ante los acontecimientos que se vengan de la purificación, no os alarméis ni desfallezcáis, seguid adelante con lo que a cada uno de vosotros pediré en su corazón.
Hijitos Míos, vosotros tenéis una regla de oro, que es la de tratar a los demás como vosotros quisierais que os trataran.

Ciertamente, si vosotros actuáis de acuerdo a Mis Mandamientos y a Mis Normas de Amor, vosotros estaréis actuando en la Verdad y en la Justicia. Si vosotros dais a vuestros hermanos lo que tenéis en vuestro corazón, pero basados en lo que os pido, vosotros estaréis actuando como actuó Mi Hijo sobre la Tierra. De esta forma, podría decirse que podríais exigir a vuestros hermanos que actuaran de igual manera y tendrías el mundo perfecto que Yo quiero que tengáis y así estaríais ya uniendo el Cielo con la Tierra, que eso es lo que quiero, Mis pequeños y ésta es la única forma en la que lo podréis lograr, viviendo así, con ésta regla de oro que os enseñó Mi Hijo, vivir en el Amor, vivir en el respeto hacia los demás.

Ciertamente, satanás os hará la vida difícil, porque estáis viviendo en su territorio, en donde la maldad la podéis encontrar por todos lados, pero tenéis que poner vuestro granito de arena, Mis pequeños. Sí, tenéis que luchar contra las fuerzas del mal que os rodean, pero que no os hagan dudar, que no os intimiden, siempre el Amor va a vencer al mal.

Vosotros os asustáis demasiado con los ataques de satanás, con sus manifestaciones y os asustáis, porque no estáis revestidos en el Amor y él no puede nada contra el Amor contra aquellas almas que están llenas de Mi Amor y lo transmiten a sus hermanos.

Ved la Vida de Mi Hijo, cómo era atacado continuamente por la gente mala, aún por los escribas y fariseos, y Mi Hijo siempre salió triunfante de todos esos ataques. Lo seguían por todos lados para ver cuándo cometía algún error y de ahí tomarse para deshacerse de Él, con pretextos malsanos y llenos de mentira. Ciertamente, con sus manipulaciones satánicas, lo crucificaron, pero no pudieron detenerlo porque Resucitó y ellos perfectamente supieron que Resucitó, que no lo pudieron vencer, aún a pesar de todo lo que tramaron contra Él y buscando siempre Su destrucción para deshacerse de Aquél que venía a señalarles sus errores y sus injusticias contra el pueblo.

Vosotros estáis en estos momentos sobre la Tierra también para señalar errores e injusticias, pero sobre todo para vivir el Amor y transmitirlo a vuestros hermanos. Debéis ser ejemplo de que todavía se puede vivir en el Amor, de que el Amor todavía puede producir cambios fuertes en la sociedad y en el corazón del hombre. De que el Amor no puede vivir en donde no hay justicia y se puede clamar a Mí, para que aquellos que viven en la injusticia y en la maldad, reciban su merecido.

Estáis viviendo tiempos de cambio, en donde veréis éstos grandes cambios que se tienen que dar para la historia del hombre.

Si Yo lo estoy permitiendo, es para que vosotros recibáis Mis Bendiciones y gocéis del cambio. Os he dicho que purificación es renovación y así el género humano va a ser renovado para que viváis lo que verdaderamente es Mi Amor y Mi Justicia. Os aseguro, Mis pequeños, que gozaréis esto que Yo os voy a dar en breve. Viviréis momentos que nunca el hombre ha vivido, porque todo se echó a perder por el Pecado Original.

Viviréis los gozos del Cielo sobre la Tierra y eso ningún pueblo, en toda la historia de la humanidad, lo ha vivido. Gozaréis Mi Presencia Divina en los corazones de los hombres y os trataréis como verdaderos hermanos, cuidándoos los unos a los otros y ayudándoos los unos a los otros, a apreciar Mi Sabiduría, con Virtudes y con Amor y esto no ha sucedido en toda la historia de la humanidad. Os estoy anticipando todo esto, Mis pequeños, como una primicia de Mis regalos a las almas buenas, a las almas justas, a las almas que quieren vivir ya el Cielo sobre la Tierra, a las almas que quieran dar fruto, a las almas que vivan bajo Mi Divina Voluntad.

Este es tiempo del retorno espiritual para las almas, viviréis como primeramente vivían vuestros Primeros Padres, antes de la tentación de satanás. Viviréis los gozos del Principio, cuando aún no había tiempo. Gozaréis la vida de vuestros Primeros Padres y gozaréis el vivir ésa santidad en la que ellos vivían. No os imagináis ahora, Mis pequeños la forma en la que Yo consentía a vuestros Primeros Padres, cómo Mi Amor se derramaba como río caudaloso sobre ellos. Yo consiento infinitamente a aquellos que son fieles a Mis Leyes y a Mi Amor. Yo Me gozo en Mi creatura que Me ama, que Me respeta, que goza de Mi Presencia en su corazón y en su vida.

Vosotros, los que estáis Conmigo, ya intuís en vuestro corazón todo esto y os voy aclarando poco a poco lo que tendréis en breve, si os mantenéis Conmigo, vuestro Dios, que tanto os ama.

Os pido que ante los acontecimientos que se vengan de la purificación, no os alarméis ni desfallezcáis, seguid adelante con lo que a cada uno de vosotros pediré en su corazón. Yo os daré la Fuerza necesaria y la Sabiduría para que no os salgáis del camino y no os engañe satanás en los momentos más importantes en los que deberéis escoger hacia dónde ir o qué hacer.

Gozad pues, Mis pequeños, de estas primicias que os doy, estáis viendo cómo os consentiré y cómo sentiréis y viviréis plenamente lo que os daré. Recordad que mientras más abráis vuestro corazón a Mi Amor, más recibiréis y os recuerdo que vuestro corazón se abrirá cada vez más y más, mientras mas Me améis y más repartáis a vuestros hermanos, mientras mas os tratéis como verdaderos hermanos, amándolos, cuidándolos, respetándolos y ayudándolos a crecer. No seáis egoístas, quitaos todo aquello que cierre la puerta de Mi Gracia hacia vuestro ser. Sed pequeñitos, sencillos, amorosos, para que Yo Me derrame en vosotros. Sed Mis niños y no crezcáis en soberbia, para que Yo os haga grandes con Mi Gracia y con Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Nadie puede dar lo que no tiene y si no tenéis Sabiduría Santa y no tenéis razonamientos Sabios, no avanzaréis espiritualmente.
Hijitos Míos, la Gloria, Mi Reino, el Cielo, está reservado para todas aquellas almas que han aprendido a amar entre los hombres. Os he dicho que nadie puede dar lo que no tiene y por eso os insisto que vosotros debéis primero dejar abrir vuestro corazón para que os llenéis de Mí, de Mi Vida, de Mi Amor, de Mis Enseñanzas y así Me podáis dar a vuestros hermanos.

Un hijo siempre va a mostrar a los demás lo que vivió en su hogar, conciente o inconscientemente. Vosotros dais lo que aprendisteis en vuestro hogar, lo que se vivió en el hogar, lo que tenéis como experiencia de vida y lo que tengáis como consejos de vuestros padres.

Os repito, no podéis dar lo que no tenéis, lo que no habéis vivido, lo que no ha sido experiencia en vuestra vida.

Por otro lado, si vosotros, en humildad, reconocéis que no tuvisteis experiencias buenas y bellas en vuestro hogar, debéis dejar que Mi Santo Espíritu, que habita en vosotros, os aconseje, os guíe, para que vosotros tengáis ése deseo grande de aprender de Mí, vuestro Dios en Mi Santísima Trinidad.

Muchos de vosotros aún no entendéis por qué estáis aquí en la Tierra, a qué vinisteis, por qué se os concedió la vida. Y muchos de vosotros no lo entendéis porque no habéis crecido en Fe y en Virtudes, si es que recibisteis el Bautismo. Cuando vosotros sois Bautizados, recibís grandes Bendiciones de Mí, vuestro Dios. Debéis pedir por vuestros hermanos que están en otras creencias, que no han tenido el contacto con las Enseñanzas de Mi Hijo.

Cuando crecéis, entráis en contacto con muchos hermanos vuestros que tienen diferentes puntos de vista de los vuestros, cada quien defenderá su propia postura, a veces os hacéis de palabras y hasta de amenazas, porque no estáis aceptando, ni queréis aceptar, lo que vuestro hermano os enseña. Algunos de vuestros hermanos, aún a pesar de haber crecido en las Enseñanzas que os dio Mi Hijo, estarán viviendo en el error y otros estarán revestidos de Sabiduría y de ellos podréis aprender mucho. Si sois pequeños, humildes, reconoceréis que os falta mucho y os acercaréis a vuestros hermanos sabios, a vuestros hermanos que han crecido en Sabiduría Santa y que están deseosos de enseñar. Pero si no juzgáis con Sabiduría Santa ni buscáis lo verdadero para vuestro crecimiento espiritual, es cuando vosotros caéis en el error, es cuando fácilmente satanás os puede engañar haciéndoos creer que hay otros caminos y otras creencias mejores que las que Mi Hijo vino a dar a la humanidad.

Nadie puede dar lo que no tiene y si no tenéis Sabiduría Santa y no tenéis razonamientos Sabios, no avanzaréis espiritualmente, Mis pequeños.

Sed pequeñitos, para que Yo os haga inmensamente grandes y podáis servir mejor a vuestros hermanos pequeños, para que les ayudéis a crecer, para que les enseñéis a amar y a respetar todo lo que es Mío, para que respetéis lo que Mi Hijo os dio y que dio para la Iglesia fundada por Él.

Haceos pequeños, para que Yo os ame infinitamente.
Gracias, Mis pequeños.