Feb 16_06 El valor del santo es levantarse, seguir luchando, dejar la vida pasada.

Rosario

Temas:

  • Yo no puedo trabajar en las almas soberbias, porque ésas almas se sienten que se merecen todo.
  • No os imagináis, Mis pequeños, aún aquéllos que os rodean, cuánto necesitan de Mí, cuánto necesitan de un cambio imperioso en su vida espiritual.
  • Respetad Mi recinto Santo, la Iglesia y haced que vuestros hermanos, vuestros hijos, vuestras amistades ó aún los que no creen, también la respeten, como se respeta vuestro hogar.
  • El hombre es así, Mis pequeños, cae en todo momento, pero el valor del santo es levantarse, seguir luchando, dejar la vida pasada.
  • Manteneos en la sencillez, que podáis tener ése trato agradable, trato amoroso.
  • Mensajes de Dios Padre a J. V.

    Primer Misterio,
    Habla Dios Padre,
    Sobre: Yo no puedo trabajar en las almas soberbias, porque ésas almas se sienten que se merecen todo.

    Hijitos Míos, el anonadamiento os va abrir las puertas de par en par, para recibir Mis Gracias, para recibir Virtudes, para recibir Mi Amor. El anonadamiento se da en el alma humilde, el alma que se sabe necesitada de Mí, vuestro Dios.

    Ved la vida de los santos, el anonadamiento era parte de sus vidas. A pesar de las grandes Bendiciones con las que ellos contaban, con que Yo les había alimentado su alma, ellos aún así, se sentían pequeños, miserables. El alma se sabe pecadora y el alma se sabe no merecedora de los regalos y ése anonadamiento Me enamora, Me hace derramarMe más sobre ésas almas, porque es la humildad la que está trabajando para purificar a ésa alma que tanto Me ama.

    Mis pequeños, por más que recibáis, por más que estéis al frente de vuestros hermanos con grandes dones, nunca crezcáis en soberbia, porque en ése momento, vuestras Bendiciones, Gracias, dones, virtudes, se irán a los suelos, los perderéis. Yo no puedo trabajar en las almas soberbias, porque ésas almas se sienten que se merecen todo y por otro lado no se vuelven servidores, se sienten grandes antes sus hermanos.

    Tened cuidado, pues, Mis pequeños, necesita de mucho cuidado el alma que recibe Mis dones, tiene que estar muy atenta a la humildad y al anonadamiento que da ésa humildad. Manteneos así, para que Yo Me siga enamorando de vuestra alma y podáis seguir recibiendo Mis grandes Bendiciones y seáis ése ejemplo que necesitan tanto vuestros hermanos en éstos tiempos, en los cuáles el hedonismo ya es parte de la vida del hombre. Se sienten grandes aún siendo miserables.
    Gracias, Mis pequeños.

    Segundo Misterio,
    Habla Dios Padre,
    Sobre: No os imagináis, Mis pequeños, aún aquéllos que os rodean, cuánto necesitan de Mí, cuánto necesitan de un cambio imperioso en su vida espiritual.

    Hijitos Míos, la caridad os hace grandes. Cuando vivís en la caridad, haciendo el bien a vuestros hermanos, es cuando realmente vosotros os volvéis verdaderos Cristos.

    No os imagináis, Mis pequeños, cuánta necesidad espiritual tiene ahorita el mundo. No os imagináis, Mis pequeños, aún aquéllos que os rodean, cuánto necesitan de Mí, cuánto necesitan de un cambio imperioso en su vida espiritual, cuántos de vuestros hermanos están vacíos, viven la vida, pero no tienen ningún respaldo espiritual, porque no se la dieron sus padres.

    Por eso os pido, Mis pequeños, que cuando se acerquen a vosotros vuestros hermanos, no importando quiénes sean, no rechacéis a nadie, os lo pido. Todos, todos necesitáis de ése crecimiento espiritual, de ése apoyo espiritual, de ésa vida espiritual, que solamente puede venir de Mí y que alimenta a las almas.

    Posiblemente vendrán a vosotros hermanos vuestros que no pertenecen a la Religión que os dejó Mi Hijo, a la doctrina Verdadera del Cristianismo.

    Mis pequeños la necesidad espiritual existe en todos los seres sobre la Tierra, todos vuestros hermanos tienen un alma que necesita ser alimentada. Algunos se han alimentado bien y crecen bien en lo físico y en lo espiritual. Otros se han alimentado mal, espiritualmente hablando y ésa mala alimentación espiritual también les afecta en lo físico. El hombre no se siente seguro, se siente vacío, no puede caminar con pasos seguros en el mundo, porque le falta el soporte espiritual.

    El demonio, satanás, siempre estará atacando a las almas, ya lo sabéis y, lo primero que os crea es temor, temor a vuestro alrededor, temor a vuestros hermanos, temor a cosas  os puedan suceder. Os hace inseguros porque no tenéis ése soporte en Mí que da el Amor, la Fe, la confianza verdadera de saberse protegidos por un Dios, por un Padre que solamente está buscando vuestro bien.

    Dad pues a las almas la seguridad de que tienen un Padre que todo lo posee y que todo lo dona a las almas que lo buscan. Llevadlos hacia ésa Fe Verdadera, hacia ése crecimiento en vida, para que puedan caminar por el mundo seguros de estar haciendo el bien y sobre todo, seguros de que tienen un Padre que vela por ellos y deben transmitir ellos las Verdades de Mi Hijo.

    Dadles amor, porque todas las almas se alimentan de amor. Llevadlos a ésa seguridad fraterna, hacedles saber que sois familia, que si ellos son los hijos pródigos, tienen en vosotros ése apoyo que los puede regresar nuevamente a la Casa, a la Casa Fraterna y luego, a la Casa Paterna.

    No despreciéis a nadie, Mis pequeños, porque como os dijo Mi Hijo, en cada uno de ellos, aún en el más necesitado, deberéis ver el Rostro de Mi Hijo.

    No importa lo que necesiten, dadles, dadles Mis pequeños, y así seréis ejemplo de una verdadera caridad en vuestro  corazón.
    Gracias y os Bendigo.

    Tercer Misterio,
    Habla Dios Padre,
    Sobre: Respetad Mi recinto Santo, la Iglesia y haced que vuestros hermanos, vuestros hijos, vuestras amistades ó aún los que no creen, también la respeten, como se respeta vuestro hogar.

    Hijitos Míos, os quiero hacer un llamado hacia el respeto por las cosas consagradas, hacia las cosas Divinas, hacia todo lo que es Mío ó viene de Mí.

    Mis pequeños, se os enseña durante vuestra vida a comportaros de acuerdo al lugar en donde estéis. En la escuela, cuando sois pequeñitos, se os dice lo que debéis hacer y lo que no debéis hacer y cuándo lo debéis hacer. Crecéis y empezáis a ir a reuniones, fiestas de niños, luego fiestas de adolescentes y luego de adultos. Se os va enseñando ó vais aprendiendo, a veces con dolor ó con vergüenzas lo que debéis hacer y lo que no debéis hacer en cada situación de vuestra vida y cómo comportaros ante vuestros hermanos.

    Yo os quiero pedir de todo Corazón, que aprendáis a respetar lo que es Mío. Ya sean artículos religiosos, venerarlos, con todo vuestro corazón y con todo vuestro amor. La estancia en Mi Casa, la Iglesia, también deberéis comportaros con todo respeto, es Mi Casa. Si alguien va a vuestra casa aprende a respetar lo que tenéis, no tocan cosas si no se les permite.

    Aquí mismo, en Mi Casa, Mis pequeños, debéis aprender a respetar Mis Leyes, las reglas que la misma Iglesia os da, pero sobre todo, Mi Presencia Real, Viva entre vosotros. Estáis Conmigo, en Mi Hogar, en Mi Casa de la Tierra, debéis comportaros a la altura, si venís a Mí, a Mi Casa, debéis entrar en contacto íntimamente Conmigo, a eso venís, ¿ó no?, venís a visitarMe,  venís a buscarMe, Yo estoy Presente, vuestra Fe os lo dice, vuestro corazón recibe Mi llamado, estáis Conmigo, entonces, por favor, entrad en vuestro corazón, para que Me halléis ahí y podamos compartir en ése diálogo Santo, entre vuestro Dios y el alma. PedidMe, habladMe, compartidMe, llorad, Yo os escucharé. Tened el respeto a Mi Presencia entre vosotros en la Sagrada Eucaristía, recibidMe con todo el respeto y el amor debidos. Orad íntimamente, acompañadMe, escuchadMe, Yo también tengo necesidad del hombre, necesito de vosotros, para que todo se vaya haciendo de acuerdo a Mi Voluntad en la Tierra, vosotros sois Mis instrumentos, necesitáis la dirección de alguien que sabe, de la Sabiduría, que Soy Yo. Vosotros sois instrumentos de acción, Yo os pido tantas y tantas cosas, para que vayáis reformando a éste mundo que tanto necesita.

    Debéis aprender a entrar en vuestro corazón para escuchar Mi Voz, para escuchar Mis Mociones, para que vosotros podáis hacer lo que os pido y Mi agradecimiento no se dejará esperar, tendréis Bendiciones abundantes. Pero, os pido nuevamente, respetad, respetad Mi recinto Santo, la Iglesia y haced que vuestros hermanos, vuestros hijos, vuestras amistades ó aún los que no creen, también respeten como se respeta vuestro hogar.
    Gracias, Mis pequeños.

    Cuarto Misterio,
    Habla Dios Padre,
    Sobre: El hombre es así, Mis pequeños, cae en todo momento, pero el valor del santo es levantarse, seguir luchando, dejar la vida pasada.

    Hijitos Míos, el ganar la santidad es un trabajo diario, es un trabajo de todo momento, es un trabajo de cada segundo de vuestra vida. Habéis sido llamados a la santidad y esto quiere decir, perfección de espíritu.

    Mis pequeños, la santidad os va a traer grandes bendiciones a vuestra vida y no es necesario que lleguéis a la santidad para empezar a gozar de las bendiciones que Yo le doy a las almas santas. En el trayecto hacia ésa santidad, empezaréis a gozar de Mis bendiciones, porque para ello el alma se va esforzando, el alma va limitando todo aquello que pueda impedir el ganar ésta santidad y en ése anonadamiento, en ésta negación a uno mismo, en ésa lucha contra todos los vicios y buscando la virtud, la verdad y el amor, el alma sufre, pero Yo la voy levantando, Yo le voy dando alimento, Yo le voy dando aliento, para que siga adelante y va recibiendo Mis Bendiciones y Mis regalos espirituales y ésa alma, al sentirlos, se va sintiendo apoyada y sigue adelante.

    Mis pequeños, es necesario que sepáis que el enemigo siempre os va a estar acechando para que no alcancéis la santidad, sobre todo cuando ya os impusisteis ése deseo en vuestro corazón, él tratará más fuerte de alejaros de la perfección, que es la santidad misma.

    Luchad pues contra sus ataques, no desfallezcáis, aunque caigáis y creáis que perdisteis lo que habíais ganado, no será así, Mis pequeños, satanás siempre tratará de haceros ver así, que aunque luchasteis, caísteis, pero el hombre es así, Mis pequeños, cae en todo momento, pero el valor del santo es levantarse, seguir luchando, dejar la vida pasada, alimentarse de las caídas, alimentarse de las derrotas, para no volver a caer en lo mismo y que ellas sirvan como escalón para subir a un grado más de espiritualidad y de perfección. Recordad que siempre Me tendréis a Mí, no desfallezcáis, os espero en la perfección, Mis pequeños, que os llevará al Reino de los Cielos.
    Gracias, Mis pequeños.

    Quinto Misterio,
    Habla Dios Padre,
    Sobre: Manteneos en la sencillez, que podáis tener ése trato agradable, trato amoroso.

    Hijitos Míos, la sencillez es un fruto de la humildad. Mis pequeños, aprended de Mi Hijo, que siendo Dios, se mostró siempre sencillo ante todos los seres humanos con los que trató. Igual atendía al rico y poderoso, que al pobre, al desamparado, al enfermo, al desvalido, con todos tuvo ésa Caridad, respeto, Amor. Escuchaba con paciencia sus necesidades, sus ruegos, a todos atendía cuando se acercaban a Él, así, humildes y necesitados.

    Él, siendo Dios, pudo haberse comportado de una manera altanera, orgullosa, pero es precisamente la virtud, la humildad, lo que os lleva a vivir así y Mi Hijo siendo Dios os enseñó ésa necesidad que deben de tener las almas, la de vivir sencillos y, sobre todo, sirviendo a sus hermanos.

    Mis pequeños, Yo voy llenando a las almas de Gracia, de Bendiciones, de virtudes, pero muchos, muchos caen, se empiezan a sentir mejores que sus hermanos, se vuelven intratables, casi como vosotros decís, se suben a su trono y esperan ser servidos por los que están a su alrededor. Ése es el error del poderoso, del rico, del famoso, la sencillez ya no vive en su corazón, ya no hay humildad, ya se sienten más que los demás y recordad lo que os dijo Mi Hijo, “que aquél que ha recibido más, se le pedirá más y debe ser servidor de los demás”, porque no tienen lo que él ya ha recibido.

    A vosotros mismos os caen mal aquéllos que se sienten grandes, se vuelven groseros, se vuelven intratables. No seáis así, Mis pequeños, manteneos en la sencillez, que podáis tener ése trato agradable, trato amoroso, tener la paciencia de escuchar a vuestros hermanos en sus necesidades y amadles, que no se vea en vosotros como obligación el escucharles y de tratarles, sino que sea realmente amor por ayudarles, porque en ése momento sois intercesores ante Mí y las Bendiciones que reciban vuestros hermanos, pasarán por vosotros y un alma soberbia no puede ser transmisora de Mis Bendiciones, recordadlo.
    Gracias, Mis pequeños.