Nov 01_07(vesp) En la antigüedad, no tuvieron la guía Divina de Mi Hijo y serán juzgados………

Rosario Vespertino.

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Tema Único:

  • Vuestros hermanos, en la antigüedad, no tuvieron la guía Divina de Mi Hijo y serán juzgados en forma diferente a las generaciones actuales

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Vuestros hermanos, en la antigüedad, no tuvieron la guía Divina de Mi Hijo y serán juzgados en forma diferente a las generaciones actuales.

Mi pequeña, te daré instrucción para vuestros hermanos. Después de la caída de Adán y Eva, el mundo fue cubierto por la obscuridad de satanás, las almas en ése momento quedaron fuera de Mi Gracia, le dieron la espalda a Mi Amor, a la Vida Santísima con que Yo había Creado a Adán y a Eva, no fue una hechura común y corriente, ellos no fueron seres como vosotros, fue la perfección de la Creación, vuestros Primeros Padres. Capacidades excelsas tuvieron ellos, santidad altísima, puesto que Yo Me manifestaba en ellos para ellos, por ellos, Me tuvieron y Me negaron, pero en una santidad altísima.

Vosotros no podéis comprender ello, porque estáis afectados por el Pecado Original, pero imaginad al santo más santo que podáis concebir e imaginad que ése santo Me dé la espalda, que no quiera saber nada de Mí, vuestro Dios, entonces podréis imaginar en pequeña cantidad lo que ellos hicieron en Mi contra.

Imaginad la perfección de la Creación puesta en contra Mía, cuando Yo les había dado todo, toda la Sabiduría de todo lo creado, y no solamente de la Tierra sino del Universo entero, lo conocían ellos. Tenían la ciencia infunsa, conocían todo lo que Yo había hecho en los Cielos, en la Tierra, en los Mares, en el Espacio, conocían todo y aún a pesar de ello, Me negaron su amor. Quisieron apartarse de Mí, para escoger a satanás en la tentación que les había puesto.

Escoger a satanás, Mi enemigo, su enemigo, ése fue el gran pecado que, dentro de ésa santidad, prefirieran seguir a las tinieblas y dejaron la Luz. Por eso las tinieblas cubrieron a la Tierra, de ahí en adelante todo quedó afectado bajo el poder de satanás. Empezó a crecer la generación de vuestros Primeros Padres, sus descendientes se desarrollaron, se crearon pueblos, pero había ésa necesidad en el alma de adorar a alguien. Era a Mí a quien debían adorar, al Amor, a lo Bueno, a  lo Santo, aún a pesar de que habían cometido ése pecado gravísimo Yo seguía produciendo alimento para el hombre, vida, lo seguía consintiendo en cierta forma, porque Soy vuestro Padre y vuestro Creador, porque Soy el AMOR y os lo puedo decir en mayúsculas, porque no hay nadie, ningún ser creado que tenga el Amor que tengo Yo, vuestro Padre y vuestro Dios para con vosotros y para con todo lo creado, visible e invisible.

Os digo, las generaciones se fueron dando, querían adorar a alguien pero, como vivían en la obscuridad, satanás se aprovechó del hombre caído, empezaron a dar culto a todo aquello que eran fuerzas grandes de la naturaleza. El sol, la luna, estrellas, fuego, relámpagos, el poderío del mar, animales salvajes poderosos, todo aquello, que era poderoso, para ellos era un dios. Algo quedaba ahí en su alma, necesitaban creer en alguien, un ser poderoso, había algo oculto ahí, ese velo de tiniebla los separaba de Mí, vuestro Dios pero satanás se aprovechaba y así él empezó a introducirse dentro los cultos humanos. Él prometió muchas cosas al hombre, siempre y cuando el hombre le diera al mismo hombre la sangre, el sacrificio, la muerte, la destrucción del hombre. Y así podéis constatar cómo en todas las culturas antiguas, el sacrificio siempre estuvo presente, satanás sabía muy bien el dolor que Me cansaba la destrucción de una creatura a la que tanto amo, al hombre, al que Yo había puesto como el rey de la Creación y así satanás les daba gusto y le concedía al hombre lo que le pedía, con tal de conseguir sangre, sacrificio, adoración del mismo hombre. El hombre, matando a sus hermanos, se volvía a repetir el primer y gran Pecado, Caín y Abel y así ha padecido toda la historia de la humanidad, la muerte fraterna con el ofrecimiento de la sangre a satanás, ha seguido por los siglos de los siglos. Los pueblos antiguos, como os he dicho, tenían ésa adoración, adoración satánica envuelta en ritos, ritos de un pueblo, ritos de otro, invenciones satánicas, con tal de obtener de él favores para atacar al mismo hombre.

Ved, Mis pequeños, cómo satanás os ha llevado a la destrucción de vuestros hermanos, guerras fraticidas, destrucción del hombre contra otro hombre por quitarle sus bienes, de diferente índole, pero siempre destruyendo.

Vengo a dar Luz a la humanidad cuando le doy a Moisés las Tablas de la Ley, Mi Ley para los hombres, Me Manifiesto, para que el pueblo judío fuera el transmisor de ésta Divinidad, Leyes Divinas, para que se comportaran de acuerdo a Mí, vuestro Dios. Si el hombre hubiera tomado éstas Leyes y las hubiera seguido al pié de la letra, todo hubiera sido diferente. El avance del hombre en el Amor, en la fraternidad, en la vida Divina, os hubiera llevado a la cumbre, estaríais todos gozando de Mis Bienes Celestiales, pero ¡no!, el hombre prefiere la concupiscencia, prefiere el satanismo, prefiere la maldad, hace a un lado nuevamente Mis Leyes y Decretos, es más, el mismo Moisés lo padeció, cómo su pueblo, que llevaba un distintivo especial ante todos los pueblos de la Tierra, ese pueblo, Me vuelve a negar.

Tenéis tan arraigado en vuestro corazón la idolatría, la maldad, el satanismo, que volvéis nuevamente a ésos pasos malvados, aniquiladores, destructivos, en lugar de ver todo aquello que os va a dar vida, que os va a llevar a la santidad de vida y a un crecimiento espiritual santo, lo negáis, lo hacéis a un lado, no queréis vivir en la virtud y en el Amor, ¿por qué, Mis pequeños?, ¿por qué se os hace tan difícil vivir en el Bien, luchar por el Bien, imponer el Bien que Yo os pido y que es para vuestro bien, porque cuando vivís en el Bien, recibís de vuelta el Bien. Pero no, preferís el mal, preferís vivir en el fango, en el estiércol, vivir en la destrucción espiritual y moral.

Y así sigue el tiempo, hasta que viene Mi Hijo a la Tierra. El pueblo judío, el pueblo escogido había ya deshecho, afectado, destruido Mis Leyes, los Mandamientos que Yo les había dado. Los dirigentes habían hecho lo que querían con su pueblo, afectaban a otros pueblos, vivían solamente en el comercio material, no había espiritualidad ciertamente.
Estaban muertos a la Gracia, eran ésos “sepulcros blanqueados”, como les dijo Mi Hijo, se hacían pasar como representantes de la Ley, cuando ellos mismos habían alterado Mi Ley.

No se le quiso a Mi Hijo, las autoridades eclesiásticas de ése tiempo lo vieron como un intruso, un traidor, un Hombre al que debían eliminar porque no estaba de acuerdo a “sus” leyes, no a Mis Leyes. Satanás nuevamente había afectado lo bueno que Yo había querido darle al hombre. Afectó la conciencia humana y los mismos fariseos y escribas prefirieron vivir en el mal, destruyendo aún a su propio pueblo, aprovechándose de su propio pueblo, después de aprovecharse de otros pueblos. Decidieron asesinar a Mi Hijo, al Dios Hecho Hombre, pero el Bien triunfó y sigue hasta vuestros días, pero la lucha aún continua.

Pero ahora es peor, Mis pequeños porque, desde la venida de Mi Hijo, tenéis la oportunidad de tomar la Luz y  preferís las tinieblas. Vuestros hermanos, en la antigüedad, no tuvieron la guía Divina de Mi Hijo y serán juzgados en forma diferente a las generaciones actuales, porque las generaciones actuales han tenido la oportunidad de ver la Luz, de estudiar en ésa Luz Divina que os vino a dar Mi Hijo, la negáis o no la queréis, la indolencia de vuestra parte, negligencia, no queréis mejorar, no queréis alcanzar niveles superiores de espiritualidad que os llevarán a la santidad. Simplemente actuáis como vuestros Primeros Padres, volvéis a darle la espalda a la Luz, volvéis a darle la espalda a vuestro Dios y os quejáis de todo lo que está pasando a vuestro alrededor, cuando teniéndoMe a Mí, podríais tener toda la protección contra los ataques satánicos que os rodean, pero preferís seguir a satanás que, ciertamente, no quiere vuestra salvación, ni que viváis en paz y en armonía con la naturaleza. Vosotros os volvéis a él, él os traiciona y os mata, os destruye, destruye vuestras posesiones materiales, destruye vuestra vitalidad espiritual, destruye vuestra carne, destruye todo vuestro ser.

Estáis ciegos, Mis pequeños, estáis ciegos, porque estáis viendo destrucción de su parte, estáis viendo Vida de Mi parte y aún así lo preferís a él, preferís su destrucción y, vuestro sacrificio, que debiera ser santo estando Conmigo, se vuelve mortal estando con él. Os va a destruir satanás y no solamente es una destrucción de ésta vida, sino vuestra vida eterna quedará destruida y pasaréis a sus dominios, con una muerte eterna, con sufrimiento eterno y no os queréis dar cuenta de ello.

Conmigo estaréis seguros, segura la salvación, la vida eterna, os habéis cansado de que se os predique el Bien, pues ahora tendréis el mal a vuestro alrededor y podréis comparar ahora y en carne propia, el sufrimiento, el sufrimiento que satanás os impondrá por haberle permitido a él vivir en vuestra vida, por haberle permitido guiar vuestra existencia. Os fuiste por el camino malo y él traiciona, no os da gusto. Él traicionó Mi Obra, Mis pequeños, os aseguro que traicionará también la vuestra, si no respetó a su Dios y Creador, ¿vosotros creéis que respetará a la creatura?, ¡no seáis ingenuos, os traicionará!

Os quiero salvar, Mis pequeños, entendedlo, ¡entendedlo! antes de que sea demasiado tarde, satanás ha desplegado sus fuerzas en toda la humanidad. DecidMe, del Bien que podáis ver a vuestro alrededor, pocos, muy pocos podréis enumerarMe donde está el Bien en éstos momentos. Algunos que, ciertamente, no vivís en Mi Bien, os decís hijos Míos porque sois Bautizados, pero no cumplís con Mis Leyes, no cumplís con las Leyes de la Iglesia, no cumplís con la vida en la Gracia ni en la oración, no os podéis llamar hijos Míos solamente porque sois Bautizados, no cumplís con nada, pero sí seguís a satanás con lo que él os da, sois hijos de satanás, no podéis negarlo.

Tened cuidado y os vuelvo a repetir, satanás no tiene hijos, satanás traiciona, os ha coqueteado, os ha dado lo que queríais, tontamente queríais el pecado, lo tenéis, estáis en contra Mía por vivir en el pecado, por haberMe dado la espalda, porque no seguís Mis Leyes y Mi Amor y todavía creéis que satanás os va a dar cosas buenas, cuando ya estáis viendo su fuerza a vuestro alrededor y veis solamente maldad, destrucción, corrupción, muerte, traición, injusticia, maldad a todos niveles, vicios, degradación, concupiscencia. ¿A todo esto vosotros le llamáis un Bien?, estáis equivocados, creéis que es un bien porque ya estáis tan corruptos todos vosotros que ahora, porque gozáis el pecado abiertamente, ¡ya lo sentís como un Bien!

Como ya no hay un freno que detenga vuestra concupiscencia y se ha vuelto un mal general aceptado en todos los ciertos círculos, ¿por eso decís que es un Bien?, ¡no, Mis pequeños, errados estáis, vivís en la maldad!, en una depravación a todas luces, descarada, un libertinaje total, que solamente lleva a la destrucción moral y espiritual, que esto es lo que ha llevado a todos los poderosos a su destrucción. Ved la historia y veréis cómo se destruyeron imperios y fue por la degradación del hombre, no por vivir en virtud, ni en amor y en respeto, sino todo lo contrario. Lo mismo que estáis viviendo ahora, les ayudó para su destrucción total.

Os ruego, Mis pequeños, que reflexionéis en todo esto, que hagáis un cambio de vida definitivo, porque estáis al borde de la muerte, vuestra espiritualidad es fatal, ¿qué esperáis pues, de vuestra vida y de vuestro mundo?, ¿qué ejemplo bueno podéis dar a vuestros hermanos?. Mi Hijo, Mi Hijo os vino a dar toda una Evangelización para que alcanzarais la santidad, pero estáis ahora en los momentos en los cuales gritaba San Juan el Bautista, que decía que predicaba en el desierto, vuestros corazones están cerrados, no quieren escuchar, no quieren cambiar, os habéis vuelto un desierto. Por más que se os predique, que se predique el Amor, que se predique el cambio, no queréis escuchar. Así pues, si mantenéis cerrado vuestro corazón, a Mí, a vuestro Dios, que Me merezco todo, porque todo os lo he dado, tendréis entonces la muerte que satanás os traerá y que ya estáis viviendo en varios pueblos de la Tierra.

Tened cuidado, os vuelvo a repetir, satanás es traicionero, no buscará vuestro bien, todo lo que os ha dado os está llevando hacia vuestra destrucción espiritual, moral, física, social, mundial.

Os amo, Mis pequeños, espero entendáis la lección y no esperéis el final, que si no cambiáis, va a ser muy doloroso para todos vosotros.
Gracias, Mis pequeños.