Jul 29_00 La serpiente infernal se ha introducido en Mi Iglesia.

Mensaje.

 

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: La serpiente infernal se ha introducido en Mi Iglesia y ahora su ataque se volverá más fuerte.
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Jesús, Dios Encarnado que he venido a llevar a cabo la Obra de la Redención. Enseñándoos el Pensamiento de Nuestro Padre Dios y viviendo en su Voluntad.

Mi Padre, vuestro Padre, dio al pueblo judío Sus Leyes y Decretos y así el pueblo escogido podía vivir más dé acuerdo a la “mentalidad divina de su Dios”, que al seguir éstas regIas, podían vivir como verdaderos hijos de su Dios, viviendo en el Amor y compartiéndolo no sólo entre ellos, sino siendo ejemplo de Él ante todos los pueblos con los que tenían contacto.

Os he explicado que el Amor verdadero es la vida, que debe dar vida a vuestra alma y que los preceptos que Mi Padre os dio en el Sinaí, son los preceptos de todo un Dios que desea que cumplan todos aquellos de deseen pertenecer a Nuestra Familia Real.

El mal se introdujo en el Mundo, por el Pecado de Adán y Eva y con él entró la muerte y todos los pecados que afectan a la vida en la gracia del alma.

Mi enemigo, al que vine a poner en evidencia ante todos vosotros y al que ataqué y vencí con el Amor Verdadero, siempre ha querido destruir la Obra de Mi Padre y para ello, en las diferentes épocas de la humanidad, ha ideado la forma de destruiros, primeramente en la Fe y en la confianza en vuestro Dios y posteriormente, a la Naturaleza entera, causando desastres “naturales”, epidemias, etc., por lo que os quiero, nuevamente, prevenir de sus ataques, tanto para vuestra alma, como para vuestro cuerpo.

Yo vine a ponerlo en evidencia y lo ataqué venciéndolo y los que vivieron en Mi época en la Tierra, claramente vieron el resultado de Mi Presencia y de Mis Ordenes al obligarle a dejar libres a las almas por él atacadas. El mal nunca va a dejar de atacar a la Obra de Mi Padre, tanto a las almas como todo lo creado, hasta el Juicio Final. Pero tenéis Mi Fuerza y Mi Poder para vencerlo fácilmente, siempre y cuando viváis según los Mandamientos que Mi Padre os dió.

La vida del ser humano se desenvuelve un “campo de batalla”, que es la Tierra, y todos vosotros estáis expuestos a su ataque. Esto, Os lo dije claramente cuando os expresé que el demonio es el príncipe de este Mundo. El trata de mantener el odio, la perversión, el ataque la Obra de Nuestro Padre  y la muerte de las almas al llevarlas al pecado  mortal.

El sabe que cada alma que baja a la Tierra trae consigo un grandísimo deseo de derramar amor entre las almas que ya viven en ella para vencerlo y de ahí que sus ataques se vuelvan más fuertes contra aquellas almas fervorosas, buenas y santas, puesto que son un peligro para destruir su reino. Mientras más busquéis la Verdad y el Amor que os vine a predicar, más ataques tendréis del maligno. Este ataque puede ser espiritual cuando os lo da directamente a vuestra mente y a vuestro corazón, o a través de personas, a veces muy allegadas a vosotros y que al no vivir una vida de piedad y de orden espiritual, se vuelven instrumentos del mal y así podréis tener ataques de vuestros padres, hermanos, amigos ó aún de “ministros” de Mi propia Iglesia. De aquí que hoy os quiero prevenir, de los ataques que, supuestos ministros de Mi Iglesia, provocan en las almas de los fieles.

Para que os deis perfecta cuanta de sus ataques, primeramente deberéis vivir en estado de gracia, ésto es, sin pecados mortales en vuestra alma. Luego, deberéis vivir de acuerdo a Mis Enseñanzas, para que con ellas, en vuestro corazón, podáis comparar aquellas que ellos prediquen. Además, debéis pedir a Mi Santo Espíritu el Don del Discernimiento para que con su ayuda podáis daros cuenta en donde las trampas del maligno se encuentran, porque su sutileza es tan aguda que a veces os hace ver cosas malas como buenas. Por último, también deberéis pedir a Mi Santo Espíritu el Don de Humildad y del Amor para que sean vuestro escudo contra la soberbia, arma preferida por el demonio y aquella que normalmente vence a las almas.

La pauta para conocer si un ministro pertenece a Mi Iglesia y es un verdadero hijo Mío, os la dará su vida, la cual irá en concordancia con los Mandamientos de Mi Padre y con el ejemplo vivo de Mis Enseñanzas, que Yo os dí en la Tierra.

Todo aquél que no lleve a cabo “al pié de la letra” lo que del Cielo se os dio, no merece ser Mi Ministro, Mi otro Yo, quien debe ser ejemplo para todos vosotros.   

Todos aquellos que causan mal físico o espiritual en los fieles, NO son ministros Míos, son instrumentos del mal para orear confusión y así apartaros de Mi Verdadera Iglesia. Todo aquél que predique falsas doctrinas o nuevas ideologías argumentando estar basados en Mi Ley; si no siguen Mis Preceptos NO son cabeza de Mi Iglesia, son error para ella, porque su predicación la basan en la soberbia, en las conveniencias humanas y materiales, antes que ver por Mis Intereses Divinos.

Mi predicación la basé para la salvación de las ALMAS, no de los cuerpos. Yo vine a traer vida a las almas que deambulan por este Mundo sin pastor. Les traje la LUZ para iluminar su camino. Les vine a enseñar a VIVIR la vida que se vive en el Cielo, vida de Amor entre todas las almas. Todo aquél que aparte a Mis fieles de Mis Decretos y Enseñanzas, no es digno de llamarse ministro de Mi Iglesia.
 
Os vengo, nuevamente, a prevenir que la serpiente infernal se ha introducido, desde hace mucho tiempo, en Mi Iglesia y ahora su ataque se volverá más fuerte.

Aún dentro del mismo Vaticano, el mal vive atacando a su verdadera cabeza, la santa cabeza de Mi Iglesia en la persona de Mi amado hijo Juan Pablo II. El vive una eterna agonía soportando la cruz del Sufrimiento, siendo, atacado por supuestos obispos y cardenales, por “teólogos” desviados de las verdades del Amor, por fieles corruptos que solo desean vivir en la inmundicia del pecado, pidiéndole que acepte leyes que destruyan la vida, aún desde sus inicios dentro del vientre materno y otras abominaciones que se vivieron en los pueblos destruidos por la gravedad de sus pecados, Sodoma y Gomorra.

Sí hijitos Míos, os quiero prevenir, de los ataques de éstos supuestos ministros Míos introducidos en Mi Santuario, que con su mal ejemplo y sus desviaciones morales y espirituales, os hacen creer que son verdaderos guías Míos y lo único que desea el maligno a través de ellos, es causar escándalo para que vosotros os retiréis de Mi Iglesia al ver su mal ejemplo. Desgraciadamente a vosotros os gusta generalizar en todo y así habláis en plural, incluyendo a buenos y a malos ministros Míos, que salen afectados por vuestra crítica al hablar de un ministro y con vuestra crítica mal fundada afectáis el honor de buenos sacerdotes y provocáis la disidencia en los fieles.

Por otro lado, cuando os encontráis con verdaderos Ministros Míos, como vuestra conveniencia humana ya se acostumbró a malas enseñanzas y a un mal ejemplo de otros malos ministros, ya no aceptáis sus palabras ni su ejemplo porque se os hace difícil hacer las cosas bien y hasta los atacáis creyéndolos obsoletos ó anticuados. Ahora, en una gran mayoría de vosotros, aceptáis más a los malos ministros “modernistas que sí os entienden”, porque os aceptan el aborto, anticonceptivos y a hasta les permiten a “parejas” divorciadas vueltas a unir y en flagrante adulterio les permiten recibir Mi Cuerpo Eucarístico. O a aquellos ministros que alegran vuestros oídos, al escucharles sus abominables sermones anunciándoles un Jesús guerrillero; un Jesús que vino, primero a alimentar cuerpos, señalándoos las injusticias sociales y después de llenarles el estómago ya se les puede dar el alimento del alma, ó a un Jesús que ya no es tan “severo” y que ya acepta teologías extrañas al gusto de la gente.

¡NO, Hijitos Míos!, el mal se ha introducido a Mi Iglesia y si queréis que ella permanezca como debe ser, pura, santa y verdadera, vosotros deberéis luchar por mantener Mis Leyes, Mis Decretos y Mis Enseñanzas en base en la oración, en la búsqueda de la verdad en la Sagrada Biblia y apartándose de las malas influencias de los malos ministros. Vuestra vida eterna y la de los vuestros dependen de ello.

Este es el tiempo de la lucha entre la Mujer, Mi Madre Santísima, y la serpiente infernal, Mi Madre está reuniendo a Mi rebaño, a Mi verdadero rebaño, que está defendiendo Mi Vida y Mis Enseñanzas aún a costa de su propia vida. Vosotros, Mis hijitos, ¿de qué lado estáis ahora? ¿De las conveniencias humanas y del deterioro moral y espiritual, o del lado del Amor y de la Verdad de vuestro Dios? “O estáis Conmigo ó estáis contra Mí”, no hay más.

Amáis más a un ser querido cuando lo conocéis mejor y esto se dá cuando lo procuráis ‘seguido’ y así conocéis sus palabras, sus reacciones, observáis su ejemplo de vida ante los demás. Lo mismo sucede Conmigo, para que no os puedan desviar con falsas enseñanzas, debéis conocerMe mejor a través de las Sagradas Escrituras, a través de libros de santos, en donde ellos, al querer parecerse a Mí, su Dios y Guía perfecto, alcanzaron una vida santa y ejemplar, etc. BuscadMe y Me encontraréis y aprenderéis a amarMe, a respetarMe, a defenderMe de los malos ministros y de los malos fieles de Mi Iglesia.

La purificación del Mundo y de Mi Iglesia ya se está dando. No perdáis más el tiempo hijitos Míos. Vuestra vida eterna depende de vuestro cambio inmediato de vida y no sólo para proteger vuestra alma, sino la de muchísimos de vuestros hermanos en todo el Mundo, que han caído en las garras del demonio, con sus mentiras y su mal ejemplo, transmitidos por falsos guías de Mi Iglesia.

Os vuelvo a repetir, conocédMe mejor, para que podáis ser protegidos por la Verdad y podáis hacerle frente a la mentira, a pesar de que “os convenga”. Esta conveniencia al mal y las malas enseñanzas, sólo os llevarán a la muerte eterna, pero recordad que Yo os he venido a salvar con la Verdad y con el Amor.

Yo os bendigo, en el Santísimo Nombre de Mi Padre, en Mi Santísimo Nombre, Redentor vuestro y en el Santísimo Nombre del Dios Amor. Luz y Verdad del Mundo.