Ago 07_98 La Misericordia Divina.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Hoy, hijitos Míos, os quiero hablar sobre la Misericordia Divina. Aún entre vosotros, Mis pequeñas creaturas llenas de defectos, existe la compasión u el deseo de ayuda fraterna. En la mayoría de vosotros se mueve “algo” dentro de vuestro corazón al ver al desválido, al sufriente, al moribundo. Ese “algo” es Mí Presencia viva en vosotros, que os quiere mover a la Caridad hacia el necesitado, tanto en cuerpo como en alma.

Pues, si en vuestra pequeñez e imperfección, vuestras almas se mueven a la ayuda por vuestros semejantes, cómo no se moverá Mí Corazón, en la Perfección del Amor, al veros caídos, abatidos, arruinados por el pecado y sus consecuencias. Es Mí Misericordia Divina la que está actuando para vuestro bien. La Misericordia se mueve totalmente por la Caridad.

Yo os veo caídos y es Mí Misericordia la que os dá fuerza para levantaros. Os veo vivir en pecado y es Mí Misericordia la que os busca constantemente para vuestro arrepentimiento. Es la carga de vuestras culpas las que os tienen apartados de Mí y es Mí Misericordia quién os aconseja descargar vuestro peso a través de alguno de Mis Ministros, los sacerdotes, para así volver nuevamente a la Paz interna, con Vuestro Dios y Creador.

Mí Misericordia vence a Mí Justicia cuando os acercáis con espíritu contrito y humilde, a pedir perdón y ayuda a vuestras culpas.
Es Mí Misericordia la que puede salvar a un pecador empedernido, aún en el último suspiro de vida sobre la Tierra.

Es Mí Misericordia Infinita la que espera pacientemente el regreso del hijo caído, por el pecado. Es Mí Misericordia fiel la que os acompaña durante toda vuestra vida para levantaros de las caídas, que tan numerosas, se dan a todo lo largo de vuestra existencia.

Es Mí Misericordia Omnipotente la que ha perdonado pueblos enteros de su destrucción, por la intercesión, a veces, de UNA sola alma que se ha donado totalmente a Mí.

Es Mí Misericordia Divina la que ha enviado a Mí Único Hijo a salvaros y a abriros las puertas del Cielo con Si Preciosa Sangre y con la donación total de Su propia Vida.

Es Mí Misericordia la que soporta todas vuestras traiciones y ataques a Mí Persona y a Mí Divinidad y que, aún así, se sigue derramando en Gracias y Bendiciones para el bueno como para el malo.

Es Mí Misericordia llena de Amor la que desea y proveé todo lo necesario espiritualmente, para que los que no son de Mí Redil, lleguen a el.

Mí Misericordia todo lo excusa, con tal de que el pecador se arrepienta y decida vivir en Mí Vida. Sólo necesita del pecador, que reconozca de Mí, Mí Misericordia de quererlo hacer nuevamente Mío y que se reconozca él mismo, pecador y causante de los dolores a Mí Corazón Divino, que produjeron sus pecados y faltas en el pasado de su vida.

Mí Misericordia es Omnipotente y todo lo perdona. No hay pecado, por más grande que os lo imaginéis, que no pueda perdonar Mí Misericordia. Ya os he explicado que vuestra pequeñez es limitada y que nunca podrá compararse con Mí Grandeza. Vuestra pequeñez, junto con vuestros pecados “gravísimos”, son pequeños a Mis Ojos, puesto que un pequeño NO puede producir cosas grandes, ni buenas, ni malas. Mí Misericordia es grandísima e ilimitada. Lo único que detiene Mí Poder Omnipotente e Ilimitado, es vuestra SOBERBIA. Mí Misericordia no puede nada contra vuestra soberbia. Cuando os sentís superiores a Mí, cuando sentís que has cometido faltas “tan graves” que ni Mí Poder, ni Mí Misericordia las pueden perdonar, es ahí en donde Yo no puedo actuar, ya que Me estáis dando a entender que sóis tan malos y cometéis pecados tan graves, que Yo no tengo poder para resolverlos. Es vuestra soberbia la que realmente hace gravísima vuestra acción hacia Mí. Os lo repito, NO hay falta o pecado tan grave que Yo no pueda perdonar.

Muchos de vosotros camináis por la vida llevando fardos muy pesados por faltas graves cometidas en alguna etapa de vuestra vida y las van cargando y sufriendo por largos años afectando su propia alma y la de los demás, causando rencores y pleitos entre hermanos por no tener confianza en Mí Misericordia y por la falta de ésa confianza y Fé a Mis Palabras, sufren años y años.

Hijitos Míos, un Padre que os ama infinitamente y que ha dado a Su Eterno Hijo la salvación de TODOS los pecados del Mundo, os está esperando con los brazos abiertos para hacerles recobrar la paz y la Unión Íntima de espíritus, sólo necesita vuestro arrepentimiento sincero y vuestras lágrimas unidas a las de Mí Hijo, y así arrepentidos de vuestros pecados, Yo os abriré Mí Corazón y os llevaré a Mí Paz Eterna.

Volved a Mí, confiad plenamente en Mí Misericordia, haced la prueba y arrepentíos. Descarguen vuestras culpas ante Mí, en presencia de Mis Ministros, los sacerdotes, y Yo os daré Mí Perdón y Mí Paz.

Yo os creé para vivir libremente, en espíritu y en amor, no para llevar cargas innecesarias que sólo matan a la vida del espíritu y os hace transmitir odios y rencores a vuestros semejantes, Soltad vuestra carga inútil y dejad que Mí Misericordia obre en vosotros, os amo y os quiero plenos en Mí Amor.

Aunque vuestro fardo aparezca inmenso ante vuestros ojos, ante Mí, es pequeño e insignificante, si va seguido de vuestro arrepentimiento.

El más grande pecado en la historia de la Humanidad, fue la traición a Mí Hijo por Judas Iscariote y el asesinato de Mí Hijo llevado a cabo por Mí pueblo escogido y, aún ése pecado TAN GRANDE, Yo lo hubiera perdonado si se hubieran arrepentido y se hubieran vuelto a Mí, a pedir perdón. Pero fue la soberbia y el miedo a Mí Justicia la que detuvo su arrepentimiento.

Yo Soy un Dios de Amor y antes de que actúe Mí Justicia, siempre, os daré la posibilidad y la luz para recurrir a Mí Misericordia. Sólo Mí Justicia actuará cuando vosotros despreciéis Mí Misericordia hasta sus últimas oportunidades. Os lo repito, Mí Misericordia os seguirá hasta el último suspiro de vuestras vidas, os dará toda la confianza de saber que Yo os amo y no deseo en ningún momento vuestra condenación eterna, aún a pesar de lo grande y grave que pueda aparecer ante vuestros ojos, vuestra falta hacia Mí.

Después de vuestro último suspiro y ya ante Mí Presencia, aparecerá Mí Justicia y será sólo entonces, que veréis cara a cara a vuestro Salvador y Redentor. Al Amor que os siguió toda vuestra vida y que deseó sólo el bien para vosotros, aún en el último momento de vuestra existencia. Os veréis cara a cara a vuestro Dios Justicia, al que atacásteis, despreciasteis, traicionasteis y al que no le dísteis vuestra confianza, aún a pesar de haberos dado infinidad de ocasiones y palabras para alcanzar vuestra salvación.

Yo os creé para amaros, pero es vuestro libre albedrío el que os hace darMe una respuesta afirmativa o negativa a Mí Amor. Yo no fuerzo voluntades, os doy Mis Gracias y Dones gratuitamente y sólo pido de vosotros, vuestra libre elección de tomar Mí Vida y el de agradecerMe todo lo que os doy. Sólo deseo vuestro pequeño amor y que al unirlo al Mío, lo pueda Yo engrandecer, para vuestro bien y gozo eterno.

Confiad en Mí Misericordia rebosante de Amor y de perdón y no carguéis fardos inútiles que sólo os causan separación del Amor.

Os amo y os espero tiernamente antes de vuestro último suspiro de vida. Yo os bendigo en Mí Santo Nombre, en el de la Misericordia viva de Mí Hijo Jesucristo, Salvador y Redentor y en el de Mí Santo Espíritu de Vida.