Feb 28_03 Os he hablado de un período de falsa paz, ¿Por qué es ello?

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Os he hablado de un período de falsa paz y ¿Por qué es ello?
Hijitos Míos, no busquéis la paz sólo por el hecho de que con ella vais a evitar dolores, penas, sufrimientos, escasez, enfermedades, destrucción, etc., sino debéis buscarla porque es el estado real en el que debéis vivir todos vosotros, porque así se vive en Mi Reino.

Buscad la paz no sólo por evitar todo tipo de sufrimiento. Para muchos el vivir en estado de paz, pero paz humana, no de paz espiritual, es un estado que les ayuda a vivir en la depravación, en la muerte espiritual, en la búsqueda sólo de las cosas del mundo.  No, Mis pequeños, el estado de paz que debéis buscar, primero debe darse en vuestro interior, es el resultado de vivir Conmigo, es el vivir, con gusto y aceptación de Mis Leyes Divinas, es el traerMe y vivirMe en vuestro corazón y eso dará, por consiguiente, el estado de paz social y el de las naciones.

En éstos tiempos que estáis viviendo estáis buscando una paz convenenciera, para que no tengáis molestias económicas, ó sociales, para que podáis seguir haciendo lo de siempre, pero no estáis buscando una paz que haga que vuestro corazón se vuelva hacia Mí.

Si, hacéis marchas, levantáis pancartas, gritáis ¡Paz! para vuestros pueblos y para el mundo entero, pero ¿Ésa paz también se encuentra en vuestro corazón? ¡De qué os sirve la paz de los pueblos si a pesar de tenerla seguís odiando a vuestro prójimo!

La paz que Yo os pido debe ser paz de corazón, que dé  por resultado un crecimiento espiritual grande. Que se viva la ayuda sincera al hermano necesitado, que se viva la caridad en estado excelso, sin esperar que haya  escasez para hacerlo, que se vivan las virtudes que os acercan más a vuestro Creador.

No busquéis la paz en la que las virtudes y especialmente el amor no existe, en dónde se busquen los intereses mezquinos y no los verdaderos, en donde no se encuentra el amor verdadero sino sólo la lujuria, la cual os aparta de la verdadera paz interior y del verdadero  Amor.
   
Sí, es bueno pedir ésa paz a los gobiernos, exigir los derechos de los hombres, pero ¿De qué os sirve la paz que buscáis si seguís siendo tan humanos en vuestras acciones? Los gobiernos detienen su furia por la presión de las marchas de paz, pero ¿Realmente se está logrando con ello un cambio de actitud en su corazón?
   
Pedís a nivel humano, exigís vuestros derechos a nivel humano, recibís respuesta a nivel humano y ¿Lograsteis con ello, realmente, algo bueno para vuestro cambio espiritual?

Las pasiones humanas, los descarríos del hombre, las promesas que hacéis ó que os hacen, si no tiene fundamento en lo espiritual pronto se olvidan y se vuelve a lo mismo.

Os he hablado de un período de falsa paz y ¿Por qué es ello?, porque buscáis sólo el bienestar humano, no hay soporte ni ideal espiritual en lo que se pide, por ello el engaño brota de inmediato, se obtiene un tiempo de paz, porque así lo pedisteis a los gobiernos, presionáis y se les intimida, pero la bajeza humana no respeta promesas, cuando el maligno esta detrás  de ellas.

La paz que debéis buscar debe venir primero de vosotros mismos, la debéis vivir vosotros, pero como resultado de que Me estéis dejando vivir en vuestro corazón. Al Yo vivir en vuestro corazón, vuestras acciones serán de paz y de amor y si deseáis una paz duradera Me la debéis pedir la Mí, para que Yo mueva el corazón del hombre y no su carnalidad que es la que se mueve cuando no se Me pide a Mí.

Os he dicho que la oración, el ayuno, la penitencia, el sacrificio hacen más bien que una marcha de miles de personas con pancartas y gritos ó que todas las manifestaciones pacifistas que podáis hacer.  Si vuestras acciones van respaldadas con mi Gracia, todo lo podréis lograr.

Por favor, no luchéis por una paz convenenciera, humana, porque será fugaz y falsa, buscad aquella que logre la paz interior, para que de ella brote Mi Paz, la cual dará frutos y sus frutos serán mucho más duraderos.

Yo os bendigo en Nombre de Mi Padre, en Mi Santo Nombre y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.