Oct 21_00 Estáis en los Albores de un Nuevo Mundo…

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, estáis en los albores de un Nuevo Mundo, de una Nueva Tierra, de un Nuevo Pueblo, el Pueblo de Dios.
Ciertamente habrá cambios y muchos de ellos drásticos, pero luego sobrevendrá en todos vosotros una gran paz y un gran amor que unirá a todos los hombres en un solo espíritu.


Ya en la historia de la Humanidad os he dado ejemplo de éstos cambios, pero al final de ellos, el regalo para los que Me han sido fieles, ha sido bellísimo, porque Yo sólo puedo dar cosas grandes, cosas bellas, cosas santas.

Así pasó con el Diluvio Universal, fue un cambio drástico, pero el nuevo renacer fue bellísimo. Así también sucedió con Moisés al sacar a Mi Pueblo de Egipto, el cambio fue drástico, pero la Nueva Tierra Prometida fue muy bella y así sucederá ahora para los que Me habéis sido fieles, pasaréis algunas penurias, pero el premio será grandioso.
Cuando os mudáis de casa, ¿acaso no sufrís un poco, al tirar cosas viejas ó inservibles, pero que os traen muchos recuerdos? o, ¿no os cansáis mucho por cargar vuestra ropa, muebles, utensilios? o ¿no sufrís un poquito por las cositas que se os rompen ó pierden, pero que al final se reponen por nuevas?

Todo esto y más sufrís con los cambios de casa, pero una idea os hace soportar todo ello, que seréis más felices en la nueva casa, porque os gusta más la zona, ó porque tiene un jardín muy hermoso, ó porque tendréis una vista bella en los amaneceres y en los atardeceres, etc., la idea de que tendréis cosas bellas al final, ya cuando todo esté en su lugar, es lo que os dá la fuerza y el coraje para soportar los cansancios y las penurias del cambio.

Ahora Yo os pido lo mismo. Manteneos alegres, contentos, felices, muy felices, porque vuestro Padre Celestial os ha preparado un Nuevo Mundo, una Nueva Vida, un Nuevo Hogar, como el hombre no ha tenido, ni tendrá, desde que el hombre fue creado sobre la Tierra. Va a ser una Tierra de ensueño, donde la paz y el amor fraternal disiparán toda la tristeza pasada, disipará temores y dudas y se os dará una nueva oportunidad de servirMe, como el alma debe servir y amar a su Señor, a su Dios de Amor.

Será una Tierra en donde viviréis como verdaderos hermanos, buscando el bienestar total entre vosotros, ayudándoos mutuamente y sin egoísmos ni mentiras, en donde las almas darán su máximo para hacer que los habitantes del Nuevo Reino sobre la Tierra, alaben y bendigan Mi Santo Nombre por las tantas bondades con las que os he provisto.

Conoceréis multitud de cosas que hasta ahora os son desconocidas, porque el pecado y las distracciones, a las que él os llevaba, os cubrían los ojos de la mente y del corazón con un velo de maldad y no os permitía crecer, ni intelectualmente ni espiritualmente. Conoceréis miles de cosas más, pero, sobre todo, Me conoceréis más a Mí, a vuestro Padre, a Mis Bondades y a Mi Amor por cada uno de vosotros y ello os llevará a amarMe más y a agradecerMe lo que tanto he hecho por vosotros desde el Principio de los Tiempos y que no supisteis apreciar, por haber vivido sujetos al mentiroso, al que todo afectó, el cuál quedará encadenado por un tiempo largo y no podrá haceros nada en éste tiempo de Amor.

Hijitos Míos, Yo Soy vuestro Padre, el Creador de todas las cosas, las que véis y las que no véis. Yo Soy el Principio y el Fin y todo lo que de Mí brota, está sellado con Mi Amor. AgradecedMe, ya desde ahora, todos los regalos, todas las bondades, todas las maravillas con las que vaya regalar a los que habitarán éstas Nuevas Tierras, porque supieron agradar a su Dios, se mantuvieron fieles a Sus Leyes de Amor, a pesar de vivir en un Mundo adverso a El.

Los regalos de Mi Corazón son inmensos, como Omnipotente Soy Yo, Vivid confiados y seguros en que durante el cambio, a pesar de las penurias, Yo estaré ahí, junto a cada uno de vosotros, los que abristeis vuestro corazón y me aceptasteis, Me vivisteis y disteis fruto abundante.

Las Nuevas Tierras serán para los que han triunfado y se han mantenido fieles, confiados en Mis Palabras y seguros, por la Fé que supisteis alimentar en vuestro corazón.

Mi Corazón se alegra grandemente al pensar que pronto estaré junto a Mi Nuevo Pueblo, con el cuál Me podré comunicar libremente, sin que haya temores ni dudas, como un padre platica con sus hijos. Serán momentos bellísimos en donde Yo seré vuestro Padre y vosotros seréis Mis hijos y una nueva familia celestial y a la vez terrena, formaremos.

Que la alegría invada a todo vuestro ser. Que Mi Amor os dé la fuerza para soportar el cambio y la Fé os haga manteneros de pié, seguros de que vuestro Padre nunca os va a fallar, sabiendo que lo que promete lo cumple y lo cumple más allá de vuestras expectativas.


Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Espíritu Santo, Amor que nos une al Padre y al Hijo y que ahora os unirá a Nosotros.