Jul 06_98 Mi Fidelidad.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, hoy os voy a hablar sobre Mí Fidelidad hacia vosotros. Yo os creé en la máxima ternura de Mí Corazón. Yo os creé para amaros eternamente. Yo os creé para derramar sobre vosotros todas Mis Gracias y Dones. Yo os creé para gozar eternamente de Mí Creación Universal.

Desde el primer hombre, a quién creé con Mis Manos Amorosas, a quién centímetro a centímetro amé al estarlo formando con el mayor cuidado, con todo Mi gozo interno, con toda Mí Sabiduría y al que inmediatamente infundí Mí Vida, la vida de un Dios, así he de amar hasta el último que nazca.

Mi Amor es inmutable, Mi Amor no ha de cambiar nunca, Yo doy en totalidad.

Sobrevino la falta gravísima del Pecado Original y aunque reprendí a vuestros primeros padres, hice la promesa de la Salvación a través de de la ayuda de Mí Hija, la siempre Vírgen María y así darMe nuevamente a la humanidad, constituyendo Mí Segunda Persona de la Trinidad, Mí Hijo Jesucristo. Procrearon vuestros primeros padres y aunque puse Mí Ley en su corazón y en el de sus descendientes al infundirles Mí Espíritu en ellos, una gran mayoría la desoyó. Se dieron al pecado en toda su bajeza, con rencor hacia su Dios, con odio a quién había dado todo por Sus hijos y su corazón se marchitó en el amor. Ya no había tierra fértil para seguir procreando hombres y mujeres a Mí Imagen y Semejanza de Amor que prosiguieran Mí Obra de la Creación y tuvo que sobrevenir el Diluvio. Pero Yo seguía protegiendo a los Míos. Una nueva generación se formó s partir de Noé y su familia.

Pasó el tiempo, pero Mí Ley y Mis cuidados se mantenían, tanto en el hombre como en la Naturaleza entera. Nuevos pueblos se formaron y nuevamente sucedió que algunos se mantuvieron en Mí Ley y otros no. Y algunos pueblos, nuevamente escucharon a la serpiente, príncipe del mundo y se pusieron en Mí contra, adorando a falsos dioses y dejándose llevar por su concupiscencia y maldad a todo nivel, en pocas palabras animalizándose, olvidándose de Mí Presencia Real, Verdadera y Santa en sus almas y así es como tuvieron que ser destruídas Sodoma y Gomorra. Pueblos grandes totalmente vendidos al pecado y a la corrupción. Aunque la maldad predominaba en ése tiempo, Yo no me separaba de ellos. Mandé infinidad de veces Mí Voz y Mis Decretos a través de Mis profetas por la presencia del Espíritu Santo en ellos. Yo seguía guiando a Mí pueblo, a Mí creación, a Mis hijos. Un padre verdadero nunca olvida a sus hijos a pesar de que no sean todo lo bueno que quisiera. Mí Promesa de salvación por fín se realizó y nazco en la Segunda Persona de la Trinidad, Mí Hijo Jesucristo, entre vosotros. Ya no es Mí Amor, ni Mí Voz, ni Mí Presencia en Mis profetas, ahora Soy Yo mismo, vuestro Dios y Señor, vuestro Creador el que baja a la Tierra a convivir entre vosotros, el que lleva personalmente Su Mensaje de salvación, el que lleva personalmente lo prometido, el amor para todos, el Reino de Amor prometido mucho tiempo antes. Por fin la promesa es realizada, Dios con vosotros. Grandes momentos para la humanidad de ése tiempo y para las futuras generaciones.

Pero aún así, a pesar de que Yo, Vuestro Dios, personalmente baja para convivir con el hombre, con Su creatura amada, Se vé rechazado por muchos y amado por pocos y en un acto de desprecio humano hacia su Dios, es eliminado, tratando de eliminar Su Doctrina, Su Amor, a través de la muerte en la cruz.

Pero Mí Promesa prevalece y así como prometí desde el principio de los tiempos, como Su Dios Creador, que los iba a cuidar por siempre, Yo como Dios Redentor lo reitero y prometo que Mí Iglesia va a prevalecer hasta el fin del Mundo. Y ahora, con la venida del Espíritu Santo, vuelvo a reiterar y a escoger los que han de proseguir Mí Obra de Creación y de Amor. Es el tiempo de la recolección, el grano bueno se separará de la cizaña, para que Mí Promesa prevalezca y Mí Fidelidad hacia todos aquellos que realmente Me aman, se vea coronada con el Amor Supremo de vuestro Dios.

He de seguir guiando a Mis hijos y a Mí Iglesia por toda la vida actual y futura. Un padre nunca se olvida de los suyos, nunca podrá un Padre verdadero negar a sus hijos amados.

Mí Fidelidad es verdadera, porque fuísteis creados en Mí Amor y con Mí Amor y negaros sería negarme a Mí Mismo que Soy la Esencia y Fuente Pura y Santa del Amor. Lo que es Mío y viene de Mí, volverá a Mí. Así como el imán atrae al hierro y no a los otros metales, aunque todos estén revueltos unos con otros, sólo lo que puede ser atraído, porque es de la misma esencia, será atraído.

Yo os doy muchas ocasiones de reconversión en el amor para que vuestras almas, que quieren volar hacia Mí, puedan quitarse el lastre que las acciones de vuestro cuerpo las van ahogando y deteniendo en su ascensión. ¡Dejad ese lastre de pecado y regresad a Mí! Vosotros no os imagináis lo que sufro cada vez que un alma se pierde, ¡es una parte de Mí la que se pierde!

El alma es parte de Mí Ser, es Mí Esencia viva y Divina en vosotros. Mí dolor es inimaginable en cada pérdida y Mí enemigo lo sabe y se burla con cada alma que logra quitarMe. Todo el Cielo sufre cuando ven que un alma se pierde, porque saben que su Dios sufre y no hay suficientes almas reparadoras que Me consuelen de ésta pena, ni tampoco suficientes oraciones y sacrificios de amor, que impidan que se sigan condenando tantas almas, como las que en éstos tiempos vuestros se están condenando. Vuestro Dios, Fiel en el Amor, Fiel en Su Palabra, Fiel en Su Promesa, realmente sufre al ver vuestra respuesta con tanta falta de amor hacia Él.

Si Yo permanezco fiel a Mí Palabra, ¿Por qué vosotros Me pagáis así? Vuestro Mundo actual está peor que Sodoma y Gomorra, ¿estáis esperando la misma suerte que ellos o váis a reaccionar favorablemente como lo hizo Nínive?

Aunque vosotros Me déis la espalda con vuestros pecados, Yo estaré amorosamente esperando vuestra conversión. Aunque Me volvierais a crucificar en la Persona de Mí Hijo, volvería a derramar Mí Sangre hasta la última gota para vuestra salvación, aunque Me negarais hasta 3 veces como lo hizo Mí Pedro, esperaría vuestro arrepentimiento como el de él y aceptaría vuestra donación total a Mí Amor, como él Me la dió.

Fidelidad de vuestro Dios hacia Su creatura, siempre existirá. Fidelidad de la creatura para con su Dios, ¿la puedo esperar?

Hijos Míos, de Mí todo tenéis y de Mí todo os podéis preveer, pero vuestra salvación depende libremente de vuestra voluntad. Yo no os puedo forzar, quisiera, porque os amo tanto, pero os respeto. Tan sólo una pequeña palabra de arrepentimiento, tan sólo un pequeño movimiento de vuestras almas al arrepentimiento y ahí estaré Yo inmediatamente a abrazaros, a llevaros conMigo, a no dejaros ya más escapar de Mí Corazón. Sólo una palabrita, sólo una mirada de reojo en arrepentimiento hacía Mí, deseo. DádMe, aunque sea, una pequeña grieta y os llenaré de Mí Ser y os volveré hombres y mujeres nuevos en Mí Creación de Amor.

¡PermitídMe sólo una pequeña moción sincera de vuestro corazón y Yo haré el resto!

Hijos Míos de Mí Ser, os amo y bendigo con la esperanza de vuestro fiel retorno, en Mí Nombre, en el de Mí Hijo y en el del Espíritu Santo, profecía de Amor.