Feb 21_01 ¿Cuál consideráis sea la mayor desgracia que pueda tener el hombre sobre la Tierra?

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: ¿Cuál consideráis sea la mayor desgracia que pueda tener el hombre sobre la Tierra?

Hijitos Míos, os pregunto, ¿cuál consideráis sea la mayor desgracia que pueda tener el hombre sobre la Tierra?

Algunos de vosotros me diríais, la pérdida de la salud, otros, la pérdida de los bienes, otros más diríais, la pérdida de los hijos o de algún ser querido, otros más hablarías de desastres naturales, guerras o pestes, etc.

Todas éstas son pérdidas que os causan dolor de una forma u otra, pero la mayor pérdida, el
Mayor tesoro que el hombre pueda perder, es su alma.

A vuestra alma la podéis privar de vida y/o de acción. La priváis de vida cuando vuestra carnalidad la aprisiona a tal grado que hasta la puede matar eternamente. La priváis de acción cuando vuestra carnalidad, distrayendo al alma en múltiples cosas de la Tierra, aunque no sean pecaminosas, no le permiten a ésta desarrollarse y dar fruto.

Cuando vuestra carne no deja actuar al alma, se debilita, se vuelve estéril, pierde la razón para la que fue constituida.

Al alma que se le prive de su alimento, como es M Palabra, Mi Sagrada Eucaristía y de la posibilidad de dar fruto, con lo aprendido de Mí, a través de vuestros hermanos, se le puede comparar con el pez que se le quite el agua para vivir o la tierra a la flor para crecer o el aire al ave para volar o al bebé la leche materna para alimentarse.

El alma que no tiene vida espiritual, que no se le permite desarrollarse en el ámbito de lo divino, pierde su razón de ser. El alma que está privada de su acción por causa de la carnalidad del hombre, se vuelve como el bello pajarillo encerrado en una caja obscura, nadie lo puede apreciar.

Por vuestro pecado, por vuestras pasiones, por vuestra carnalidad, desaprovecháis el gran tesoro que os he dado.

Buscáis posesiones y riquezas. Buscáis el tener grandes poderes. Buscáis ser super hombres, pero todo se queda a nivel humano. Por vuestra falta de sabiduría, porque no la habéis pedido, no os dais cuenta de que si os olvidarais más de lo mundano y recorrierais el velo de vuestra alma a lo divino, obtendríais esas capacidades en lo espiritual. Eso que buscáis en lo humano son potencias reales en lo divino, pero siempre basadas en la humildad y en el amor.

Os he dicho y sabéis, que vuestro cuerpo es efímero y limitado. Nace, crece, envejece y muere, el alma no, ella siempre existe. El alma viene al cuerpo y debe seguir un desarrollo paralelo, pero el cuerpo debe ser utilizado como instrumento de desarrollo para el alma. El cuerpo debe ser doblegado por las virtudes del alma y ésta debe proseguir su crecimiento hasta alcanzar una plenitud, en donde utilizará al cuerpo para dar fruto y así derramen los tesoros del alma sobre sus hermanos, a través de las acciones del cuerpo.

La mayoría de vosotros ni alimentáis, no hacéis crecer al alma además de no permitirle que se manifieste su fruto. Estáis aprisionando, con vuestro cuerpo, a vuestra alma. El alma debe volar, debe ser libre, debe dar lo que es su esencia, que s Mi Presencia, el Amor, con todos sus frutos.

El alma aprisionada no crece, no cumple sus funciones y al no poderse transmitir a través del cuerpo, la persona, el ser, queda colocado en un nivel inferior porque no produce bien, que es la cualidad del alma.

Vuestra vida, y verdadera vida, es la espiritual. No me véis, pero sabéis que existo. No me tocáis, pero tocáis todo lo que he creado. No Me escucháis, pero escucháis todos los sonidos que he puesto en la Naturaleza. ¡SABEIS QUE EXISTO, PERO NO ME BUSCÁIS!

Yo Soy la Vida misma, nada puede ser creado si Yo no lo deseo. Todo lo que tenéis os lo he dado Yo, desde lo más pequeño a lo más grande, desde lo entendible a lo incomprensible, desde lo visible a lo invisible, desde lo cercano lo infinitamente inalcanzable. Todo proviene de Mí y todo lo podéis tener cuando permitís que vuestra alma crezca, cuando ponéis vuestro Cuerpo a las órdenes del alma y cuando os movéis a través de Mi Sabiduría Santa. ¡Tenéis un gran tesoro en vosotros y no lo aprovecháis!

Vuestra alma os puede llevar a la Eternidad aún viviendo en el tiempo. Esto es, que cuando el alma se une a su Dios, verdaderamente, Yo, vuestro Dios puedo llevar al alma a conocer el pasado y el futuro, la saco del tiempo y le doy conocimiento que está fuera de su tiempo.

Yo instruyo a Mis almas dóciles con conocimiento fuera del conocimiento humano. Las almas que se donan a Mí, adquieren poderes espirituales que el cuerpo no puede tener y así, por docilidad y amor, las almas que se Me han donado, pueden hacer milagros, pueden levitar, pueden lograr cosas que a ojos humanos son imposibles, por eso lo hacen no por vanagloria, sino para darMe Gloria, a Mí, su Dios y su Señor.

El alma que aprende a vivir de su Dios, se vuelve instrumento fiel y su única razón de vivir es la de transmitir Mi Amor, Mis Enseñanzas, instruyendo a Mis hijos a que conozcan una nueva vida y su real futuro, la eternidad en el Reino de los Cielos.

Vosotros, como hijos Míos, como hijos de un Dios verdadero, fuisteis creados para tener  cosas maravillosas, fuisteis creados para gozar de la esencia de vuestro Dios y de Sus capacidades, no para que fuerais dioses, sino para que gozarais de sus regalos infinitos y de sus cuidados. El Padre comparte con los hijos de Sus riquezas, pero el hijo, por su pequeñez, no puede llegar a tener las capacidades del Padre. Al hijo se le consiente y se le mima. Se le cuida y el padre se alegra con el amor, el respeto y el cariño con el que el hijo responde. El hijo se siente alagado por tener un padre y hasta presume por tenerlo, por ser “un gran padre”. El hijo trata de emularlo para llegar a ser un hijo ejemplar de un padre ejemplar.

Yo esto es lo que deseo de vosotros, que seáis verdaderos hijos Míos, que estéis orgullosos de tener un Padre Dios y que tratéis de ser como Yo os enseñé a través de Mi Hijo Jesucristo. Por supuesto que no llegaréis a ser dioses nunca, pero sí podréis llegar a poseer Mi Amor si lo buscáis y si lo llegáis a poseer, en verdad y de corazón, Mis potencias trabajarán a través vuestro y en lo futuro os conocerán por las grandes obras que haré porque fuisteis realmente hijos de Dios.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.