Mayo 02_08(vesp.) Que vuestros pequeñitos se den cuenta de la necesidad de su oración.

Rosario Vespertino.

Temas:

  • Un alma orante es muy necesaria entre vosotros, Mis pequeños, porque está viendo por vuestras necesidades.
  • Atended Mi llamado, Mis pequeños, os lo pido de corazón, os he dicho que ya son pocas las almas orantes alrededor del mundo.
  • Ved a vuestro alrededor llevándose a cabo ya las profecías dadas desde antiguo.
  • Que vuestros pequeñitos se den cuenta de la necesidad de su oración y que la hagan de todo corazón, para que llegue a Mí.
  • No despreciéis pues, lo que venga a vuestra vida, unidla a la de Mi Hijo, unidla a Sus intenciones y así salvaréis muchas almas.
  • Mensajes de Dios Padre, a J.V.

    Primer Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Un alma orante es muy necesaria entre vosotros, Mis pequeños, porque está viendo por vuestras necesidades.

    Hijitos Míos, os pido que os mantengáis duros en oración, que os mantengáis Conmigo, porque de ésta forma, vuestro corazón se vuelve sensible. Vuestro corazón tiene sentimientos bellos, vuestro corazón está junto al Mío, cuando estáis fuera de Mí, de Mis Leyes, de lo que os pido, pero sobre todo, de Mi Amor, vuestro corazón, parece que tuviera una coraza de piedra, no sentís la sensibilidad que Yo siento por vosotros, no sentís la sensibilidad del amor hacia vuestros semejantes, os volvéis duros, duros de carácter, duros de corazón, duros hacia vuestros hermanos.

    Os pido esto, Mis pequeños, porque al ser sensibles de corazón, al ser sensibles en el amor, al ser sensibles a los problemas de vuestros hermanos, es cuando os volvéis otro Cristo. Otro Cristo, es ser un alma orante, un alma que está viendo por las necesidades de sus hermanos, es un alma que continuamente está intercediendo por las necesidades de la humanidad ó de aquellos que se acercan a pedir oración. Un alma orante es muy necesaria entre vosotros, Mis pequeños, porque está viendo por vuestras necesidades, es más, las almas orantes, las almas sensibles, están orando tan continuamente, que vosotros recibís Mis Bendiciones, sin siquiera pedirlas vosotros mismos. Estas almas, en su sensibilidad, se dan cuenta de vuestras necesidades y vosotros recibís gratuitamente, sin haber siquiera vosotros pedido por vuestra necesidad.

    Estas almas orantes, que son otros Cristos entre vosotros, son necesarias para atraer la paz al mundo, para atraer Mis Bendiciones, para atraer Mi Vida sobre la Tierra, para preparar Mi Triunfo entre todos vosotros, triunfo que se tiene que dar, ciertamente, no con la intervención de muchos de vosotros porque, estáis tan distraídos en el mundo, que ni siquiera oráis o porque no os queréis dar cuenta de la problemática mundial, ya sea espiritual ó material. Vosotros estáis en lo vuestro, distraídos y éstas almas tienen que tomar vuestro lugar tienen que orar por ellas mismas y por tantas, tantas almas distraídas.

    Agradeced, pues, a éstas almas orantes y, a vosotros, Mis pequeños, os pido que sigáis en ésta tarea tan bella, tan grande porque, el ser otro Cristo sobre la Tierra, es gratificante para las almas y sobre todo, para Mí, vuestro Dios, es donde veo el Amor, el Amor de Mi Hijo trabajando todavía sobre la Tierra.
    Gracias, Mis pequeños.

    Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Atended Mi llamado, Mis pequeños, os lo pido de corazón, os he dicho que ya son pocas las almas orantes alrededor del mundo.


    Hijitos Míos, os he dicho ya antes, que el dolor es purificación.

    Mis pequeños, ved todo el dolor que tuvo que tomar Mi Hijo por todos vosotros, no fue el dolor de un solo día, fue el dolor de toda una vida. Desde Su Nacimiento fueron dolores constantes, dolores morales, dolores físicos, aún espirituales, tantas almas en contra de Su Presencia en la Tierra. Ataques de satanás, ataques de la misma Iglesia de Su tiempo, las envidias, la maldad a Su alrededor, tantas cosas, Mis pequeños, que tuvo que padecer Mi Hijo por todos vosotros. Ciertamente, Su final fueron dolores grandísimos y todo esto, Mis pequeños, para la salvación de la humanidad de todos los tiempos.

    Vosotros tenéis vuestros propios dolores, vuestros propios padecimientos, ciertamente, a ratos se os hacen insoportables, como también los tuvo Mi Hijo, pero es el ofrecimiento con vuestro amor, Mis pequeños, lo que Yo deseo que se dé en vuestro corazón. Así como Él aceptó Su Misión, así como Él, en ningún momento rechazó lo que Le pedía Yo, así quiero, Mis pequeños, que os comportéis. Ser otro Cristo, ciertamente es, difícil, pero eso lleva una preparación y que vosotros mismos ya la habéis tenido, la habéis llevado a lo largo de vuestra vida, os he preparado para ser otros Cristos. Vuestro ofrecimiento, con amor, Mis pequeños, dará un fruto inmenso en éstos tiempos y ése fruto inmenso en salvación, se volcará sobre cada uno de vosotros también en fruto inmenso de Bendiciones y regalos por toda la eternidad. Es Mi Promesa, Promesa de todo un Dios que se ha de cumplir. Os conozco perfectamente, conozco vuestro dolor, conozco vuestra donación, conozco vuestra historia, seguidMe dando, Mis pequeños y seguidMe pidiendo a Mí, lo que necesitéis, porque como almas preparadas que sois, tenéis ésta tarea grande para llevar a cabo, para la salvación de tantas almas que están tan alejadas de Mí y de las cuales Yo necesito, con vuestro amor, con vuestra donación, en vuestro libre albedrío, que os donéis por ellas. Almas tan difíciles de salvar, como muchas almas que no se podían salvar antiguamente y fue gracias a lo donación de Mi Hijo que se pudieron salvar. Vosotros ahora estáis en ésa misma posición, salvando almas, almas en todo nivel de pecado y de culpa. Atended Mi llamado, Mis pequeños, os lo pido de corazón, os he dicho que ya son pocas las almas orantes alrededor del mundo y os tengo que pedir un poco más, pero así como os pida más, también recibiréis más que la gran mayoría de vuestros hermanos, porque aquél al que se le da mucho, se le pide mucho y si responde con amor, también se le dará inmensamente.

    Yo sé pagar, Mis pequeños y lo veréis cuando regreséis a Mí, mientras tanto, tened la Fe y la confianza en Mí, vuestro Dios, en lo que Yo os pida, en lo que Yo os dé, en lo que Yo pueda, en un momento dado, si se pudiera decir así, exigir a vuestra benevolencia, con vuestra donación, por la salvación de vuestros hermanos. ¡Hay almas tan difíciles de salvar!, y por ellas hay que orar más fuerte y donarse más fuertemente. Os quiero a todos, a todos, Mis pequeños, de regreso. DejadMe que Yo trabaje en vuestra alma libremente y os pueda utilizar para la salvación de vuestros hermanos, así como utilicé a Mi Hijo para vuestra propia salvación. DejadMe obrar libremente en vosotros, cuento con vosotros, cuento con vuestro libre albedrío, pero sobre todo, cuento con vuestro amor.
    Gracias, Mis pequeños.

    Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Ved a vuestro alrededor llevándose a cabo ya las profecías dadas desde antiguo.

    Hijitos Míos, si mucho os he pedido el ser como niños a lo largo de tanto tiempo, es ahora cuando deberéis poner en práctica ésta acción. Con vuestra donación y con total aceptación hacia Mí, vuestro Dios, deberéis aceptar, como algo venido por Mí, para vuestro bien, todo lo que está sucediendo a vuestro alrededor. Debe ser una confianza plena en Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, sabiendo que lo que está sucediendo, vosotros mismos no lo podéis ya controlar, salvo por vuestra donación, como niños.

    Ved a vuestro alrededor llevándose a cabo ya las profecías dadas desde antiguo. Estáis viviendo rodeados de maldad, de tinieblas y todo esto ha atraído el mal hacia vosotros. No habéis cuidado vuestro entorno, no habéis cuidado éste mundo que se os dio, para que con sus frutos, os resolviera los problemas de alimentación para vuestro cuerpo. Atacasteis a la naturaleza, no creísteis que se os fuera a acabar el alimento, creísteis que todo iba a seguir normal, muy a pesar de cómo estabais afectando vuestro ambiente. Tantas formas en que os dije que se podría venir lo que ya estáis padeciendo y no quisisteis entender. Todavía vuestra donación y vuestra oración pueden lograr que se aminoren éstos actos de purificación hacia vosotros y la recuperación de lo perdido en la naturaleza. Os vuelvo a recordar, Mis pequeños, que Mi Poder es infinito y si Yo realmente veo un acto de contrición en vuestro corazón, Yo puedo cambiar los acontecimientos y aminorar o aún cancelar muchas de las pruebas que tenéis que padecer.

    Mis pequeños, un acto de contrición es el arrepentimiento de corazón de todos vuestros errores pasados, de todo aquello que se os confió y que vosotros no quisisteis tomar como adultos, como maduros en la Fe, como maduros espiritualmente, como maduros humanamente hablando. Cuando vosotros, de corazón, aceptáis vuestro error, pero sobre todo, también de corazón queréis enmendar vuestros errores y empezáis a hacerlo reparando todo el daño que cometisteis, es cuando todo podrá cambiar. No aquél tipo de arrepentimiento en el cual solamente es de palabra, decís que os arrepentís, pero no hay cambio ó el cambio es muy breve, de unas cuantas horas, de pocos días nada más. ¡No, Mis pequeños!, con todo esto que se os está viniendo y que habéis afectado vuestra alma, vuestro corazón, vuestro entorno, vuestro arrepentimiento, debe ser profundo y largo. Si vosotros no pensáis de ésta forma, los acontecimientos de purificación que se os vendrán, os harán cambiar de manera de pensar, sufriréis lo que debierais evitar con ése arrepentimiento de corazón, padeceréis por bastante tiempo, con dolor, con llanto, lo que ahora todavía podéis suprimir con un verdadero arrepentimiento de corazón y en vuestros actos.

    Meditad bien esto, Mis pequeños, porque todavía podéis hacer mucho por vuestro mundo, evitar mucho dolor que se ha de venir por vuestros malos actos, por vuestra despreocupación del vivir bajo Mis Leyes y bajo Mi Amor. Todavía os queda un tiempo pequeño, aprovechadlo, os lo estoy advirtiendo, Soy vuestro Padre y vuestro Dios, Yo no os castigo, Mis pequeños, el castigo viene solo, porque vosotros mismos no cuidasteis lo que se os dio para cuidar, dejasteis las puertas abiertas para que satanás os atacara libremente, no os protegisteis con la oración, con una buena vida espiritual, con una buena vida en Mí, vuestro Dios. Al no estar Conmigo, estuvisteis con él y él os está traicionando ahora, satanás no respeta, no respeta aún los mismos tratos que hace con el ser humano, os promete y os traiciona.

    Ahora padeceréis vuestro error, pero acordaos que Yo estoy con vosotros y os puedo ayudar, os repito, solamente en base a vuestro arrepentimiento profundo y de corazón.
    Gracias, Mis pequeños.

    Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Que vuestros pequeñitos se den cuenta de la necesidad de su oración y que la hagan de todo corazón, para que llegue a Mí.

    Hijitos Míos, a vosotros, como adultos, os he pedido ser como niños, pero ahora os pido, que vosotros, como adultos, enseñéis a vuestros hijos pequeñitos a orar, os lo he pedido siempre, vosotros no os imagináis la fuerza de oración que tienen éstas almitas pequeñitas, éstas almitas que todavía están Conmigo, que Me ven, que confían en Mí plenamente, almitas sencillas, inocentes, que su oración llega directamente a Mi Corazón, porque viven en el Amor pleno, limpio, santo. Cuando os he dicho a vosotros, como adultos que seáis como niños, es esto, que cultivéis estas cualidades de los niños pequeñitos.

    Pero a lo que voy, principalmente, en éste Mensaje, es que dejéis que vuestros pequeñitos se den cuenta de la necesidad de su oración y que la hagan de todo corazón, para que llegue a Mí. El Espíritu Santo, que habita en ellos, les mueve ya desde ésa tierna edad en oración e interceden, pero interceden con mucho amor, con sencillez, con sus palabritas de pequeñitos, balbuceando, se podría decir, pero ésta oración tiene un poder muy grande de conversión y salvación. Por eso es tan necesaria la oración de los pequeñitos y es tan poderosa, porque vosotros, como padres, que tomasteis la responsabilidad de enseñar a vuestros pequeñitos a amarMe, a respetarMe, a respetar Mis Leyes, que serán también las de ellos, su oración, que siempre va a estar unida a vuestra oración, se vuelve poderosa. Sí, Mis pequeños, no despreciéis la oración que hacen vuestros pequeñitos y si es junto con la vuestra, como padres, que asumisteis vuestra responsabilidad con amor y con empeño, podéis así, en familia, hacer muchísimo por vuestros hermanos, por las almas de todos los tiempos, aún por los problemas graves que se puedan estar dando alrededor del mundo. Vosotros, creedlo, Mis pequeños, de corazón, vosotros, podéis resolver muchísimos de éstos problemas mundiales que ya estáis viviendo. Manteneos con ellos en la oración, aunque después ya sean mayores, vosotros como padres, apoyándoles, ellos como hijos ya asumiendo su responsabilidad. Manteneos así unidos en familia, manteneos como antenas de salvación para muchos de vuestros hermanos y muchas familias en las que ni siquiera se nombra Mi Santo Nombre. Ayudadles con vuestra oración y con vuestro amor en su salvación eterna.
    Gracias, Mis pequeños.

    Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: No despreciéis pues, lo que venga a vuestra vida, unidla a la de Mi Hijo, unidla a Sus intenciones y así salvaréis muchas almas.

    Hijitos Míos, no os imagináis todo lo que Yo, vuestro Dios, puedo hacer a través de vosotros. Cuando os volvéis verdaderos instrumentos de Mi Amor, Mis Potencias pasan a través de vosotros para el bien de vuestros hermanos, para el bien del mundo entero, para el bien de todas las naciones.

    Cuando es vuestra donación sincera, humilde, cuando es vuestra donación unida a la de Mi Hijo, Yo puedo trabajar perfectamente a través de las almas y Mi Poder se muestra a través de vosotros. Ciertamente, el alma humilde, nunca va a aceptar que es ella la que está produciendo los prodigios de Mi Amor, siempre aceptará que Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad estoy actuando a través de vosotros y vosotros permaneciendo siempre sencillos, sumisos, humildes, pero también alegres de que Yo os esté tomando para el bien de vuestros hermanos, para el bien de la salvación de todos vosotros, para el bien de las almas necias y tontas que no quieren saber de Mí y con esto se están ganando, casi con seguridad su salvación eterna. El “casi” os lo acentúo, Mis pequeños, porque vosotros podéis mejorar ése “casi” con vuestra oración.

    La oración, Mis pequeños, es tan importante, os repito y os repito esto, Mis pequeños, porque al ser instrumentos Míos y al ser instrumentos orantes, podéis hacer tanto por vuestros hermanos. Corazones cerrados, corazones de piedra, corazones necios, corazones satanizados pueden cambiar con el poder de la oración. Ciertamente, la oración puede estar acompañada de dolor, sí, por vuestra donación en el sacrificio, en el ayuno, en la penitencia, en la aceptación de los dolores o de los padecimientos o enfermedades que se den en vuestra persona. Todo esto, Mis pequeños, no se da por casualidad, se os da para que vuestros hermanos se puedan salvar.

    El dolor, la muerte, las enfermedades, todo esto viene al mundo por un error humano, pero, vosotros mismos, tomando ése error y ofreciéndoMelo en amor, con vuestra aceptación, ése error, se vuelve instrumento de salvación y eso es lo que os vino a enseñar Mi Hijo. Os vino a enseñar que la muerte, el dolor, la enfermedad, ya no eran padecimientos que se quedaban así, como maldad para el hombre, sino que os enseñó que Él podía vencerlos, que Él podía eliminarlos, que Él los podía utilizar para el bien de vuestros hermanos, ya fuera aquí, en el mundo temporal o en el mundo eterno. No despreciéis pues, lo que venga a vuestra vida, unidla a la de Mi Hijo, unidla a Sus intenciones y así salvaréis muchas almas y os salvaréis a vosotros mismos.
    Gracias, Mis pequeños.