Abr 23_01 La responsabilidad del poder que Dios concede a los hombres.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Y Pilato Me dijo: ¿No sabes que yo tengo el poder para dejarte en libertad?, a lo que Yo le contesté: ¡Tú no tendrías ese poder si no se te hubiera dado de lo alto!

Sí, Mis pequeños, todos los poderes ó dones que se os conceden vienen de Mi Padre. “Nadie se puede vanagloriar de que trabajó mucho para conseguirlo”. Si Mi Padre no se los quiere dar a alguien, por muchos deseos que tenga, no se los da.
Los dones son muchos, los poderes divinos y terrenos, también y todos dados para ayudaros los unos a los otros a crecer en las bondades del Amor.

Todo don ó poder debe ir respaldado por el amor. Don ó poder que no se utiliza respaldado por el amor, pronto cae en la soberbia y se envicia y así habréis oído ó conocido de reyes, jefes de pueblos, guías espirituales ó aún de Mis mismos consagrados, que tomaron para provecho propio los dones o poderes que Mi Padre les había otorgado, causando, en muchos casos guerras, muertes, desastres, personales o en pueblos enteros.

Ya os había indicado que todo jefe de nación, de pueblo, de trabajo, familia, etc. tienen como finalidad la de servir al ó a los que estén bajo su mando. El don de mando adquirido por el Poder de Mi Padre, se le dá al alma que lleva como misión ésa finalidad, pero pronto se les olvida que éste es para ayudar a crecer, en todos sentidos, a los que  están abajo de ellos. Esta es una obligación moral, social y DIVINA.
Satanás siempre, está presto para destruir Mi Obra y, así como Yo tengo Mis instrumentos, el toma los suyos, los cuales son hermanos vuestros e hijos de Mi Padre.

Cuando un jefe ó guía se mantiene en la oración mientras cumple con su misión terrena, es Mi Santo Espíritu el que lo guía y así crecen todos, y los que están bajo él. Con ello, el don de mando se vuelve una virtud pero, cuando el poseedor del don se aparta de la oración y de la guía humilde y necesaria de Mi Santo Espíritu, éste cae en el vicio y en su actuar pone en peligro a una gran cantidad de almas. Este tipo de almas, fácilmente se dejan comprar por los bienes del mundo y empiezan a buscar su bien personal a costa del bienestar general de los que gobierna, protege ó guía.

Cuando un alma no está “conectada” a su Creador, por medio de la Luz que sólo os puede dar Mi Santo Espíritu, puede trabajar para el mal ó también desviarse a buscar sólo los bienes efímeros y destructivos del mundo.

Hijitos Míos, mucha responsabilidad tienen todos los que Mi Padre ha puesto como jefes ó guías, a quienes no debéis dejar solos, ya que el mal tratará de hacerlos caer en sus redes, para detrimento de todos vosotros, pero si os mantenéis en la oración, ésas cabezas responderán de acuerdo a lo que Mi Padre quiere y así todos vosotros gozaréis de los bienes que Mi Padre os manda a través de ellos.

Una nación, un pueblo, una familia, no pueden crecer si la virtud y el Amor no están dándoles sombra y sustento. Los que están bajo el mando de los que Mi Padre puso para llevar a cabo ésa misión, deben exigir que se cumpla lo que Mi Padre quiere que se de a través de ellos. Al estar ellos arriba de vosotros, la actitud que deberán tomar será la paternalista, buscando sólo el bien de “su familia”, Mi pueblo, Mis hijos y si no lo está llevando a cabo, hay que llamarles la atención y orar mucho por ellos.

Todos vosotros debéis exigir que el bienestar general se os dé, pero todos, también, deberéis trabajar para lograrlo. Así como en el cuerpo no existe célula que no trabaje para el bienestar de todo el organismo, así también cada uno de vosotros, células de Mi Cuerpo Místico, debéis mantenerlo sano en todos sentidos.

Los ataques del mal son muchos y variados, pero Mi Gracia y Mi Ayuda lo son más y Me lo debéis pedir. Yo pongo a las cabezas, pero vosotros las debéis cuidar, para su bien y para vuestro bien.

Nada se dá por casualidad ni nadie tiene el lugar que le tocó en la Tierra, por casualidad, pero el que hagáis bien vuestro trabajo ó no, dependerá de las virtudes que hayáis cultivado y de los deseos que tengáis de servir, lo mejor posible, a Mi Padre en la misión que os encomendó a cada uno de vosotros, siempre con la finalidad de ayudarMe en la redención del género humano.

Vosotros, Jefes y guías, deberéis ver por los bienes de vuestros hermanos. Vuestra responsabilidad es mucha, los dones que os he otorgado, también son muchos y así como se os ha dado mucho, también se os pedirá mucho.

Cuando hablo de cuidar a vuestros hermanos, no sólo Me refiero a lo material, sino también a lo espiritual. Si permitís corrupción, pornografía, pecado y muerte espiritual porque os vendisteis al mal, grande va a ser vuestro castigo eterno. Os convertís en instrumentos del mal al permitir que su veneno se disemine, ¿o, acaso no os dais cuenta que por vuestra negligente permisividad muchas almas se pierden ó tienen que pasar mucho tiempo en el lugar de purificación? Si no estáis con las cosas de Mi Padre, estáis contra El, Nos afectáis y afectáis a vuestros hermanos.

Por el contrario, si buscáis el bienestar general y escogéis el “alimento” que deben tomar las almas de vuestros hermanos, entonces estaréis promoviendo Mi Reino I sobre la Tierra y vuestro premio será grande en el Reino de los Cielos.

Yo os bendigo en Nombre de Mi Padre, en Mi Nombre y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.