Jul 07_98 Vuestras Acciones.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Hoy Hijitos Míos, os voy a hablar de un tema muy importante, vuestras acciones. Todos vosotros habéis visto alguna vez lo que pasa cuando se avienta una piedra en un lago, se forman ondas, primero pequeñas y fuertes y hacia el exterior grandes y suaves. Así sucede con vuestras acciones buenas y malas.

Cada alma es como el lago y lo que vuestra voluntad haga se va a reflejar a las demás almas, a todas, vivas en la Tierra y vivas en el Purgatorio y en el Cielo. Todas vuestras acciones tienen trascendencia, nada se pierde, todo afecta a bien o a mal.

Una buena acción afectará primero a los más cercanos a vosotros y se irá difundiendo hasta lugares y personas a las que vosotros ni siquiera conocéis, se irradia el bien, y vosotros lo habéis constatado alguna vez. Algún acto bueno que hicisteis, sobre todo aquellos que no llevaban alguna intención soberbia, ayuda primero al que la recibe, éste transmite la experiencia a otro u otros y estos toman esta buena acción como enseñanza en sus vidas. Al hacerla suya y vivirla, la va a transmitir a otros y así indefinidamente hasta hacerla suya y vivirla, la va transmitir a otros y así indefinidamente hasta que en alguno se detenga esa fuerza benéfica por no quererla transmitir, por falta de amor hacia los demás. Es una propagación, de Mí Amor, hacia vuestro prójimo.

Lo mismo sucede con las obras malas, se van propagando, afectan a varios, hasta que el amor existente en alguien que las recibe, las detiene. Estas ondas del bien o del mal también afectan al Purgatorio y Cielo. Las de mal, detienen y atrasan la salvación y glorificación de muchas.

Hijitos Míos, estad muy atentos con vuestras acciones porque todo se afecta y os afectáis a vosotros mismos, porque si observáis bien al lanzar la piedra, al chocar contra una pared o algo sólido, esa onda se regresa hasta el punto de impacto de donde nació la onda y estos sóis vosotros. Lo sólido con lo que choca la onda es Mí Justicia y sí os dáis cuenta, Yo no os regreso el mal, Yo no os castigo, el castigo regresa por sí mismo a vosotros. Todo regresa a la fuente de inicio, si de vosotros nació algo bueno, una idea, una acción, una ayuda, ella tarde o temprano regresará a vosotros como un bien para vosotros y los vuestros, pero si vosotros produjisteis un mal, tarde o temprano se os regresará a vosotros y a los vuestros.

Es una ley real, dinámica, justa, por eso estad atentos con vuestras acciones y procurad que todo lo que de vosotros salga sea bienestar, generosidad, amor y así vuestras vidas se verán colmadas con lo mismo que hagáis.
Os bendigo en Mí Santo Nombre, en el de Mí Hijo Jesucristo y en el Divino Amor del Espíritu Santo. Os amo entrañablemente.